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Cruel en el cartel

Juntos por el Cambio, pero no tan juntos por los cargos. ¿Juez y parte? No, Juez y aparte. Unidad justicialista para la conducción partidaria, pero sin tanta unidad en la política cotidiana
lunes, 27 de junio de 2022 · 08:30

"La propaganda manda

cruel en el cartel.

Y en el fetiche de un afiche

de papel…”.

Homero Expósito y Atilio Stamponi 

 

Ahí están sus rostros, desde lo alto nos miran pasar todavía hoy, cuando corrió mucha agua debajo de los puentes desde las elecciones de renovación parlamentaria. En realidad, no existe ordenanza que prohíba semejante permanencia de la cartelería política después de un acto electoral, pero la situación sí está tipificada en el Código de Faltas. ¿Y qué hacemos? Usted, nada; yo tampoco. El que tendría que haber hecho algo es el secretario de Gobierno, Tati Rodríguez, que para eso tiene a su cargo el área de Inspecciones y la facultad de intimar a los apoderados de cada fuerza política para que retiren la propaganda “vieja”, para que limpien, y hasta podría multarlos si no le dieran bolilla.

Pero bueno, al fin y al cabo, no son más que postales que, además, ya se mezclan en el paisaje urbano con las nuevas: las gigantografías de Capitani (PRO) y Sosa (Partido Villamariense), que empapelan a futuro, para el año que viene, sin que por el momento se conozca a ciencia cierta la fecha de las elecciones (si las provinciales son en abril o mayo, las locales deben ir, al menos, meses después, aunque también deben ir meses antes de las nacionales, que podrían ser en octubre…); el lío de siempre, o sea, aunque el más lindo de los líos, porque ya lo dijo Arturo Illia: “La democracia sigue siendo la mejor herramienta de las ideadas por el hombre para darse un destino mejor”; la mejor, sin dudas, antes que cualquier delirio totalitario.

Hablando del partido de los 130 años y su alianza, Juntos por el Cambio, se podría decir que siguen anclados en la noche del 14 de noviembre.

¿Festejando? Más o menos. Veamos, a más de siete meses del contundente triunfo en Villa María de la fórmula Luis Juez-Rodrigo De Loredo en las elecciones del año pasado, siguen cada uno por su lado.

En aquella jornada, el tándem Darío Capitani - Karina Bruno festejó en la sede del PRO, Jorge Valinotto, juntó a los suyos, en el local del Frente Cívico y Cecilia Fernández reunió a los propios en su histórico comité de circuito de la calle Tucumán.

El viernes último vino Eugenia Vidal y se juntó con Capitani y la gente que comanda este autoproclamado precandidato a intendente por el PRO, que todavía mide en las encuestas un poco menos que Juan Zazzetti. En la misma semana llegó Luis Juez y les plantó otro precandidato, Guillermo Lorenzatti, actual presidente del Colegio de Abogados (donde algunos cuchichearon su descontento por los pasillos, ya que consideran que la institución no debe ser usada como trampolín para la carrera política de nadie, con el mismo sentido que otros masticaban el sábado su chori en la tribuna del Jockey Club y escupían “las espinas” en dirección del presidente Sosa).

Pero, y la UCR, ¿qué? Viene Negri y se junta solamente con sus correligionarios. Van a Villa Giardino, se dan manija y arrancan con vehemencia a proclamar lo de la experiencia en la gestión, lo del candidato propio y ¡adelante, radicales!

Está complicada la carambola a tres bandas. Fundamentalmente, por la ruptura entre Juez y Capitani. No olvidemos que el senador nacional acusó al integrante de la Unicameral de ser partícipe necesario en lo que consideró “un negociado” para la legalización del juego on line en la provincia, ya que el villamariense fue uno de los firmantes del proyecto que luego votó el oficialismo para consagrar la llamada “Ley Angelici”.

En política, todo golpe provoca un contragolpe. “Luis Juez nos maltrató, nos hizo acusaciones de características violentas. No lo voy a permitir. Se la da de paladín de la verdad, de hombre honesto. No es que ignora la realidad en función de lo que dice: miente por tener dos minutos de fama en televisión y, si es en medios nacionales, mejor. Abusa de su lengua larga y nos acusa de corruptos con cero argumentos. Mientras dice esas barbaridades, vive en un country con un sueldo de legislador nacional… Es un vulgar, un mediocre, un chanta…”, respondió Capitani.

¿Se vuelve de semejante situación?, nos preguntábamos hace un mes y lo seguimos haciendo hoy. Acertar la vía de retorno parece, cuanto menos, complicado en una carretera con tanto tránsito. Por ahora, en el FC de Villa María no quieren saber nada con el candidato del PRO y prefieren poner sobre la mesa sus propios nombres junto al de Lorenzatti: el de la exedil Gisele Machicado, el del hacedor de Cáritas, David Ruiz… y dialogar con el referente de la economía solidaria, Miguel Olaviaga, que se apresta para dar un fuerte golpe sobre el tablero ciudadano, cuando mude las ocho organizaciones del Grupo GESTA a la vera de la ruta 158, más precisamente a la mole que ocupa el Hipermercado Libertad.

Un sector de la UCR, el de los alfonsinistas como Carlos Gagliano y Camilo Rodríguez, por ejemplo, ven con muy buenos ojos que Olaviaga participe.

Lo único que dejó de preocupar a Juntos por el Cambio, de momento, es que Javier Milei pueda “inventar” un candidato para la ciudad. El eufórico personaje hizo un acto escuálido aquí, inclusive antes que comenzara a desinflarse su figura a nivel nacional.

La alianza PRO-Juez-UCR cuenta en su haber con el arrastre de “la ola amarilla” sobre la que vaya a surfear Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich, así como con la contundente victoria de Juez en la ciudad y el aparato partidario del radicalismo. Todo ello representa un activo importante para enfrentar la arrolladora máquina en que se convirtió el Partido Justicialista en los últimos 20 años, cuando los movimientos actuales en el peronismo señalan que marchará a la puja por el ex-Palace Hotel unido y encolumnado dentro de Hacemos por Córdoba. ¡Ojo!, hay escarceos que permiten descubrir que la lista de unidad del PJ, por la que la dupla Paredes-Del Bono asumió en la ciudad y el Departamento, no está tan unida que digamos, sobre todo a nivel local. Eduardo Accastello sigue apostando a Juan Pablo Inglese y a Verónica Navarro para la Intendencia, aunque no termina de descartarse él mismo. Y Gill va acotando su lista y parecen quedar dos posibilidades en su mente: las que encarnan Carlos Pizzorno y Luis Negretti, quienes tendrían que aceptar a Pablo Rosso como un posible “súpersecretario”.

Del otro lado del río, Natalio Graglia tiene todo más fácil. Su hermano Franco es número puesto para pelear por el Sillón de Freytes con el radical Ignacio Tagni, mientras que él partiría rumbo a Córdoba capital, con más posibilidades en el Legislativo que en el Ejecutivo, a pesar de que el Departamento General San Martín no disponga de más de dos o tres bancas para esta fuerza política, más allá de la intención de Adela Ghirardelli de retener una de ellas.

Cada uno juega su juego (algunos practican varias disciplinas). Martín con Llaryora, Eduardo con Llaryora, Llamosas en consonancia con Llaryora… Juan Schiaretti les tiene contadas las costillas a todos y subirá o bajará el pulgar a quien sea. Por cierto, el mandatario acaba de llegar del País Vasco y enseguida partirá hacia Estados Unidos (tiene que surcar aguas internacionales si su meta es navegar en las turbulentas corrientes nacionales que conducen a la Casa Rosada) y probablemente lleve en su escueta comitiva a un conocido de los villamarienses. El juega otro juego, en otra liga. Y no puede dejar de hacerlo, cuando Sergio Massa conversa cada vez más con Gerardo Morales y hasta Cristina de Kirchner se reúne con ¡Carlos Melconián!, para achicar la grieta con los empresarios. ¿Qué están tramando? Son gente que no se anda con chiquitas. Te arman una jugada y te dejan pedaleando en el aire en cualquier momento y esto ya quedó demostrado en 2019.

Volviendo a lo nuestro, a Sobral y Mendoza, no es descabellado pensar que Juntos por el Cambio puede quedarse corto en términos electorales si cada uno de sus integrantes continúa avanzando por carriles separados.

Mientras tanto, la CGT suma ollas populares al trabajo de los merenderos, un mercadito implementa un carrito solidario con alimentos gratuitos para los más necesitados, las Iguanas Solidarias tejen frazadas…, todos refuerzan la acción social de los gobiernos, porque las necesidades y el frío aprietan.

Y más allá están los carteles que solamente vemos los periodistas, porque buena parte de la gente se fija en otra cosa; está viendo cómo llegar a fin de mes.

“La propaganda manda

cruel en el cartel.

Y en el fetiche de un afiche

 de papel

Se vende la ilusión, se rifa

el corazón”.

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