La mano del “Dios” dinero

lunes, 4 de julio de 2022 · 09:40

El fundador del movimiento justicialista Juan Domingo Perón regresó al país, tras el exilio, con la consigna de “la unidad nacional”.  Después de haber gobernado nueve años, ser derrocado y proscripto, su mirada apuntó a la concertación.

“La situación del país es de tal gravedad que nadie puede pensar en una reconstrucción en la que no deba participar y colaborar. Este problema, como ya lo he dicho muchas veces, o lo arreglamos entre todos los argentinos o no lo arregla nadie.”

Frase del discurso brindado el 21 de junio de 1973. “Una deuda externa que sobrepasa los seis mil millones de dólares y un déficit cercano a los tres billones de pesos, acumulados en estos años, no han de cubrirse en meses, sino en años”, expresó al momento de su retorno.

El fin de semana, los dirigentes justicialistas recordaron un nuevo aniversario de la muerte de su líder con discursos rescatando diversas frases emblemáticas de Perón, pero muy pocos recordaron esa simple premisa: “O lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie”.

De pronto, un habitante de este maravilloso país; “bendecido” por la fertilidad de sus tierras, la riqueza del subsuelo terrestre y marino; posiblemente se pregunte mientras lucha día a día por sostener su hogar, desde hace un montón de años: 

¿Dónde están “los todos” que van a colaborar?

Y “los todos” están en una batalla del nunca acabar. Lapicera va, lapicera viene. La nueva arma del momento, en plena era digital. Una lapicera, que no es lanza, ni lata. Apenas, lágrimas.

“Los todos” se pelean entre sí y entre “no”, para tristeza de los “nadies”.

Allá van los “todos”, los PRO, los contras. Los radicales, los relativos, los populares, los elitistas, los Peronistas y los demás “istas” sin Perón, con nuevos nombres y apellidos. 

En ese fragor apasionado de los que intentan tener la sartén por el mango, los poderosos, se hacen los osos y acumulan cada vez más sartenes y más mangos (como le llamamos los argentinos al dinero). “Osos” del poder que nunca necesitaron “rajar los tamangos para buscar ese mango que te haga morfar”. Sabiduría tanguera.

 

Un empujón, es caída

Lo venían empujando, desde hace tiempo. Desde un extremo y el otro. Un sector quería la devaluación de la moneda, seguir con el festival de acumulación de dólares, no pagar más impuestos por la renta inesperada, golpear al Gobierno y debilitarlo. Difundieron mentiras, conspiraron, golpearon las puertas del Dios Mercado.

En la vereda opuesta, estaban los que pugnaban por algo diferente. Exigían mayor distribución, condenaban el acuerdo con el Fondo, requerían mayor presencia política y un enfrentamiento más directo con los osos del poder.

Lo empujaron y cayó. Se veía venir, sí se veía venir.

El Dios Dinero, le hizo un gol con la mano. El ministro de Economía, Martín Guzmán, decidió renunciar. Se fue, justo en medio de un discurso importante que le daba, tal vez, el golpe de gracia.

¿Un golpe bajo o un remate directo al arco?

Lo detalles no se conocerán, tal vez, pero lo empujaron hasta llevarlo al abandono.

Algo habitual en nuestra historia que se ha encargado de pasar por la moledora a los ministros del área.

Guzmán es un joven formado en lo académico, con preparación y conocimientos técnicos, pero sin la cintura para lidiar con las disputas políticas.

Una cosa está clara, el presidente Alberto Fernández perdió uno de sus ministros más leales y de mayor confianza.

 

Un repaso de la gestión

En su carta de renuncia dirigida al presidente, Guzmán hizo un repaso de su gestión. “Al asumir nuestro gobierno, Argentina se encontraba sumida en una profunda crisis económica, social y de deuda, y a ello se le agregó primero una pandemia global y luego, la actual guerra en Ucrania, que han sido profundamente disruptivas del funcionamiento del sistema económico internacional”, expresó el economista.

En otro de sus párrafos hizo referencia al trabajo realizado y sus “logros”.

“La impresionante recuperación económica del año 2021, que incluyó un crecimiento del PIB de 10,4%, una fenomenal recuperación de la industria nacional, la creación de más de 1,1 millones de puestos de trabajo (con una reducción de la tasa de desempleo del pico de 13,1% a mediados de 2020 a 7% en el primer trimestre de 2022), un crecimiento de la inversión de 32,9%, una reducción de la tasa de pobreza de casi 5 puntos porcentuales en un año, y una reducción de la desigualdad personal de los ingresos (a pesar de que las restricciones sanitarias tuvieron un mayor impacto en los sectores no registrados de la economía) es en gran medida el resultado de esas políticas así como de haber destinado los dólares que genera la economía para la reactivación en lugar de destinarlos al pago de deudas públicas externas insostenibles.”

El problema central es que dicho crecimiento no se ve reflejado en el bolsillo de la mayoría de los argentinos. Lamentablemente, estamos acostumbrados a las renuncias de los funcionarios económicos, fusibles de los fracasos en la materia que en definitiva son los fracasos de la dirigencia del país que no ha podido solucionar los graves problemas que arrastra desde hace años, entre ellos la inflación y la pobreza.

Desde la recuperación de la democracia a la fecha, el país tuvo 28 ministros de Economía. El ministro que más duró en ese cargo fue Domingo Cavallo (1991-1996) durante la Presidencia de Carlos Menem.

Guzmán, está entre los que más días estuvieron al frente de la cartera más compleja.

 

Dólares van, dolores vienen

En noviembre de 2019, en los últimos días del gobierno de Macri, el dólar oficial cotizaba a 62,25 pesos. El blue se colocaba en 70 pesos. La brecha era de un 10%.

Hoy, el oficial está el doble: 125 pesos y el blue se escapó en los últimos días a un valor de 239 pesos. Un 85% de brecha entre los dos valores.

“El dólar tiene que recuperar el atraso pasado y luego seguir su curso con la inflación”, fue la sugerencia de Carlos Melconian en su charla con la vicepresidenta Cristina Fernández.

Cristina consideró la necesidad de un acuerdo entre todas las fuerzas políticas para resolver el problema de la inflación y la economía bimonetaria.

Difícil tarea tendrá el nuevo ministro para evitar que los dólares que van, vengan con más dolores a la población.

Definir el remplazo del ministro exigió un acuerdo consistente, en primer lugar, entre los integrantes del Frente gobernante.

Anoche, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández mantuvieron una conversación telefónica para lograr un despegue del Gobierno indispensable para que no estalle todo por los aires.

Sería hora, que los principales referentes de toda la Argentina se unieran para dar soluciones y los argentinos dejemos de vivir en permanente incertidumbre a la espera de la próxima corrida cambiaria, de la inflación, de una nueva crisis.

Sería hora, también, que si un funcionario no funciona en el cargo que ocupa se vaya a su casa.

Los argentinos y argentinas no podemos seguir escuchando frases rimbombantes, disputas floridas, necesitamos hechos.

Hace demasiados años que el pueblo está esperando en soledad.

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