Una nueva época de grandes desafíos
La decisión de Eduardo Accastello dio sus frutos. Terminar su carrera política en la Intendencia de la “ciudad que ama” fue avalada ampliamente por los vecinos y vecinas de Villa MaríaEn el triunfo contundente obtenido por el oficialismo hubo un punto clave: la unidad del peronismo. La madurez que tuvieron los tres dirigentes con liderazgo: Accastello, Martín Gill y Nora Bedano, para dialogar, dejar de lado las relaciones conflictivas, poner el proyecto de ciudad antes que los intereses individuales, fue crucial en esta instancia que atraviesa el país.
La baja participación, apenas el 61% del padrón, es el síntoma de los tiempos que corren, producto de varios factores, entre ellos las preocupaciones de una parte de la sociedad decepcionada con la política que perdió el interés en concurrir a las urnas.
El comportamiento de los votantes estuvo en los parámetros de los últimos años. Los resultados nacionales no influyen en las resoluciones de voto en comicios locales o provinciales.
Eso quedó claro, nuevamente, en el primer domingo de octubre. Los vecinos le dieron un nuevo voto de confianza al peronismo y mantener la unidad, la buena convivencia y el diálogo permanente será uno de los desafíos que tendrá el intendente electo.
Accastello se comprometió a convocar a todas las fuerzas políticas para iniciar conversaciones en torno a los principales temas que requieren políticas de Estado a corto, mediano y largo plazo.
“Los tiempos no son fáciles, pero estamos contentos porque vamos a gobernar con todos. Voy a convocar la semana próxima a todas las fuerzas políticas de la ciudad como me comprometí y voy a escuchar, voy a escuchar mucho. Tengo la experiencia para escuchar, para una Villa María que sea bien grande, una potencia”, precisó Accastello en el acto de festejo en su búnker.
A la vez, agradeció a la militancia, a los vecinos y revalorizó el trabajo en conjunto.
“Ha llegado el tiempo de trabajar en equipo. Vengo con toda la experiencia, pero también con los jóvenes que me acompañan para trabajar unidos. Villa María es extraordinaria, estamos orgullosos”, remarcó poniendo énfasis en el desarrollo humano.
“Esto es el tiempo del ser humano: nos vamos a ocupar de escuchar y de abrazar al vecino para una mejor calidad de vida.”
El escenario que viene
Si analizamos el escenario que tendrá el jefe comunal electo a partir del 10 de diciembre, lo concreto hoy es la situación provincial.
La buena relación de Accastello con el gobernador elector Martín Llaryora es una de las cartas a favor para los villamarienses.
El apoyo de Llaryora para llevar adelante, la Policía municipal y otros temas que están en la agenda del próximo intendente es fundamental.
El proyecto del peronismo contempla entre sus ejes principales: fortalecimiento en salud, educación, luces led para la totalidad de las calles, Parque Industrial Lácteo, fondo de garantía y viviendas trabajadas con cooperativas, gremios, empresas y trabajadores, la incorporación de un nuevo sistema de transporte público de pasajeros.
Si bien, las propuestas de campaña están diagramadas para realizarlas con recursos propios, los resultados a nivel nacional no pueden ser ignorados. La región depende de las medidas que se tomen desde la Rosada, principalmente en el área de la Economía.
Por lo tanto, el próximo presidente, puede ser beneficioso o perjudicial para los planes locales.
En este punto, Accastello no se mostró preocupado. “Ingresé en 1999, con un municipio con la deuda de un presupuesto. Villa María es tan significativa que tenemos la capacidad de proyectar, ordenar, avanzar y crecer”, expresó en una entrevista con El Diario.
Más allá de las palabras del ganador de los comicios, hay temas que son de exclusiva capacidad de resolución de un presidente, para bien o para mal de todo el país.
La renovación
El equipo del próximo intendente es parte de la renovación que Accastello intenta llevar a cabo en su gobierno. Sin embargo, va a necesitar combinar la experiencia con la juventud.
Tendrá que tener mucho tacto a la hora de elegir a su gabinete y hacer los cambios que considere necesarios para poder equilibrar las cargas entre los que vienen gestionando y los nuevos integrantes.
La tarea que le espera es ardua. Lo sabe y está dispuesto a encararla.
Le da mucha importancia al aporte de los vecinos y vecinas. “Hay que escucharlos porque ellos tienen el problema y sugieren las soluciones”, repitió en varias oportunidades durante su campaña.
Va a ser intendente por cuarta vez. Experiencia, le sobra, capacidad de trabajo y conocimiento de la ciudad son sus fortalezas.
Una nueva época se asoma en el horizonte. La política tiene el deber de recuperar los sueños, de estar cerca de la gente, de proteger a los más desamparados, de crear expectativa, de incluir a los jóvenes, de unir a los ciudadanos, de fomentar el trabajo, la producción, de terminar con la burocracia y por sobre todas las cosas de volver a ser creíble.
Ese será el gran desafío de los gobernantes en el futuro.