Entrevista - Aimé Aminahuel
“El voto enojado le ganó al voto miedo”
La licenciada en Ciencias Políticas, doctora en Políticas Públicas e investigadora del Conicet repasa lo que dejaron las últimas elecciones y cómo se reconfigura el mapa de representantes en el país y la provinciaAimé Aminahuel es una de las tantas profesionales que llegaron desde otros puntos del país, conocieron la ciudad y se quedaron a vivir, aportando un bagaje intelectual destacado en el ámbito académico.
Es licenciada en Ciencias Políticas y doctora en Administración y Política Pública. También es investigadora de la UNVM-Conicet. Y en ese aspecto, ya tiene un panorama claro de lo que sucedió en las elecciones y lo que se está desarrollando en Argentina con sus partidos tradicionales, sus líderes y su forma de votar, muy particular
-¿Qué conclusiones tienes, a una semana de las elecciones?
-Las consideraciones son muchas. En primer lugar, que el voto enojado le ganó al voto miedo. Es decir, la ciudadanía prefirió descartar una opción que les generaba rechazo por su asimilación directa con la crisis económica -que por supuesto tiene larga data en función de la deuda con el Fondo Monetario Internacional que se contrajo durante el Gobierno de Macri- y prefirió aceptar una opción claramente más autoritaria en su discurso, pero con la promesa de que “estabilizará la inflación”. Si me preguntas, no creo que eso suceda ni en el corto, ni en el mediano plazo, ya que son recetas que ya se han implementado en la Argentina, por lo que el gran triunfo de Milei fue presentarlas como novedosas. También tiene que ver con su discurso, en ningún momento dijo explícitamente que devaluaría el peso argentino, sino que “corregiría” el tipo de cambio, es decir, se la pasó toda la campaña utilizando eufemismos económicos.
Creo también que Milei realizó una campaña muy exitosa en redes sociales y me parece que allí también hay un punto clave a analizar que es bastante profundo... Y es cómo la comunicación sociodigital ha consolidado las burbujas algorítmicas también en el espacio público offline. Es decir, son matrices explicativas de la realidad que prácticamente no se tocan. Para unos, el problema económico es solo la inflación y culpa de una letra del abecedario que encarna todos los males, la letra K. Para otros, el problema de fondo es una deuda con un organismo usurero que nos genera dependencia externa. Como sea, el gran triunfo de Milei, que me preocupa, es construir enemigos públicos y/o chivos expiatorios para simplificar los grandes problemas económicos que tiene la Argentina. ¿Por qué me preocupa eso? Porque todos los gobiernos autoritarios lo han hecho a lo largo de la historia y todo aquel que se oponga a las medidas del Gobierno, en una época era considerado subversivo, ahora es considerado un orco o un “kirchnerista”, (la palabra kirchnerismo pasó de sustantivo a adjetivo).
-¿Es la ola del giro a la derecha en el mundo o simplemente quisieron cambiar al Gobierno actual?
-Creo que esto se enmarca, por supuesto, en procesos más amplios; incluso, me atrevo a decir que está profundamente vinculado a la geopolítica mundial, específicamente a la geoeconomía, a disputas por modelos de acumulación. Me refiero al capitalismo financiero y de plataformas, el capitalismo ficticio le digo yo, porque no genera ni bienes ni servicios, solo produce acciones, deuda, monedas imaginarias, etc.
La crisis del capitalismo financiero, desde el año 2008, nos viene marcando los ritmos electorales a los países periféricos, son los grandes capitales financieros los que apoyaron a Macri e incluso facilitaron el pedido de deuda en el 2018 para jugar a la bicicleta financiera en regiones como las nuestras, donde es más sencilla la evasión impositiva. La deuda más grande del mundo la tiene Argentina, solo por debajo nuestro está Egipto, que no nos llega ni a los talones. ¿Qué pasó con ese dinero? Jamás sabremos, el triunfo de Milei es un pacto de impunidad con Macri. Nadie investigará y generaciones de argentinos estarán endeudados; eso significa restricción externa e inestabilidad permanente. ¿A qué me refiero? A que por más recorte de gasto público que quiera hacer Milei, no le va a alcanzar para pagarle al fondo, a sus intereses usureros y seguiremos con desequilibrios macroeconómicos.
En ese sentido, la crisis que provocó la pandemia y la crisis de la guerra de Ucrania constituyen un escenario que para algunos implica la coyuntura perfecta para consolidar ganancias extraordinarias, eso viene sucediendo en el mundo, las llamadas nuevas derechas son la excusa de estos capitales trasnacionales, que poco les interesan las democracias en los países si tienen garantizados sus negocios mediante endeudamiento de países periféricos como la Argentina, es por eso que Caputo vuelve a estar al frente del Ministerio de Economía. Caputo, el financista más importante de la era Macri. Viene a garantizar, nuevamente, los negocios financieros de un puñado de millonarios.
-¿Qué esperas de este triunvirato Milei – Macri – Schiaretti, si es que existe como tal?
-No me sorprendió la cercanía de Schiaretti, por varios motivos, siempre tuvo una matriz mucho más neoliberal que De La Sota y, además, su ministro Giordano también, no sé si leyeron un libro que publicó hace no mucho, en términos de macroeconomía, es un ortodoxo.
En fin, en teoría de la administración, los investigadores solemos decir que los arreglos institucionales (Ministerios, repartición de Ministerios, arquitectura institucional del Estado en general, etc.) siempre condensan las disputas de poder y los acuerdos de la arena política. No es lo mismo un Ministerio de Desarrollo Social que uno de Capital Humano, en uno se hace hincapié en la ciudadanía y la comunidad; en el otro, en el individuo. Ya te adelantan cómo serán los paradigmas de las políticas públicas.
En ese sentido, Macri, Milei y Schiaretti creo que se llevarán muy bien porque son de matriz neoliberal, no importa que uno venga del peronismo, otro de un partido libertario y otro de una exalianza con los radicales. Lo que los unifica es una forma de comprender la relación entre el mercado, el Estado y la sociedad, donde lo que debe primar es la excusa de la estabilidad económica -para implementar el recorte en áreas clave de actuación del Estado- y luego nunca alcanzan esa estabilidad (si hay una teoría anticientífica es el neoliberalismo, incluso en sus versiones austríacas o monetaristas como las que reivindica Milei, puesto que no han funcionado en países periféricos, porque niegan la existencia de monopolios, entre otras cosas). Pero reitero que es una excusa lo de la estabilidad económica porque, en el fondo, lo que han hecho siempre los neoliberales en el poder es negocios con sectores privados a los que pertenecen quienes reivindican esta ideología. Siempre fue así. En Argentina, en 1966, Onganía representaba la cara autoritaria, como Milei ahora, de un golpe de Estado que tuvo detrás a Kriegger Vasena, un neoliberal a ultranzas que dejó el mismo desastre que nos dejó Macri en 2019.
Por lo tanto, si a ese triunvirato le va bien, no veo un buen futuro para los trabajadores ni para las mayorías.
-También triunfó quien niega los desaparecidos y lo hizo con muchos votos de jóvenes. Como docente que tiene contacto permanente con jóvenes, ¿qué lectura haces de esta situación?
-Me parece que un sector importante del electorado pormenorizó en su voto las declaraciones negacionistas. El voto nunca es unidireccional ni unicausal, está compuesto por pasión y razón, además de muchos componentes identitarios e ideológicos que se superponen. En ese sentido, algunos no consideraban que sea “real” lo que refería a reivindicar la dictadura y se centraban más en su discurso económico. Creo que allí hay mucha ingenuidad o un desconocimiento de que la dictadura significó, además de la tragedia más importante de nuestra historia, los negocios que hicieron los privados con el Gobierno dictatorial y la pérdida de activos estatales que hasta hoy nos significan enormes costos, así como la desregulación de nuestro sistema financiero, es decir, el principal origen de nuestras crisis está allí.
La nueva oposición
-¿Cómo se reconfigura hoy la oposición? ¿Es Kicillof el líder por decantación de ese espacio?
-Creo que por su presencia en la gestión, en nada más y nada menos que uno de los distritos más grandes del país, Kicillof se erige como uno de los principales opositores. Habrá que ver de qué manera el peronismo se rearticula en torno a su figura, incluso ahora, con alguna facción del radicalismo más democrático y menos liberal, y seguramente con algunos oficialismos provinciales que se verán afectados cuando Milei comience con la motosierra en algunas provincias. Considero que la oposición se construirá del federalismo neoliberal que quieren instaurar, ese sálvese quien pueda entre las provincias, que solo favorecerá a las que tengan peso político electoral o su propio margen de maniobra financiero.
-¿Por dónde empezaría la autocrítica del espacio nacional y popular?
-Creo que debe comenzar por las dirigencias, aunque me parece siempre que es un proceso colectivo. Se vivieron muchas cosas estos años y a veces hubo falta de decisiones, como en el caso de Vicentín o con la negociación con el FMI. También en casos más locales, por ejemplo, la ciudadanía rechazó esto de “ir y venir” de espacios Creo que fue algo muy cuestionado en la figura de Massa y creo que aquí, en la ciudad, también se percibió que muchos dirigentes un día están de un lado y luego de otro. Son los dirigentes quienes habilitan que la ciudadanía considere que todo da lo mismo, porque “solo se garantizan su propia carrera política”, claro, desde ese argumento, es que caló la idea de la casta.
Lo que hay que volver a discutir es la idea de la representación, que significa hacer presente a quien no está. Nuestros dirigentes deben representarnos y no representarse a sí mismos. Dije eso en una entrevista hace meses y me valió muchas críticas, pero creo que hay que rediscutir quiénes integran las listas, quiénes son los mejores para gobernar. Perón decía en Conducción Política que los dirigentes deben nacer del pueblo. Si tenés a alguien que conmueve o convoca en la unidad básica, en la cooperativa, en la universidad, etc., debe representarnos. Pero sucede que la política de la representación fue absorbida por la de la rosca, el aparato y los intereses mezquinos, y eso también es parte de la derrota del peronismo, que tiene una distancia enorme con sus representados. Fijate, en la semana previa a la elección, qué dirigente no se posicionó a través de un comunicado rechazando a Milei; sin embargo, el voto de la gente fue a parar a otro lado, quiere decir que pocos representaron verdaderamente las ideas de la ciudadanía. Hay que volver a las bases.
-¿Las universidades serán también un lugar de resistencia importante en lo que viene?
-Depende. Durante la gestión Cambiemos, muchas universidades en los primeros años negociaron, principalmente las universidades presididas por rectores radicales. Luego, cuando comenzó el ajuste más fuerte e incluso una campaña de desprestigio contra las universidades –llevada adelante por los trolls de Marcos Peña para justificar los recortes-, finalmente eran 58 universidades en lucha, porque la mayoría no podía pagar gastos corrientes. ¿A qué me refiero? A que habrá que ver si intentan negociar con algunas de las grandes universidades al principio para controlar el sistema universitario, al igual que con el federalismo neoliberal, también van a instaurar el sálvese quien pueda en el sistema universitario, donde las universidades que tengan más lobby intentarán conseguir, los primeros años, financiamiento, luego no alcanzará para ninguna y, finalmente, las universidades estarán otra vez en pie de lucha para que no se las desfinancie. Creo que será así, viendo que Macri está detrás de todo esto, suele ser su modus operandi: generar conflictos por sectores y dividir a los opositores.
El PJ cordobés
-Con Schiaretti ligado a Macri – Milei se visualiza un gabinete cordobés con Capitani y Gill… Accastello tampoco pidió votar por Massa. ¿El peronismo cordobés queda ubicado más en el oficialismo nacional que en la oposición?
-Sí, claro, el silencio de Llaryora durante la campaña nacional será bien pago, aun cuando apenas sus segundas líneas fueron las que se posicionaron, pero no tuvimos declaraciones contundentes del gobernador peronista contra los pituquitos neoliberales.
En la era Macri, cuando se analizan las transferencias indirectas de la Nación a las provincias (lo que va a política social, por ejemplo), Macri enviaba sumas cuantiosas a la CABA, donde gobernaba su exsocio, Rodríguez Larreta; envió mucho más dinero a la provincia de Bs. As., donde estaba María Eugenia Vidal, ¿y sabes cuál fue el otro distrito que más recibió dinero? Córdoba. Sin embargo, aun pese a ese dinero que se enviaba a Córdoba –dádivas porteñas al interior-, se frenaron muchas obras en la provincia, que luego tuvo que continuar el Gobierno del Frente de Todos.
¿A qué me refiero con esto? Al principio, seguramente, todos intentarán acercarse al Ejecutivo nacional, luego, cuando el dinero no alcance, tal vez veamos otra vez a Llaryora quejarse de los pituquitos de Recoleta, mientras, veo que eso solo fue eslogan de campaña.