Un modelo para armar y desarmar

“Unidos Venceremos. Trabajar por la unidad es trabajar por el triunfo del pueblo. Debilitarla es trabajar con el destino común, preparando la ignominia de otros 50 años de desdichas”. Juan Domingo Perón
lunes, 20 de febrero de 2023 · 08:30

Eduardo Accastello plantó la bandera del “Modelo Córdoba” en Etruria. La consigna “Schiaretti presidente” ya flamea en uno de los departamentos más importantes de la provincia. El que lleva el nombre, nada más ni nada menos, que del General San Martín.

Lo hizo la misma semana que el Frente de Todos reunió la mesa de los “33” en Buenos Aires con amplia mayoría (21 de los 33) de referentes de la provincia más poblada.

Algunos la consideran una declaración de guerra al centralismo, otros un acto de arrojo sin medir los tiempos, o una movida mediática para que la idea del cordobesismo no se pierda en el entramado de una campaña que, hasta el momento, tiene más recovecos que claridad.

La cuestión es que el centro del país sigue aferrado a la rebeldía iniciada por los dos apellidos que manejan la política mediterránea desde 1999 hasta la fecha.

En pleno carnaval, no faltaron las voces que preguntaron: ¿de qué se disfraza el peronismo de Córdoba?

“Es el neo peronismo”, dijo un dirigente conocedor de la historia en una charla de sobremesa. “Es el peronismo sin Perón, el de Vandor”, agregó el hombre recordando al sindicalista apodado “el Lobo” que promovió la división en los años 60 mientras el fundador del movimiento estaba proscripto.

Los que vienen bregando por la unidad de los “muchachos y muchachas” a nivel nacional, ven a Córdoba como un “nido de serpientes”. Una manera de considerarla un símbolo de la traición a los principios “dejados por Perón”.

“Trabajar por la unidad es trabajar por el triunfo del pueblo”, frase emblemática del máximo líder del espacio. En este sentido, el cordobesismo se “cortó solo” y a partir de 2011 tomó una posición de enfrentamiento público con Cristina.

Una confrontación que José Manuel de la Sota había comenzado a suavizar por el camino del diálogo con la actual vicepresidenta, antes de su fatal accidente el 15 de septiembre de 2018.

La promoción de Schiaretti a la Presidencia no parece una buena idea cuando está en juego, en primer lugar, la Gobernación y el oficialismo provincial necesita votos de la vertiente más moderada del Frente de Todos. Tampoco parece un avance interesante en un momento en que se puso en el tablero el clamor por Cristina, más allá de que ella tenga decidido no ser la candidata.

“A Schiaretti lo apoya Macri”, dicen las lenguas de doble filo. Puede ser, si es así, una puerta para seguir reteniendo la Gobernación, pero a nivel nacional no es una pieza clave, en este momento.

Es apenas un “malware” para el justicialismo nacional, según la definición de un histórico peronista. “El tipo sabe que no llega a la Presidencia, pero hace daño”, señaló nuestro interlocutor recordando la frase de Perón: “Unidos venceremos. Trabajar por la unidad es trabajar por el triunfo del pueblo. Debilitarla es trabajar con el destino común, preparando la ignominia de otros 50 años de desdichas”.

 

La isla “amarilla”

A la provincia de Córdoba la llaman, en determinados sectores del Frente, la “isla amarilla”.

Córdoba, en política, tiene una historia muy particular. En su momento, la consideraban una provincia cuna del radicalismo. Y lo fue. Es el segundo distrito más poblado del país y al peronismo le costó imponerse en los comicios.

En su mejor momento, 1951, Perón logró ganar en Córdoba con el 52,89% de los votos. En 1973, el Frejuli logró el 56% en la provincia.

En 1983, Alfonsín obtuvo el 56% de los votos. En 1989, Córdoba volvió a votar por la UCR. En 1995, los cordobeses le dieron un fuerte respaldo a Menem, pero en la Gobernación siguieron apostando por la UCR.

En 1999, a nivel nacional se impuso la Alianza y a nivel provincial ganó José Manuel de la Sota. En 2003, con varias divisiones, Córdoba se inclinó por Menem y nuevamente por De la Sota. En 2007, la provincia prefirió a Lavagna y en una elección reñida eligió a Schiaretti para la Gobernación.

En 2011 ganó Cristina con el 37,29% y volvió De la Sota a la Gobernación. En 2015 arrasó Macri, al igual que en 2019.

Curiosamente, desde el regreso de la democracia, la provincia fue gobernada por el radicalismo del 83 al 99 y por el peronismo cordobés y sus aliados desde el 99 hasta la fecha.

El segundo distrito del país es una caja de sorpresas para los que creen en la regla.

Un modelo para armar y desarmar.

 

Siga el corso

¿Cuál es el origen del Carnaval, egipcio, griego, cristiano, pagano? Hay diversas teorías. Siga el corso, siga el baile, máscaras, alegría, fiesta. Ayer fue el cumpleaños de Cristina, vino Horacio Rodríguez Larreta a estos pagos y la política tuvo su comparsa, entre la primavera y un adelantado invierno.

El clima conspiró para pasar de altas temperaturas a muy bajas temperaturas. El team verano y el team invierno se encontraron danzando juntos al ritmo de la grieta profunda.

Los políticos siguen bailando, “al compás del tamboril”. Ni el más brujo de la tribu puede adivinar lo que viene.

Aunque parezca un déjà vu, la mesa del Frente de Todos propuso formar una comisión para pedirle a Cristina que sea candidata a presidenta. Una comisión, esa figura que el General decía, “si querés que nada funcione, armá una comisión”.

En el Frente ¿de todos?, están preparando una gran marcha para el 24 de marzo. “Hay que ganar la calle”, dicen. La idea es convencerla a Cristina para que se postule a la tercera Presidencia.

El problema “es que ella ya dijo que no se va a postular”. Les puede gustar o no, a sus seguidores, pero Cristina es una gran jugadora y no va a dar un paso en falso por más comisión y operativos que armen.

La búsqueda de la “tercera” nunca fue buena, tal vez porque es la “vencida”.

Nada está claro, el modelo puede ser para armar o desarmar.

Para el triunfo o para la derrota.

Para el bienestar o para la ignominia.

En tanto, el pueblo, mayoritariamente, sigue esperando.

 

CLASIFICADOS

“Nosotros estamos conformando una coalición, que es mucho más que una unión de partidos. Se están sumando radicales, socialistas, personalidades de distintos sectores productivos, culturales, más allá de lo que haga su fuerza política... Y por supuesto que me encantaría tener a un amigo dentro de la coalición como Martín (Gill), que nos prestigia, y por su capacidad de gestión, también”.

Martín Llaryora, candidato a gobernador de Hacemos por Córdoba

 

“El Modelo Córdoba es el que mejor puede llevar a Argentina a salir de la actual situación, porque es un modelo que prioriza la generación de empleo genuino, la producción y el trabajo con una mirada productivista y federal”.

Eduardo Accastello, ministro de Industria de la provincia

 

“El martes vino, entre otros, el intendente de Córdoba capital, Martín Llaryora, a quien, además, se le facilitó la sala de prensa para hacer campaña partidaria, mientras repartía elogios y plaquetas para seducir a su anfitrión, que, como un doble agente, asoma como posible aliado o rival”.

Guillermo Lorenzatti, precandidato a intendente del Frente Cívico

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