Entrevistas / Braulio Zanotti

“Nosotros no tenemos patrones ni jefes”

lunes, 21 de agosto de 2023 · 08:07

Nació en el Sanatorio Mayo, de Villa María, el 25 de marzo de 1970. Comerciante, emprendedor. Casado, dos hijas. Fue intendente de Villa Nueva desde 1995 a 1999. Entre 2013 y 2014 se instaló en Villa María, ejerciendo la actividad privada. Nació en cuna radical, su padre Carlos fue un reconocido dirigente. Se considera un “entusiasta aprendiz de las nuevas tecnologías”. Es familiero, le encantan las reuniones con amigos, recibir gente en su casa, comer asado y se define como “un emprendedor nato”.

Después de años alejado de la política, hoy se presenta como candidato a intendente por la alianza “Cambia Villa María”, integrada por la UCR, el Frente Cívico y el MID.

-Braulio, después de haber estado alejado de la política tantos años, ¿qué te motivó, qué sentiste para decir vuelvo al ruedo?

-Creo que sentí lo mismo que sentía cuando era muy joven y empecé a participar y lo que nunca dejé de sentir. Simplemente, yo me alejé porque hice una carrera al revés, de muy jovencito ya había logrado lo que quizás otros logran a los 60 años.

Lo que pasa es que miré para atrás y no estaba sólido económicamente, cuando se es intendente dejás absolutamente todo, tampoco tenía una familia y quise empezar a desarrollarme personalmente, familiarmente, y necesitaba ese tiempo y a la velocidad que yo venía no iba a ser factible.

Hoy, con el diario del lunes, te puedo decir que estoy muy feliz, porque mi mayor éxito es, sin lugar a dudas, haber conformado la familia que conformé junto a mi señora y mantenerla. Y es eso, tan simple que no hay mucho más.

-Vos naciste en una casa politizada y con las banderas de la UCR ¿Qué recuerdos tenés de esa infancia?

-Todos. Me acuerdo, yo tenía 4 años y el comité era mi casa. En esa época se usaba ir a buscar a la gente para votar muy temprano, era de noche y yo, con una señora muy conocida, iba en su auto. Yo la acompañaba en el asiento del auto, agarrándome de la guantera porque no llegaba (sonríe).

Pero yo quería estar ahí. Y después, el comité. Yo habría tenido 6 años, estaba en la esquina de mi casa y mis primos, que eran más grandes que yo, me decían que yo tenía que ir a la esquina y cuando llegara a la esquina tenía que gritar “Viva Perón” (risas).

Yo hacía eso.

Y de ahí para adelante, viví absolutamente todo entre los más grandes, porque políticamente me crié entre los más grandes, pero en una política que era muy sana, donde la palabra valía oro. Me crié en una casa donde la honestidad no fue una palabra más, fue una palabra que a todos nos marcó a fuego.

Uno podía estar equivocado en cualquier cosa, menos en eso. Porque no se es más o menos honesto, se está de un lado o se está del otro.

-Recuerdo que tu padre, en 1973, era diputado junto con mi tío, que era peronista, y la relación de amistad, de solidaridad, era diferente a hoy. No eran enemigos.

-Yo me crié con eso, mis grandes amigos son peronistas. Mi padre me contaba que en las elecciones de Villa Nueva, los Zanotti eran radicales, los Moreno eran peronistas, grandes amigos, y cuando terminaban las elecciones se comían un asado juntos.

Y las peleas en las elecciones eran a muerte, pero ahí terminaba.

Me acordé siempre de eso y cuando estuve en la Juventud Radical hicimos lo mismo con la Juventud Peronista.

Terminaban las elecciones y nos comíamos un asado, en una época hasta hicimos un campeonato de fútbol.

Y eso hace que después de tantos años no haya peronista con el que no me pueda sentar a tomar café. Y eso no se logra de la noche a la mañana, es una concepción de vida. Porque el que piensa distinto no es un enemigo.

Y cuando eso se piensa es porque se arranca de un concepto de “soy el dueño de la verdad”. Y si vos pensás que sos el dueño de la verdad, no te dediques a la política. Porque el primer vecino que te encuentre te va a hacer saber que no sos el dueño de la verdad.

Te lo van a hacer sentir hasta tus hijos, que hay una diversidad de pensamientos y no todo lo que uno cree que ve es lo que ve. Hay mucho más.

Insisto en todas las recorridas en escuchar. Uno tiene una visión de ciudad, hay proyectos, pero, generalmente, el que te trae las inquietudes y también las soluciones son los vecinos.

Escuchar es fundamental.

-Con toda la experiencia que tenés desde niño en el terreno político, ¿qué análisis hacés de la sociedad actual?

-La sociedad de hoy es producto de consecutivos desaciertos de quienes a través de tantos años nos han gobernado. Hemos pasado de un extremo al otro. De la izquierda hacia la derecha, de ser privatistas a estatistas, lo que nunca se logró es sentarse con el otro, con el adversario, o aun con el que se crea enemigo, a escribir cinco puntos en común.

-¿Políticas de Estado con continuidad en el tiempo?

-Políticas de Estado, vos me hablabas de mi papá con tu tío; después de muchos años, yo recuerdo que mi papá pasaba a saludarlo. En esa época sí que había luchas fuertes, eran otras las luchas, había causas, ahora hay cajas.

Entonces, la pelea es quién se queda con las cajas.

Hoy es una sociedad diferente y lo que me llamó a participar es el desafío. Un montón de veces mis hijas me preguntaron por qué no estaba en política. Y yo les daba mi punto de vista del porqué no. Y que ellas tenían que seguir otro camino, porque la política es muy dura, pero no fui muy convincente, porque mi hija más chica me dijo: “Papá, voy a estudiar Ciencias Políticas” (risas).

Pero también me di cuenta de que lo mío eran excusas. Porque si podía aportar un granito en este momento, y posiblemente se vengan momentos más duros, vamos a hacer el esfuerzo de aportar nuestro granito de arena.

-¿Existe alguna posibilidad de que acuerdes con Junto por el Cambio o tu decisión de ser candidato a intendente está tomada?

-Las autoridades del partido lo saben, y Dios también lo sabe. Hicimos todo para que así fuera, se decidió hacerlo de un modo que no da buenos resultados, no lleva a buen puerto. No quiero entrar en detalles.

Yo soy el candidato a intendente, lo hemos hecho desde las bases del radicalismo y del Frente Cívico, con Guillermo Lorenzatti.  Nosotros no tenemos patrones, no tenemos jefes, respondemos al grupo de gente que nos acompaña, que nos ayuda, que no nos deja bajar los brazos.

Toda la gente que está es gente nueva, comerciantes, empresarios, laburantes. Venimos a ser la verdadera cara del cambio.

-Apenas salió tu candidatura a la luz, vos dijiste que querías despertar “el león dormido” ¿Por qué se durmió el león?

-Puede haber innumerables causas, una puede ser la absorción que tuvo el PRO en el radicalismo. Y no hago responsable a nadie, sucedió así. Creo que se perdió la razón de ser por la cual el radicalismo tiene que estar vivo.

Hablando con un grupo de amigos decía que, cuando no está claro el camino a seguir, hay que mirar un poco la historia y eso nos marca hacia dónde tenemos que ir.

Hubo muchísimos dirigentes, grandes dirigentes que te marcaban el rumbo y que han ganado y perdido elecciones. Pero nunca fueron sumisos, no agacharon la cabeza ni entregaron el partido por un cargo.

Después se verá quién gana y quién pierde, pero las banderas no se pueden bajar. Los que venimos del radicalismo representamos a los sectores más populares, a los sectores humildes, a las clases medias, y tenemos la libertad y la honradez como bandera, con la modernización que deben tener los partidos políticos y estar a la altura de los más jóvenes, que hoy tienen otra vida a la que tuvimos nosotros.

-La campaña local está inmersa en la campaña nacional, ¿vos creés que la gente reacciona diferente cuando la elección es local?

-Creo que sí, cada elección es una elección distinta. Hoy, la gente no está buscando quién es tu padrino político, está buscando que tengas la capacidad para solucionar el problema de los vecinos. Creo que eso tiene que ver con la buena acogida que tenemos en todos los lados que recorremos. Porque no venimos siendo empleados de nadie, ni peones de nadie. Somos un grupo de vecinos con ganas de proyectar cosas nuevas, que quiere cuidar lo que está bien hecho y cambiar lo que tiene que cambiar.

Es un grupo de gente nueva y nuestra lista va a ser gente con aires nuevos, energías renovadas, y no un amontonamiento de que “si te doy dos, o me quitaste tres.”

Es un proyecto común que no se termina el 1 de octubre, va a continuar.

Y yo aspiro a ser intendente, pero si la ciudadanía no me acompaña, no voy a ser concejal. Voy a renunciar a mi derecho a ser concejal. Pero voy a seguir militando socialmente, sin ningún tipo de cargo.

-¿Te sorprendió la decisión de Felipe Botta (H) de irse con Darío Capitani?

-No. Porque probablemente haya sido lo que siempre ha querido. Es una decisión que no comparto, pero respeto mucho. Y lo digo públicamente porque se lo dije personalmente. Me parece una decisión equivocada.

-Hoy, el 40% del padrón son jóvenes y da la sensación que la mayoría de la dirigencia tradicional les habla en un lenguaje que no los representa.

-A mí me sucedió una cosa que me dejó marcado. Cuando fui candidato a intendente tenía 24 años, asumí con 25. La crítica era que era joven, yo creía que era un atributo ser joven.

Después, cuando asumí, algunos empresarios te probaban a ver como respondía, el sindicato te probaba, los empleados te probaban. Entonces sé lo que es ser joven y tener que remar aguas arriba, contra la corriente.

Eso me marcó a fuego. Y la Secretaría que voy a tener bien cerca es la de la Juventud.

El mundo cambió, y a los jóvenes les está pasado cosas ahora y hay que resolverlo ahora. Hay que estar a su lado.

Es una masa etaria que busca respuestas y sigue encontrando preguntas, y después nos preguntamos por qué a la juventud “no le importa nada”.

La pregunta ¿hay alguien que se está ocupando de ellos?  No, tal vez en esa rebeldía están pidiendo ayuda. Hoy se necesita un equipo para abordar la situación de la juventud.

-Si llegás a ser intendente, ¿qué es lo primero que resolverías?

-Tres cosas importantes. La primera, devolverle la transparencia a la Municipalidad y ajustar los gastos de la política como nadie lo hizo en Villa María. Si soy intendente, soy por cuatro años y me vuelvo a mi casa y los funcionarios también se vuelven a su casa.

Y la planta política que me va a acompañar, como mínimo, va a ser una reducción del 50%. Tomaremos gente de la planta permanente.

Reacomodar el presupuesto desde el primer día. El segundo punto, tener una red de salud primaria con guardias de 24 horas los siete días de la semana.

Después, el tema de seguridad. Me voy a poner al frente de la seguridad. Tropezaremos y nos volveremos a levantar, pero hay que ponerse al frente para solucionar los problemas.

-La última, si llegás a la Intendencia, ¿qué relación vas a tener con el gobernador electo Martín Llaryora?

-La mejor. No creo en otra cosa que no sea el diálogo, las coincidencias siempre son mayores que la diferencias.

Los grandes problemas que estamos atravesando en el país son por falta de diálogo.

Y no tengo ningún problema en tener en el gabinete un secretario peronista, por ejemplo, porque cuando fui intendente lo hice.

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