Entrevistas / Eduardo Accastello
“Tengo la pasión intacta y las mismas ganas de hace años”
Nació el 9 de marzo de 1962. Es Magíster en Gestión Pública. Milita en el peronismo desde 1980. Fue tres veces intendente de Villa María. Ocupó diversos cargos: ministro de Gobierno provincial, diputado nacional, presidente de la FAM, legislador. Actualmente, es ministro de Industria de la Provincia de Córdoba y tiene buena relación con el gobernador electo, Martín Llaryora.
Pero hoy su deseo es culminar su carrera en la ciudad que “ama” y que le regaló momentos muy felices y otros de mucho dolor, como la pérdida de sus padres en 24 horas por el COVID-19.
Su decisión de “volver al pago a dar batalla” sorprendió a varios de sus “allegados” y de sus “alejados”. Después de encuentros y desencuentros internos, llegó la paz y la reconciliación.
Hoy es el candidato a intendente de la unidad del oficialismo local por la alianza “Hacemos Unidos por Villa María”.
-¿Qué sentimientos se despertaron o surgieron en esta etapa de tu vida para tomar la decisión de volver a tu origen y ser candidato a intendente?
-Fue todo un proceso de análisis interior, con la gente que quiero mucho, y a la decisión la terminé tomando a partir del amor que siento por la ciudad. Los vecinos me interpelaban cuando me encontraban caminando, en los barrios. Me decían “volvé, ¿vas a volver?”. Eso me despertó unas ganas de abrazar más al villamariense, de escucharlos, de estar cerca.
Me parece que fue eso lo que llevó a sentir algo que es muy difícil de explicar, porque nace de muy adentro. Sentí la necesidad de estar de nuevo cerca, aunque no me fui realmente, más cerca de las personas que me preguntaban si iba a volver.
Y te digo que cuando lo decidí, inclusive hablándolo con gente de mi familia, me sentí profundamente emocionado. (Pausa).
-¿Por qué se sintió emocionado, recuerdos?
-Porque sabía que era el encuentro cercano, el abrazo cercano con el villamariense.
Y eso es lo que vengo a hacer, a estar estos cuatro años de mi vida por las calles de mi ciudad, por estas calles en las que anduve en bicicleta de los 13 a los 17 años, siendo cadete o escribiendo en el diario Noticias.
Recordando el colegio secundario, el nocturno en el Comercial. Estoy convencido de que tengo mucho para aprender y tengo mucho para dar. Tengo la experiencia y tengo la pasión intacta. Intacta.
Una pasión que me emociona y tengo las mismas ganas que cuando tenía tan pocos años, era concejal y soñaba con crear una Universidad y lo logramos.
Hoy siento lo mismo y sé que van a aparecer cosas muy trascendentes.
-¿Cuáles son los sueños hoy?, porque recuerdo que en 1999, cuando llegaste al Palacio municipal, hablabas mucho de los sueños. ¿Son los mismos, cambiaron, crecieron?
-Creo que los míos nunca son míos, son de la gente. El sueño de crear la Universidad surgió de Blanca Estadella, la vecina de Barrio Belgrano que me pidió que su nieta pudiera ir algún día a la universidad.
Los sueños son colectivos, uno trata de formar parte de esos sueños que tiene la sociedad. Además, los vecinos están orgullosos de Villa María, aman Villa María.
Los villamarienses amamos la ciudad y queremos que siempre sea mejor, queremos mostrarla a la gente que viene, le mostramos la ciudad, ese es el orgullo que tenemos.
Estos últimos siete, ocho años de contexto nacional enojó a mucha gente, gran parte de la sociedad está enojada, no con la ciudad. Está enojada con la realidad, con la situación económica.
Necesitamos de nuevo que Villa María tenga ese crecimiento sostenido que nos distinguía. Villa María, por sí misma, se distingue en el contexto nacional. Es la ciudad de mayor transformación, te dicen. Muchos presidentes que vinieron a la ciudad lo dijeron.
Y lo segundo tiene que ver con que tengo mucha experiencia, pero tengo también el desafío de que esos sueños que me van contando. Sueños que tienen que ver con el ser humano, no tanto con las obras. Más allá de que en este momento están en marcha obras muy importantes, como la avenida Circunvalación.
Es el tiempo de la ciudad humana. El tiempo de la común humanidad, del desarrollo pleno de la familia. Es el tiempo del trabajo, de las oportunidades, del emprendedor. Es el tiempo del abrazo, del encuentro, de la escucha.
-Hay una generación joven, más de un 30% del padrón, que pareciera no ser interpretada por la clase política.
-No es interpretada. Porque la sociedad evoluciona y con la innovación tecnológica sigue evolucionando. Pero me parece que mucha dirigencia no evoluciona. Cree que lo que piensan los jóvenes no va en la dirección de lo que ellos piensan. Porque son dirigentes que solo piensan en ellos, no se interesan por escucharlos, por preguntarles qué sienten, por qué están enojados, cuáles son sus deseos, sus sueños.
Nosotros, en los sueños de aquel 99, de 2007, siempre pensamos en hacer lo que los jóvenes querían. Una Universidad querían los jóvenes, una Medioteca, una Tecnoteca.
Un teatro de los niños, un Parlamento de los Niños. Los jóvenes y los niños, en Villa María, siempre fueron, son y serán prioridad. Porque en una ciudad donde los niños deciden y donde los jóvenes deciden, los adultos tenemos lugar.
Pero en una ciudad donde los dirigentes solo piensan en los adultos, los jóvenes no tienen lugar, se sienten frustrados.
-¿Por eso se rodeó de un equipo joven?
-Por eso. Si te fijás en la lista que me acompaña vas a ver que está repleta de jóvenes. Es la renovación de lo que es este espacio político. Juan Pablo (Inglesse) tiene 34 años, Yas (Osés), 30; José María (Cativelli), 40. Vos ves que toda la gente que forma parte del espacio, los primeros 12 de la lista de concejales, son todos parte de una nueva generación.
Ellos vienen a hacer la ciudad, junto con los jóvenes, ellos son el impulso de estos nuevos sueños.
-Hace siete años, en una entrevista que te hice, dijiste que el peronismo “tenía que repensarse porque había hecho peronismo de dirigentes y no de la gente”. ¿Esta unidad que lograron hace pocas horas llega porque están haciendo peronismo de la gente?, ¿porque se repensaron?
-Creo que este respaldo que se dio en estas horas fue un respaldo a una decisión basada en que el proyecto debe acercarse más a la sociedad, valorando muchas cosas positivas, muchas, que se hicieron en estos últimos años, pero cambiando las que haya que cambiar.
Y creo que nos pensamos, o repensamos, mucho más como un espacio plural. En la lista hay gente del radicalismo, independientes, representantes del comercio, de los barrios, de sindicatos, de asociaciones.
Lo más importante es que se logró un respaldo a una idea que la conversamos mucho estos días y es cómo logramos que la ciudad vuelva a transformarse a través de la ciudad segura, de la innovación con desarrollo productivo y de una ciudad fundamentalmente humana. Esos son los puntos que definimos.
No definimos ni candidatos, ni espacios, eso nos da una nueva motivación. El segundo consenso lo vamos a empezar a construir el 1 de octubre. Si la sociedad nos legitima, al día siguiente convocamos a todos los sectores de la sociedad, a las fuerzas políticas que participaron, a los 270 vecinos que están en las diez listas. Hay que escucharlos, es muy importante que sumemos sus desafíos, sus programas.
Armar un plan de trabajo para hacer una mejor Villa María.
-¿Fueron duras las conversaciones, las negociaciones, para lograr el respaldo? ¿Hubo reencuentros?
Nosotros tenemos la capacidad de entender que las cosas que consideramos mal debemos decirlas entre nosotros y las cosas que están bien hay que sostenerlas para adelante. Hay una cosa que nos distingue, que amamos Villa María y somos hacedores.
Está claro que nosotros vinimos permanentemente a decir: queremos hacer más y más. Y está la demostración.
Todos los que aman la ciudad y tengan ganas de hacer cosas por la gente tienen espacio en este proyecto.
Creo que esto nos permitió un respaldo que yo valoro mucho. La actitud que tuvo tanto Martín (Gill) como José Carignano, Pablo Rosso, Nora (Bedano), Juan Pablo, Marcos (Bovo), Verónica (Navarro), todos los que formaron parte y dijeron: “Mirá, sos vos, Eduardo, con la renovación de gente que te va a acompañar.”
No hubo condiciones, fue muy interesante porque no hubo condiciones. Lo que hubo fueron definiciones sobre lo que queremos para la ciudad. Los trazos de lo que queremos para Villa María y en eso hubo mucha generosidad de todas las partes.
Fue un ejercicio muy interesante, de encontrarnos cada uno, decirnos las cosas, pero sin dejar de pensar siempre en Villa María.
-¿Cómo es la ciudad que ustedes, todos los del espacio, tienen en mente lograr si llegás a la Intendencia?
-Tenemos un plan de trabajo que lo vamos a validar caminando los barrios y las instituciones en estos días que faltan para las elecciones y luego con todas las fuerzas sociales, el 2 de octubre, si nos da la oportunidad el pueblo de Villa María.
Ese plan tiene tres ejes: ciudad segura, ciudad innovadora y productiva, y ciudad humana.
La ciudad humana tiene que ver con seguir desarrollando fuertemente la educación, la conectividad en toda la ciudad, la salud, la contención, incluye el centro de atención y rehabilitación para las adicciones que prometió el gobernador electo Martín Llaryora, darle un valor muy fuerte a los CAPS.
También tiene que ver con la sustentabilidad y la buena alimentación de los niños. Una política muy trascendente que se viene desarrollando desde Veglia, pasando por nosotros y que fortaleció mucho Martín, que son los Centros de Apoyo al niño y la familia.
En ciudad innovadora y productiva, estamos trabajando con el espacio emprendedor para los jóvenes, para las mujeres mayores de 50 años, por el Parque Lácteo Alimenticio.
Queremos que Villa María sea una ciudad referencial en comercio, industria y turismo.
En la ciudad segura, siempre la prevención es la causa que evita la consecuencia. La prevención es el taller de oficios, el deporte, las becas. Pero también le tenemos que dar una nueva herramienta, que, ya lo dijo Llaryora, es la potestad para que los municipios puedan crear la Policía Municipal.
(Las propuestas completas serán presentadas en los próximos días)
-¿Cuál sería la primera medida que tomarías si te volvés a sentar en el Sillón de Viñas?
-Eficientizar la relación del vecino con el municipio. Cuando llegué al Ministerio de Industria, le dije a mi equipo: no puede ir este Ministerio a una velocidad distinta de la que va el comercio y la industria. Si un trámite para industrializar un alimento se presenta y hoy demora 200 días, no nos sirve.
Hoy demoramos siete días en aprobar un nuevo proyecto alimenticio. Hoy, la gente necesita velocidad.
Para eso hay que digitalizar, modernizar y avanzar en una gestión que esté mirada desde el vecino, no desde el funcionario.
Lo primero que voy a hacer, adecuar para el que quiera invertir, que abramos las puertas en el acto; el que quiere desarrollar, que abramos las puertas en el acto.
Necesitamos un municipio dinámico y facilitador de los que tienen ganas de hacer.