Fiscal René Bosio
“Hay que unirse para darles alternativas a los jóvenes”
“En vez de estar en el colegio, en el deporte, la juventud tiene problemas de adicciones”, expresó. Su mirada sobre el endurecimiento de penas-¿Qué cambios sociales has notado en estos casi 20 años de fiscal?
-Fue cíclico. Hubo momentos de aumentos en delitos, y en otros ha habido una baja. Influye cómo le va al país. En etapas de crisis empeora, hay mayor índice delictivo y de violencia. No hay un patrón continuo.
-¿Qué factores vincula al delito?
-La educación es clave, el hecho de que no estén en la calle, sino en el colegio, de que tengan una alimentación como corresponde. Influye notablemente la droga, algo que ha ido creciendo en todos lados, no solo en esta localidad. Años atrás se decía que Villa María era de paso, hoy tiene índices importantes en todo sentido. Hay droga en los pueblos también, algo que antes no se veía. Es una situación que golpea duro en las familias porque no tienen muchas herramientas, y a nivel de políticas de Estado tenemos muy pocos elementos. Para internar a un chico, prácticamente no hay posibilidades en el sector público, y para hacerlo en lo privado las personas que no tienen medios económicos no pueden alcanzarlo. Hay que avanzar en este tema, ponerse de acuerdo como sociedad, todos los sectores. Las adicciones son una enfermedad y se tienen que tratar.
-En las personas acusadas se suele ver un historial de drogas
-Sí, en porcentajes muy importantes. Es frecuente. La droga está muy relacionada con los hechos delictivos y sobre todo en los jóvenes. Esto es un doble problema, porque la juventud en vez de estar en el colegio, en el deporte, tiene problemas de adicciones.
-En muchos casos delinquen para poder comprar droga, bajo efecto de las sustancias cometen más delitos, ¿qué sucede?
-Las dos cosas. Robar cualquier cosa para vender, para reducirlo y tener dinero para comprar droga, o, en otros casos, le dan directamente la droga a cambio de.
En otras ocasiones, cometen el hecho en este estado. Bajo estos efectos, pierden un poco los frenos inhibitorios y eso los puede llevar a hacer cosas de gravedad importante.
-En general, ¿encuentra arrepentimiento en autores de delitos?
-La mayoría sí. Muchos dicen que no han podido salir del delito, que no tienen el acompañamiento para poder salir, o se trata de familias disgregadas. Se nota alguna voluntad, pero no encuentran las herramientas.
En cuanto a las adicciones, se dan en todos los sectores, y debería tratarse el asunto como tal, profundizar sobre esto para encontrar soluciones, sobre todo en los jóvenes. Lo peor es bajar las manos. Es una cuestión de toda la sociedad, hay que unirse para darles otras alternativas, porque la adicción los lleva a la oscuridad, a la destrucción propia y la destrucción familiar.
-¿Qué me puede decir de la realidad de las cárceles? ¿Qué piensa ante el comentario de un sector que dice que en la cárcel están muy bien?
-Lo peor que le puede pasar a alguien es perder la libertad. Yo parto del principio lógico, de que es lo más sagrado. No es fácil estar ahí. El fundamento (de los penales) es la resocialización, pero la realidad es que hay pocos y superpoblados, sin contar con todos los medios disponibles. Por dar un ejemplo: si se necesitan 10 psicólogos, hay uno solo.
No creo que ninguna persona esté bien allí, solo que salen a la luz cosas que no tendrían que ser así, que obviamente están mal. Pero están privados de lo más sagrado.
-¿Qué mirada tiene de la tesis del endurecimiento de penas?
-Tiene muchas discusiones, como también la de bajar la edad de imputabilidad. ¿Es la solución para un chico de 14 años que tiene que estar en el deporte, en el colegio? Hay que tratar la cuestión profundamente.
En grandes ciudades, entiendo esta mirada, desde el lado de las víctimas, porque matan por robar un celular, por una cartera, y la gente dice eso. Ese humor social es totalmente entendible.
Pero tenemos penas importantes. Tenemos un mínimo y un máximo en la mayoría de delitos, que se pueden merituar, entonces por ahí, a lo mejor, no es necesario reformar artículos del Código, sino aplicar una mayor sanción.
-¿Ve alta reincidencia?
-Sí. Merece la atención, porque hay un muy importante porcentaje. Muchas veces manifiestan que no es fácil su reinserción, no es fácil conseguir trabajo, por eso habría que hablar de esto, ver qué políticas aplicar, cómo podemos ponernos de acuerdo, si no estamos en una rueda de la que no salimos, que se repite.
-¿Se persigue penalmente a la clase alta?
-Muchas veces se hace esa pregunta. La Justicia de Villa María tiene muchas muestras de que se hace, de que se trabaja. Hay acusados de todas las clases sociales. No somos los mejores, tenemos errores y nos pueden criticar con razón por algunas cosas, pero trabajamos. Durante dos años consecutivos fuimos de los de más elevación de causas en la provincia, como así también la Cámara del Crimen fue la que más juicios concretó.
En cuanto a delitos de guantes blancos, como se dice, hay que profundizar en reformas. En la ciudad sería importante una Fiscalía especializada en delitos penal económico, estafas, defraudaciones, una Fiscalía exclusiva para ello. Nosotros somos Fiscalías de fuero múltiple, además de lo penal, contestamos vistas de causas civiles, laborales. Sería necesario contar también con otra Cámara del Crimen.
-Creció la cantidad de abusos sexuales, ¿no? ¿A qué lo atribuye?
-La legislación, la visibilización de los derechos de mujeres, la lucha de muchas organizaciones que dan esa fuerza para salir adelante, han generado que la mujer denuncie. Antes a lo mejor sí existían, pero no se denunciaba. Hemos tenido denuncias de directoras de colegios, de vecinos. Se incrementó notablemente la cantidad de causas.
Qué siente el fiscal - Olfato, llanto, Dios y la maldad
?-¿Tiene olfato para saber rápidamente si alguien puede ser culpable, o detectar pistas sobre lo que puede haber sucedido?
-Obviamente que uno percibe, a través de preguntas, te podés dar cuenta si el testigo titubea, analizar sus reacciones. Por eso es importante la etapa del juicio oral y público, porque se puede ver todo.
-¿Le gusta ser fiscal?
- Sí, trato de serle útil a la sociedad. Intentamos que se haga justicia, esto exige mucha dedicación, mucha prudencia, porque ordenamos detenciones, y ya te mencioné lo que pienso de la libertad. Se está en la trinchera, en el primer eslabón de una cadena, y exige todo para dar respuesta a la gente. Somos empleados de la gente, porque nos pagan con los impuestos que se le cobra a la sociedad.
-¿Los años hacen perder la capacidad de asombro, de impacto emocional?
-En algunos casos, tal vez. Tenemos que estar con los pies en la tierra, ser fuertes y ser objetivos. Lidiamos con la libertad de la gente, que es lo más sagrado. También tenemos que tener toda la fuerza ante los hechos graves, como los homicidios, como abusos sexuales graves, como la violencia familiar.
-¿Se quiebra a veces?
- Suele pasar. A veces me tocó de llegar a casa y llorar, ante hechos aberrantes. La función demanda entereza, pero en la tranquilidad del hogar ves a tus hijas y pensás... a veces lloro. Hay noches en que no pude dormir, cuando me ha tocado lidiar con homicidios o hechos graves, y uno se queda pensando, analizando.
-¿Existe la maldad?
- Creo que sí. Pero... Como muy creyente que soy, porque creo en Dios, creo en las personas, en el perdón, el arrepentimiento, no creo que los chicos jóvenes tengan maldad; por ejemplo, hay mucho bullying y creo que actúan sin darse cuenta, pero el daño del bullying es importante. Creo mucho en el perdón y en Dios, pero sí hay personas que causan daño.
René Bosio es fiscal de Instrucción del Tercer Turno desde junio de 2016. Antes, estuvo una década en Río Cuarto, en donde fue asesor letrado en Tribunales. Previo a esto, fue secretario de la Fiscalía de Villa María, de la que hoy es titular.