Entrevista a Carlos Pizzorno, presidente del Parque Industrial, Logístico y Tecnológico

“Las pymes son una hoja de papel en medio de la tormenta”

En el diálogo con nuestros medios, van surgiendo apellidos que sembraron ejemplos: Banchio, Chiantore, Urquía… La situación económica local y nacional, en la mirada de un empresario que da empleo a 170 personas en diferentes rubros

-Es difícil la continuidad en condiciones económicas tan cambiantes y donde la mirada individual, en muchos casos, evita la visión colectiva. En el Parque Industrial ustedes lo han conseguido. No hubo un cambio abrupto entre la gestión inicial de Rodolfo Banchio y la tuya… Generalmente, el que llega echa por tierra parte de lo que construyó el anterior…

-El trabajo de Rodolfo Banchio en el Parque fue impecable, con una fuerza y un ímpetu notable. Estamos tratando de seguir esa línea y creo que los resultados son altamente positivos.

-Casi sin más parcelas disponibles en un campo que parecía inmenso...

-Sí, ya estamos iniciando ahora los trabajos de infraestructura en el predio nuevo, que se compró hace unos años.

-¿Cómo estás observando el panorama actual, tanto por lo que se vive en tus empresas como por lo que surge en el diálogo con tus pares? Los principales medios informan que investigarán solo a quienes evadan más de 100 millones…

-Queda siempre la idea de que hay un blanqueo. A los que han sido puntuales en el pago de los impuestos, evidentemente nos queda un sabor amargo. A veces son medidas que, desde el punto de vista de la economía y tendiendo a volcar más capital en la sociedad, parecen razonables. Desde el punto de vista de lo que uno siente como justo, no parecen razonables.

-¿Cómo ves el porvenir en cuanto a expectativas, a empleo…? ¿Cuántos trabajadores se desempeñan en tus empresas?

-Hay unas 170 personas, aproximadamente.

-Es una responsabilidad grande.

-Es una responsabilidad grande, sí. Uno se da cuenta de que las pymes como la de uno son una hoja de papel en medio de una tormenta. Hay que cuidar muchísimo cada cosa que se hace, cada paso que se da, tratando de cometer la mínima cantidad de errores posibles en medio de estos cambios bruscos. Bueno, en lo que es combustibles, la cuestión está más o menos estabilizada, los precios estabilizados, se mantienen, no hay saltos bruscos. En lo que es neumáticos, el tema se ha complicado mucho por la cuestión de la importación. Vienen nuevas marcas, vienen muchas ofertas de neumáticos desde China. Y esto, evidentemente, está planteando un cambio en la comercialización. Nosotros hemos sido siempre agentes de una determinada empresa internacional de altísimo prestigio.

-Pirelli.

-Pirelli, exacto. Y ahora ya estamos empezando a importar cubiertas de origen chino. De las mejores, las que están avaladas por la Comunidad Económica Europea y que inclusive se comercializan en Europa. Porque queremos darles a nuestros clientes la alternativa. Decir, bueno, tenemos la cubierta de siempre, que es Pirelli, que tiene 15 años de experiencia como proveedor único en la Fórmula 1, tope de gama. Y también tenemos una cubierta de menor precio, de buena calidad, de otro origen. Ahora, cuando uno lo piensa desde el punto de vista de la industria argentina, el 80, el 90% del neumático que se vende con la marca Pirelli es fabricado en Argentina. Si nosotros empezamos a comercializar en nuestras bocas de Pirelli un neumático chino… Lo hemos hablado con Pirelli y ellos lo entienden. Porque si a nosotros se nos baja mucho el volumen de venta, tampoco podemos subsistir. Es decir, ellos admiten que en una agencia oficial Pirelli estemos vendiendo determinados rodados que son de otras marcas y de marcas de origen chino.

-En todos los rubros aparece China, o el Sudeste Asiático, en situación casi dominante en muchos campos que antes no eran los suyos…

-No he estado en China, pero sí hablo con amigos que viajan con frecuencia y es como una filosofía distinta. Para nosotros, el trabajo es una necesidad, es lo que nos permite vivir, es un elemento más de nuestra vida. Pero es como que para los chinos el trabajo sería su razón de ser. Una contracción absoluta al trabajo que se inculca ya desde la escuela, en la que pasan muchas horas al día.

-¿En medio de todo esto, cuál sería la palabra de aliento que se le puede llevar al comerciante, al industrial, a la persona que está defendiendo su negocio, su empresita, su cooperativa?

-Yo, independientemente de las vicisitudes de los gobiernos que le tocan al país, soy siempre muy optimista con respecto a lo que es Argentina. En Argentina hay recursos infinitos y hay también un talento infinito. Por ejemplo, cuando ustedes le hicieron la entrevista a la gente de Junta Más, que resolvió de forma práctica y rápida la pérdida en caños, que resolvió de igual manera, con la misma practicidad y simplicidad lo que es la pinchadura de los caños de gas... Bueno, uno ve que en Argentina el talento es desbordante. Así que, con recursos, con talento y con buena gente -el argentino es una persona buena, una persona noble, trabajadora-; creo que, con todas esas condiciones, se puede ser optimista con respecto al país. Esta apertura nos cuesta un esfuerzo muy muy grande de adaptación. Entiendo también que, para Argentina, elaborar toda la materia prima que produce, sería la salvaguarda para el país y para todos los habitantes del país, no para una fracción de los habitantes.

-El modelo de Aceitera General Deheza…

-Una empresa familiar y gigante a la vez. Una empresa que todos los empresarios pymes deberíamos tener como norte. Deberíamos querer parecernos en algo a esta empresa. Un día, hace muchos años, le hablo al propietario de la empresa, a uno de los hermanos, Roberto, felicitándolo porque era una de las empresas que más granos había exportado. Y él me dice: “Para mí es una frustración, yo no quiero exportar granos, yo quiero exportar productos elaborados”. Yo me quedé un poco avergonzado por la ingenuidad de haberlo querido felicitar por una cosa que para él no era un orgullo, sino que casi lo tomaba como un error.

-Y los dueños viven en General Deheza, no en Puerto Madero…

-Pueden elegir el lugar del mundo donde vivir y viven en el pueblo. Uno quiere hablar con la gente de AGD, golpea la puerta y lo atienden. Se quedaron en casa.

 

Sírvase usted mismo en el surtidor…

 

-Volviendo a la estación de servicio, está rondando esta posibilidad o decreto para que los consumidores lleguen a la estación de servicio y se despachen solos… Modernidad versus puesto de trabajo.

-Nosotros, en el año 91 o 92, hicimos el intento en la estación de servicio de avenida Perón y Bolívar. Habíamos hecho autoservicio y no nos dio resultado. La gente no se habituaba. Esto existe en otros países. En Estados Unidos, el 90% son autodespachos. Pero el argentino tiene un modo más europeo de vivir, de vestir. No nos gusta oler a nafta en las manos, oler a gasoil, llegar a una reunión y tener ese residuo que queda cuando uno toma el pico de un surtidor, por limpio que esté. En aquel momento no funcionó. A nosotros no nos dio resultado, tuvimos que volver al sistema convencional en muy poco tiempo. Lo habíamos ensayado tres o cuatro meses y no nos daba resultado. Veíamos que la gente, inclusive, paraba para cargar, y cuando por un parlante, desde el shop, se le decía que era autoservicio, se disculpaba, se subía al auto y se iba. Posiblemente en una ruta, en un camión, donde el camionero esté más habituado a la mecánica, a hacer pequeñas reparaciones, puede ser… Además, los combustibles siempre tienen implícito en el manejo un nivel de riesgo alto. Un derrame de combustible, así sean 5 o 7 litros, es un momento de altísima tensión y alerta. De modo que, si se va a implementar, hay que pensar muy bien cómo se va a implementar y qué beneficio puede tener para el usuario. Porque yo no creo que esto pueda ahorrar más de un 2 o un 3% sobre el precio. Bueno, un 2 o 1%, cuando la carga promedio será actualmente de 30 mil pesos, puede significar un ahorro de 300 pesos, 500 pesos… No sé si va a asumir ese riesgo de cargarse, de hacer una tarea a la que no está ni habituado ni capacitado. Vamos a ver, vamos a ver qué dice la experiencia.

-¿Cuáles crees que han sido los hitos de los últimos 30 o 40 años que han hecho de Villa María la ciudad que es hoy?

-Yo veo una ciudad distinta y casi incomparable con ciudades que tienen más o menos la misma cantidad de habitantes. Creo que Villa María tiene desde siempre un excelentísimo nivel educativo. Pensemos en la escuela de Sobral, su profesorado, como el del Instituto del Rosario. Ahí Villa María empezó a marcar una diferencia. Esta ciudad tiene una gran cosa que poca gente recuerda y que es una distribución bastante equitativa de la tierra. Villa María no tiene grandes estancias como tiene o como tuvo la provincia de Buenos Aires, con estancias de 8.000, 10.000, 15.000 hectáreas, donde los dueños vivían en Buenos Aires de la renta de la tierra. Acá la tierra ha estado distribuida en forma mucho más homogénea y generalmente el propietario o inclusive el arrendador y el arrendatario de la tierra viven en la misma ciudad. Esto me parece que genera un clima distinto y también muchísimo más dinámico, muchísima más preocupación por el rendimiento del suelo, por la conservación del suelo. Creo que la Universidad Tecnológica, que hace ya tantos años que está, y la Universidad Nacional de Villa María han seguido marcando esto y uno ve una ciudad que claramente se distingue. Algo más: las autoridades que Villa María tuvo han sido excelentes. Uno ve que tanto Cabezas como Veglia, Accastelo, Bedano, Gill, Accastelo, son personas que están impulsando permanentemente la ciudad hacia arriba... Y uno ve en los villamarienses una permanente necesidad de progreso, de adelanto, de crecimiento. Es una ciudad fuertemente aspiracional. Y eso me parece que es bueno. Creo, por otra parte, que hay que retomar lo que fue la filosofía de los villamarienses de comienzos de la década del 60, cuando se generaron muchas sociedades anónimas donde había una participación muy fuerte de la comunidad. Creo que a eso, los que tenemos responsabilidad de generarlo, de alguna manera somos quienes estamos vinculados al desarrollo económico de la ciudad, como humildemente puede ser mi caso. En aquella década se generó lo que se llamaba EFCA, Electro Fundiciones Centro Argentino, cuando pensar en Argentina era como hoy pensar en el mundo, porque la economía era muy de aldea, era muy local. También, por entonces, se generó Cúspide, Compañía Argentina de Seguros. Nótese: Compañía Argentina... Y en estas compañías había mucha emisión de acciones que tenían familias de Villa María. Las familias de Villa María tenían acciones en EFCA, tenían acciones en otras empresas, todo con capital local. Eso un poco se diluyó después, porque en el año 72 o 73 fracasó el proyecto Edilicio Italia 1.

-Donde ahora hay un casino…

-Paradójico. Hay que retomar aquel espíritu asociativo, colaborativo, que construye no solamente economía y desarrollo, sino que construye amistades, relaciones y tejido social. ElDiario es un ejemplo también de eso, ¿no?, del esfuerzo colaborativo, participativo. Y es todo un ejercicio, no es fácil. No es fácil trabajar en equipo, no es fácil trabajar en grupo, no es fácil la mesa deliberativa. Pero me parece que los resultados son fantásticos, son muy buenos. Yo muchas veces pienso en la posibilidad de un negocio y lo primero que pienso es, ¿quién sería el socio? A?muchos amigos que me dicen, “che, quiero hacer tal cosa, quiero emprender tal cosa”, le digo: “No lo hagas solo, buscate un socio, buscate un buen socio. Así tenés con quién hablar del proyecto, tenés con quién discutir el proyecto. Tenés con quién compartir también las alegrías y los momentos de angustia.

-Estas colaboraciones o alianzas, ¿son una opción o una necesidad?

-Son una opción, pero en determinados momentos se transforman en prácticamente necesarias. Muchas veces la persona sola se doblega más rápidamente. Como cuando dos personas dicen, “che, mañana salimos a caminar o vamos a correr a la costanera a las seis de la tarde”. Y a las seis de la tarde está frío, tuviste un día duro y estás cansado. Pero me comprometí con Pedro o con Juan, entonces voy a ir. Eso también ayuda a que las cosas continúen y que haya más esfuerzo.

-¿Podemos decir que nadie se salva solo?

-Sí, totalmente. Yo siempre pensé que somos una sociedad. Siempre he trabajado mucho en instituciones porque tengo ese concepto de la sociedad.

-AERCA, por ejemplo.

-Sí, por ejemplo. Allí fui secretario general con Victorio Chiantore como presidente. Victorio, un ejemplo y una personalidad trascendente de la ciudad. Realmente un hombre excelentísimo, afectuoso en el trato, inteligente. Lo que sabía de química era comparable a lo que sabe un ingeniero químico. Y era un hombre con una preparación escolar que no había llegado a la universidad. Pero él sabía muchísimo de química. Era un gusto escuchar a Victorio Chantori. Para mí es un emblema, me marcó la vida.

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