Coronavirus

El Gobierno diseña un ingreso universal que remplace al IFE

El Ingreso Familiar de Emergencia se otorgará por tercera vez en el AMBA y Chaco, mientras el Estado trabaja en un esquema de aportes para los sectores más empobrecidos

La pandemia generó un nuevo desafío a las políticas asistenciales. La urgencia evidenció que había millones en la más absoluta informalidad, pero también una red comunitaria dinámica y activa de contención social que extiende las fronteras del Estado.

La rápida reacción del Gobierno nacional con medidas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) se complementó con el esfuerzo de la economía social y popular que impulsan las organizaciones sociales arraigadas en los territorios.

En el Gobierno trabajan en el diagrama de la próxima etapa, más allá de la pandemia, para institucionalizar las herramientas de contención y atender la demanda ante la pérdida de ingresos y el aumento de la pobreza. El anuncio del endurecimiento de la cuarentena en el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) estuvo acompañado por la confirmación presidencial de que habrá un tercer pago del IFE, el bono de $10 mil que otorga ANSES al sector informal, aunque en esta tercera etapa estará enfocado en las zonas más afectadas por la pandemia, AMBA y Chaco, más “alguna otra zona que entendamos que lo necesita”.

Alberto Fernández destacó que el IFE “evitó que entre 2,5 y cuatro millones de personas cayeran en la pobreza y la indigencia”. El organismo que conduce Fernanda Raverta ya comenzó la segunda ronda de pago bajo un esquema de bancarización.

Pero esta tercera etapa deja afuera a muchas familias que necesitan esa asistencia en el resto de las provincias que, aunque ya avanzan hacia una mayor apertura económica, seguirán hundidas en la crisis. La situación social ya era crítica en todo el país luego de los años de ajuste y exclusión durante el ciclo macrista, con un índice de pobreza que trepó hasta el 35,5% al cierre de 2019.

Hace una semana, el presidente aseguró en declaraciones a El Destape Radio que busca avanzar en la implementación de un ingreso universal. “Es una iniciativa muy interesante”, dijo. El viernes, en tanto, Raverta confirmó que el Gobierno trabaja en el diseño.

 

El plan

El plan oficial para el impulso de los sectores informales consiste en tres ejes que diagramó el ministerio de Desarrollo Social: la reconversión de los planes sociales en trabajo garantizado, con el programa Potenciar Trabajo, ingreso universal y la urbanización de cuatro mil villas, asentamientos y barrios populares en todo el país.

En el ministerio que conduce Daniel Arroyo calculan que entre los nueve millones que cobran el IFE hay tres millones que están en situación de extrema vulnerabilidad. Esos serían los destinatarios del “pos-IFE”.

El IFE se estableció al comienzo de la pandemia y se complementó con otros beneficios sociales, pero se trata de una medida urgente y transitoria. En el Gobierno piensan que puede ser un antecedente para garantizar un piso de ingresos y transformarse en una política estable, como la Asignación Universal por Hijo (AUH), un derecho otorgado por el gobierno de Cristina Fernández en 2009.

El debate interno gira en torno a si se establece un ingreso mínimo por derecho básico, si debe ser condicionado a una contraprestación laboral, y a qué sectores puede alcanzar. Se estudia si se instrumentará por familia o por adulto. El mecanismo puede implementarse mediante una extensión de la AUH para abordar la pobreza infantil, aumentar la experiencia del IFE y generar un corte en los sectores con mayores vulnerabilidades, o una combinación de ambas.

Mientras el Gobierno amortigua la caída, una de las preguntas es cuánto tiempo resiste la asistencia económica del Estado sin las reformas necesarias para fortalecerlo ante una crisis de magnitudes históricas para el mundo entero.

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