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La problemática del tránsito en la ciudad es abordada con crudeza por una ciudadana que observa día a día los problemas de los vecinos y las acciones desde el municipio
miércoles, 18 de diciembre de 2019 · 11:00

Villa María es una ciudad hermosa, organizada, limpia, con conciencia social y conciencia ambiental; una ciudad diseñada tanto como para salir a disfrutar un café por la tarde y recorrer un centro de vitrinas homogéneas y minimalistas, o para ir a disfrutar del aire libre en su costanera.

La costanera de Villa María ronda los cinco kilómetros, es una costanera limpia y bien cuidada, pensada en su gente y en el turismo; posee asadores, mesas y espacio para el deporte al aire libre.

Toda esta belleza villamariense se ve mermada en tema tránsito, día a día, y acá es donde metemos a todos en un mismo saco, sea conductor, peatón, ciclista o motociclista.

Salir a la calle en Villa María a la hora que sea, es salir y sentirse en medio de un juego de video donde vas esquivando obstáculos cada segundo.

Revisemos los puntos que parecen desconocerse en la ciudad:

- Cuando se conduce, la preferencia siempre la tiene quien conduce por la derecha, o no lo saben o simulan no saberlo. ¿Quién no se ha topado sin esperarlo, con autos o motos, que vienen por la izquierda y no solo no frenan, sino que cruzan a gran velocidad, sin respetar la preferencia y arriesgando a un accidente? Te preguntas, ¿dónde está Tránsito que no aplica multa?

- Balizas: los conductores con licencia en Villa María no usan las balizas para indicar su intención de estacionamiento, y esto, lejos de ser divertido, es sinónimo de ignorancia extrema y falta de respeto por su entorno. En Villa María los automovilistas no usan las luces de estacionamiento ni para indicar su intención de estacionar ni para salir de su lugar de estacionamiento. Frenan de golpe o salen de golpe, pensando en su imaginario que el resto goza de un don de adivinanza fortuita.

Una verdadera oda a la irresponsabilidad e ignorancia de aquellos conductores que no hacen más que contribuir a los accidentes diarios que vive la ciudad.

- Guiño: el guiño se usa no solo para doblar y se avisa idealmente media cuadra antes, sino que si planea cambiar de pista, úselo, use el guiño que es gratis.

- Senda peatonal: la preferencia siempre es del peatón y del vehículo menor, no hay excusa para no frenar, por eso si usted conduce quítese la manía de ir pegado al auto de adelante, porque quien respeta las normas frena cuando ve a un peatón y, si usted va pegado y celular en mano, difícilmente tendrá un exitoso tiempo de reacción sin chocar al vehículo que va delante de usted.

- Sr. automovilista, sé que no lo sabe, pero en rotonda la preferencia es de quien ya ingresó en rotonda.

- Ciclistas, tienen preferencia. Si vas en un vehículo motorizado y va a adelantar a un ciclista, trate de respetar la distancia mínima de adelantamiento (1,50 m), sea un ser consciente. Muchos van con sus hijos en su bicicleta y es su deber de ciudadano respetar a otros.

Respete la vida ajena. Respete otras formas de transporte.

- Si usted es peatón, por favor, cruce en las esquinas y deje de aparecer como fantasmas por entre los autos a mitad de cuadra, porque esa conducta solo puede terminar en accidente.

- Si usted es conductor, respete la vida de los otros, use el guiño, respete la preferencia en las rotondas, use las luces de estacionamiento a tiempo y forma, respete a los peatones, permitiéndoles cruzar y respete a los ciclistas manteniendo una distancia mínima de 1,50 m para evitar accidentes.

- Si usted es motociclista, sí, es así, usted conduce tan mal como un automovilista. Use el casco, USE  EL CASCO, porque una cosa es tener la cabeza dura y la otra irrompible; haga un corte de hábito y deje de adelantar autos por espacios reducidos, adelantando de sorpresa a un auto por la derecha cuando, entre usted y el auto le sigue la canaleta... Sabemos que hay gente que no respeta su vida, pero respete la vida de los otros; el perímetro de su vida termina donde comienza el perímetro de vida del otro.

 

Sin duda alguna Villa María es una ciudad hermosa, pero con grandes falencias a la hora de hablar de buenas prácticas de conducción y respeto por el tránsito, una deuda que posee con su entorno cada conductor, dejar de lado ese egoísta casi narcisista con el que se sienta en su auto cada día y sale cada mañana, conduciendo como si fuera solo por las calles. Una deuda que posee con su ciudad el municipio, mayor control de tránsito, multas por el no uso de guiños, multas por no respetar una senda peatonal, multas por no usar balizas cuando se van a estacionar o salir del estacionamiento, multas por estacionarse en las esquinas y quitar visibilidad a los otros conductores, multas efectivas por el no uso de casco a motociclistas, retención de licencias de conducir ante reiteradas faltas a la seguridad de su entorno.

La decisión es personal de conducir bien o mal; la acción es municipal. Y como quien escribe esta carta comprende el egoísmo de cada conductor, se hace un llamado al municipio a poner este tema en agenda con carácter de urgencia para terminar con el juego de esquivar por las calles obstáculos que no reportan punto alguno en el juego de la vida, sino más bien son mala praxis que proliferan como caldo de cultivo, propiciando tantos accidentes como criollos desayuna el lector conductor cada mañana.

Andrea Palma

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