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miércoles, 24 de abril de 2019 · 00:00
Opiniones - Cartas - Debates Ni un voto a los candidatos de la flexibilización laboral Desde el inicio del Gobierno del presidente Macri se viene instalando en la población la necesidad de la aprobación de la flexibilización laboral en la Argentina. De distintas maneras, por ejemplo estigmatizando al sindicalismo en general, denostando los convenios colectivos que garantizan condiciones dignas de trabajo, conforme al artículo 14 bis de la Constitución Nacional, criticando a los trabajadores con salarios que les permiten vivir bien -como debería ser garantizado a todos los activos, en una nación tan rica como la nuestra-, acusando a los abogados laboralistas que defienden los derechos vulnerados de los trabajadores en sede judicial, como “las mafias de los juicios”, entre otras maniobras. Estas políticas se vivieron en el pasado aquí en la década de los 90 y los resultados fueron ruinosos, no solo para los trabajadores, sino también para la República. Lo que realmente preocupa es el discurso abiertamente antiobrero que se escucha en la gran mayoría de los dirigentes. Se aproximan las elecciones en Córdoba, en otras provincias argentinas y a nivel nacional también. Se escucha permanentemente a distintos candidatos aspirantes a cargos ejecutivos y legislativos con un discurso manifiestamente flexibilizador en materia laboral. Lanzan frases tales como “hay que privatizar”, “son trabajadores ineficientes”, “hay que ir por tal convenio colectivo lleno de privilegios”, “voy a terminar con los aprietes de este gremio”, “estos trabajadores ganan demasiado”, etcétera. Revuelve el estómago y da asco escuchar a una clase dirigencial tan básica, tan mediocre y tan ineficiente. ¿Y si los ciudadanos diéramos nuestra opinión sobre esta clase política? Gran parte de ellos funcionan como una importante casta. Viven de la política hace años, han cerrado las puertas de los partidos políticos, no permiten las internas y ponen los candidatos a dedo (esposos, hijos, nueras, yernos, amigos), tienen privilegios, ganan demasiado, casi siempre son los mismos saltando de un cargo al otro, no solucionan nada, nos mienten en la cara en campaña electoral con sus promesas, cuando están en el poder toman medidas en contra del pueblo, anuncian políticas que empeoran la vida de los trabajadores como así también de los jubilados y sectores vulnerables, y son los principales responsables de que estemos hundidos en donde estamos hoy todos los argentinos. Abiertamente asimismo, dan a entender a la ciudadanía, que quieren en Córdoba y para el país trabajadores esclavos, ni más ni menos. ¿Habrá candidatos en serio para las próximas elecciones? ¿Habrá candidatos que hablen de la justicia social, de defender y dignificar la vida de los trabajadores? ¿Habrá candidatos que hablen de estatizar las empresas que fueron privatizadas? ¿Habrá candidatos que hablen de terminar con las privatizaciones y tercerizaciones en diferentes áreas del Estado municipal, provincial y nacional; para mejorar, capacitar y devolverle aquellos trabajos que eran originariamente de trabajadores estatales? ¿Habrá candidatos que hablen de mejorar los convenios colectivos, de combatir el trabajo no registrado, de sustituir los planes por trabajo genuino, y crear nuevos puestos de trabajo? ¿Habrá candidatos que hablen de trabajar para nivelar hacia arriba los salarios de los trabajadores? ¿Habrá candidatos que hablen de tener relaciones maduras con los gremios de cada actividad? ¿Habrá candidatos que hablen de dignificar a cada trabajador en Córdoba y en el resto del país? ¿Habrá candidatos que se comprometan a trabajar en la aprobación de leyes que aborden las distintas problemáticas de los activos? Es por todo ello que los trabajadores no debemos regalarle el voto a verdugos en las futuras elecciones. Muchos han padecido las medidas y políticas antiobreras del Gobierno nacional, que fueron acompañadas y replicadas por otros dirigentes de distinto signo político partidario, como si fuera un mérito. ¿Se imaginan los trabajadores cuatro años más, con dirigentes que tengan esas ideas en mente, que encima las anuncien en los medios, y que seguramente las implementarán? Durante cuatro años han castigado a los trabajadores con estas decisiones, desde la política. Es tiempo de que los trabajadores hablen en las urnas. Pero es importante mandar un claro mensaje a todos los candidatos políticos para las próximas elecciones: los trabajadores no votaremos por los candidatos de la flexibilización laboral. Carlos Emanuel Cafure, abogado laboralista   Injusticia con acento francés Todavía estaba ardiendo la catedral más visitada del mundo y una de las más hermosas, además, cuando los ricos de Francia vieron la oportunidad de comprarse el perdón para sus pecados y también, aprovechando la ocasión, ganarse un lugar en el cielo. Así, en pocas horas, la danza de millones de euros no dejaba de crecer. Eran donaciones destinadas a la reconstrucción de lo que estaba destruyendo y consumiendo el fuego. Pero no creo que toda esa plata de la hipocresía alcance para tapar todos los crímenes que los franceses han cometido en el curso de la historia. En México, en Haití, en las Antillas Menores, por citar sólo algunos de los pueblos de América donde estuvieron para llevarse todo y dejar miseria y más miseria. Africa es otro de los continentes donde los franceses hicieron estragos en todos los tiempos. Las miles de vidas perdidas por el hambre, la esclavitud y las enfermedades absolutamente evitables son de entera responsabilidad de los franceses, entre otros países europeos, como los holandeses, portugueses, españoles, belgas e ingleses que, después que explotaron y se llevaron sus riquezas, dejaron librados a la buena de Dios a los pueblos, sin educación, sin salud, sin trabajo y sin futuro. Por eso se sienten como una injusticia estas donaciones para reconstruir la catedral de Notre Dame mientras literalmente los niños de América y de Africa padecen el hambre y la muerte ante la indiferencia del pueblo y el Gobierno de Francia. Eduardo Belloccio

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