Acerca de Fabricaciones Militares

Escribe: Gabriela Estévez
Diputada y referente provincial de Unidad Ciudadana

Un contrato social para Fabricaciones Militares

 Desde el 10 de diciembre de 2015, el Gobierno de Cambiemos ha llevado adelante un programa neoliberal que ha tenido como consecuencia el achicamiento del Estado, la desindustrialización de nuestra economía y la destrucción masiva de puestos de trabajo.  El caso de Fabricaciones Militares refleja, como pocos, los efectos devastadores de la dirección elegida por el presidente Mauricio Macri y el ministro de Defensa Oscar Aguad.  El desguace de Fabricaciones estaba planificado. Apenas asumieron el poder comenzaron con los despidos, primero en la Sede Central, luego en las plantas ubicadas en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y San Juan. Fueron dando de baja, uno por uno, los principales proyectos productivos y de investigación científico-tecnológica. Dejaron caer todos los convenios y contratos importantes, dejando sin clientes a Fabricaciones.

 Con las plantas funcionando en su mínima capacidad por decisión del Gobierno, comenzaron a instalar que sobraban trabajadores. Los estigmatizaron y comenzaron a despedirlos de a decenas. La resistencia encabezada por ATE logró algunas reincorporaciones y que los despidos no sean mayores. Pero el Gobierno avanzó igual. Los telegramas llegaban en Navidad. Más de 700 despedidos en todo el país. Más de 700 familias afectadas. Incluso cerraron la planta de Azul. Lo que Fabricaciones dejó de producir, se empezó a importar o a comprar a multinacionales. El giro productivo e ideológico fue tal que en Río Tercero se dejaron de producir vagones de trenes y, en su lugar, se empezaron a fabricar vallas de contención, de esas que alejan al pueblo del presidente. Casi una metáfora de la Argentina de Cambiemos: más represión y menos producción.

Mientras tanto las economías regionales de Villa María y Río Tercero se vieron fuertemente afectadas. Por un lado, por la cantidad de dinero que dejó de ingresar a las mismas a través de salarios como consecuencia de los despidos, dinero que antes quedaba en los comercios locales. Por otro lado, por las Pymes que solían proveer a ambas plantas y ahora se quedaron sin comprador. Cuando atacaron a Fabricaciones, atacaron a todos los villamarienses y riotercerenses. Con la finalización del mandato de Macri y su muy probable derrota el próximo 27 de octubre, se abre una oportunidad para encarar un proyecto de desarrollo a largo plazo, un contrato social para Fabricaciones.  Para empezar, este proyecto debe reconocer en los trabajadores de Fabricaciones a su principal capital. Esto implica, en primera instancia, la reincorporación de todos los despedidos, recursos humanos calificados y con experiencia, así como el respeto de todos los derechos laborales de los trabajadores, garantizando su estabilidad y carrera.

En segundo término, este contrato social para Fabricaciones debe contemplar la participación institucional de sus trabajadores en el diseño, implementación y evaluación del mismo, es decir, en la gestión de Fabricaciones. También debe convocarse a otros actores, como los empresarios Pymes, para definir objetivos en conjunto. Todos los eslabones deben participar e involucrarse con responsabilidad, especialmente los trabajadores que son, en definitiva, quienes quedan cuando los gobiernos pasan. Finalmente, este contrato social para Fabricaciones debe ser económicamente sustentable. Para ello, se deben garantizar los convenios y contratos para poner en funcionamiento la totalidad de la capacidad instalada de Fabricaciones.

Allí será fundamental un rol activo de la dirección y un compromiso del Estado para equipar a sus fuerzas policiales y de seguridad y sus fuerzas armadas, a través de Fabricaciones. Pero además, requiere de objetivos a largo plazo, con su consecuente inversión en materia de desarrollo científico y tecnológico, para que Fabricaciones sea una insignia en materia de innovación en un mundo en permanente transformación.