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Un escenario de guerra, apocalíptico

martes, 24 de marzo de 2020 · 10:13

Porque esto no termina a fin de mes. Porque se esperan picos de contagios. Porque es lo que sucede en todo el planeta y en Argentina no es la excepción. Porque la vacuna está lejos ante la velocidad de la propagación de este virus. Porque nuestro sistema de salud -más allá de las buenas medidas y de un Gobierno presente- no está preparado para la virulencia del COVUD-19, como tampoco lo está en otros lugares. Las autoridades de los países afectados han declarado que tardaron días para atender al huésped silencioso. 

En tiempos de aislamiento tenemos innumerables espejos que nos muestran las redes sociales, en la tele y los mapas interactivos vemos al planeta cubriéndose de puntos rojos. ¿En cuál de los espejos nos vemos? Por momentos me veo en el de China, Corea del Sur, Taiwán, que ya mitigaron los efectos del virus, pero casi siempre -perdón por ser apocalíptica- Italia y España me devuelven imágenes de nuestro futuro cercano. 

El Gobierno está más cerca de los protocolos que se siguen en China y Corea Sur y no del modelo de Inglaterra o el de los Países Bajos, donde las medidas de aislamiento no son tan drásticas para no debilitar la economía. Aunque hemos visto labilidad en los comportamientos de muchos argentinos reacios a respetar la cuarentena, también hemos visto esa desobediencia en otros países.

Lamentablemente somos parte de las generaciones testigos, víctimas o sobrevivientes de esta catástrofe. Aún no lo sabemos. Lo que sí creo es que la vida, nuestras vidas -si sobrevivimos- ya no será la misma después de esta guerra. ¿Seguirán siendo valiosas las mismas virtudes? ¿Seguirán siendo réprobos los mismos pecados? ¿Seguiremos amando de la misma manera? ¿Seguirán siendo más queridas las personas no deseadas o  menos deseadas las personas queridas? ¿Nos gustarán los mismos colores, las mismas comidas, la misma música, los mismos libros?

El futuro será una Belle Epoque redescubriendo la vida con tiempo para el tiempo y un poco más. Esto es el preludio de lo que viene y en el extremo de la espera miro cómo nuestras Fuerzas Armadas alistan hospitales de campaña, y en las terrazas de los hospitales, unidades móviles pintadas de blanco con la cruz roja, preparadas para albergar enfermos.

Es un escenario de guerra que nos contaban las novelas o las películas. Y sentíamos una especie de placer al estar a resguardo. Hoy ya no. La intemperie nos deja solos en nuestros espacios personales como forma de "controlar" este mutante.

El miedo desnombra y nombra con abecedarios barajados por un enemigo desconocido. Prefiero pensar en los peores escenarios mientras mi razón y  sentidos están intactos, y si lo que viene no es tan apocalíptico, el motivo de mi felicidad será proverbial. 

Ana Gómez
DNI 10.857.210

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