Opinión - Romeo Benzo volvió a criticar a Martín Gill

“Semejante fraude complica cómo llamarlo”

A través de una carta, el concejal se refirió a la acumulación de cargos del intendente en uso de licencia y consideró que pedir el voto sabiendo que no va a asumir es una “defraudación popular”
viernes, 10 de diciembre de 2021 · 08:29

“Para aquellos que nos sentimos republicanos y actuamos como tales, siendo respetuosos de las reglas o los usos y costumbres de la construcción y participación democrática, nos colma de impotencia no poder explicar la actitud de un dirigente que firma una candidatura, la presenta en la Justicia y pide que lo voten para un cargo al que, desde un primer momento, sabe que nunca va asumir, y peor si lo hace dos veces.

Semejante fraude complica cómo llamarlo, y se torna engorroso explicarlo a los ojos de todo el mundo: aquí es donde la especulación personal, partidista y el verticalismo kirchnerista hace gala de su esencia, donde propicia candidatos que no quieren ocupar los cargos para los que se postulan, mintiendo en la cara de los ciudadanos sobre un compromiso público y colectivo que finalmente no van a asumir. Campaña, dinero, exposición en los medios, cartelería publicitaria de gran calibre, despliegue logístico alquilando taxis para llevar gente con exclusividad para su lista, y lo peor es que nunca se puede deducir de dónde sale.

Esta perversa costumbre fue  en 2009 una iniciativa del Frente para la Victoria, un sello que comenzó a formar parte de una estrategia política, que algunos podrían defenderla como parte de lo posible, pero que en aquellos sistemas de países con mucho más éxito colectivo, económico y cívico, no dudarían en considerarlo como un acto de absoluto cinismo. Una maniobra que, como resultado, no hace más que desprestigiar a una dirigencia política que debe primero generar confianza, para después crear expectativa. Para peor, intentar o proponer mejorar no nos funcionaría con la base de un sistema político desacreditado, y dirigentes políticos sin altura moral, conducta ética y credibilidad pública.

Villa María tiene su cuota en esa desacreditación, y su nombre es Martín Rodrigo Gill. Pero lo peor no es que él reciba la crítica como el protagonista de esta defraudación popular, sino que son tan culpables sus cómplices militantes y sus argumentadores, que han avalado cuatro pedidos de licencia para ejercer otro cargo público en la Nación, sin renunciar al de intendente, cuando la Carta Orgánica Municipal dice con claridad que no puede hacerlo.

Sobre llovido, mojado, se postuló a diputado nacional, obteniendo un paupérrimo resultado en la provincia, y en la que su propia ciudad le dio la espalda. No obstante, como resultado de eso, hasta hace días sostuvo tres cargos: el de secretario de Obras Públicas de la Nación, el de intendente en uso de licencia, y el de diputado electo. Para esta gente resulta una picardía política, y para quienes respetamos las reglas republicanas es un fraude.

Necesitamos que esta ciudad, que su pueblo, siga tomando nota de esta deshonrosa manera de representarnos. No nos dejemos engañar con los beneficios que pueden prometer. Si apelan a estas conductas, no tienen nada más para dar, solo aferrarse a los cargos y las cajas.

Este conglomerado urbano necesita cambiar de aire, y prepararse para decidirlo en 2023. Advierto esto, ya que aparenta ser una obviedad, pero en el fondo no lo es, y menos en una ciudad donde convive la voluntad de construir futuro, con la desesperada vocación de aferrarse a los cargos”, expresó Romeo Benzo en la carta enviada a nuestra Redacción.

 

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