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Repudios, ¿sí o no?

La presentación del concejal Caronni sobre la presencia de Amado Boudou como expositor en una conferencia despertó la reflexión de una vecina
martes, 27 de abril de 2021 · 08:30

Muy recientemente la ciudadanía villamariense ha sido llamada por un concejal, a través de este medio, a repudiar “la intervención del exvicepresidente de la Nación Amado Boudou, condenado por delitos de corrupción en el ejercicio de la función pública, como expositor en una conferencia sobre ‘noticias falsas y guerra jurídica’, el 3 de mayo próximo, como parte de un seminario optativo de la carrera de Ciencias de la Comunicación” (no queda claro si dicha exposición tendrá lugar en nuestra ciudad).

Como principal motivo para efectuar ese repudio menciona que “Boudou está actualmente cumpliendo su pena de manera domiciliaria, tras haber sido condenado por la Justicia a cumplir cinco años y 10 meses de prisión por haber cometido los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública por la apropiación de la empresa Ciccone Calcográfica.

Esta sentencia se encuentra firme con última resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”. Personalmente estoy muy de acuerdo con repudiar toda acción ilegal, especialmente si ha sido cometida por un funcionario público perteneciente a cualquiera de los tres poderes de la República. Sin embargo, mi entusiasmo por unirme a esta causa sería mucho mayor si, habiendo sufrido una súbita pérdida de mi memoria reciente, no recordara las siguientes circunstancias de público conocimiento:

a) El exvicepresidente incurrió en las iras de los poderes fácticos al asesorar al expresidente Néstor Kirchner sobre cómo terminar con el curro de las AFJP;

b) En cuanto al caso conocido como Ciccone II,  principal motivo del repudio, y citando a Página 12 del 18 de diciembre de 2018, rescatamos los siguientes datos: el juez Ariel Lijo (¡) dejó en libertad a dos otros imputados en la causa.  “En cambio, respecto de Boudou no hay evidencia de que haya afectado la investigación, cosa que no les importó a los jueces que lo enviaron al penal de Ezeiza”.

Otros párrafos significativos provenientes de la misma fuente: “En el juicio oral no quedó para nada probado que Boudou se haya quedado con las acciones de Ciccone Calcográfica (la acusación sostiene que el 70% de las mismas quedó en su poder), al punto que los ejecutivos y el dinero con el que se rescató y manejó la imprenta provino de Brito, aunque también hay indicios  de que el origen fueron sociedades y cuentas del financista Raúl Moneta”.

Y más abajo la nota agrega: “El exvicepresidente fue condenado en un juicio donde se demostró todo lo que siempre dijo, empezando por el hecho de que no conocía a Vanderbroele. El propio Vanderbroele declaró que sólo vio a Boudou de lejos, en dos oportunidades, y que nunca habló con él”. Claro que este Sr. del largo apellido luego se “arrepintió”  y declaró en contra del exvicepresidente, fuertemente motivado por un hotel boutique ubicado en Mendoza que obtuvo por su sincero arrepentimiento.

En cuanto a repudiar la intervención del exvicepresidente como expositor en la conferencia antes mencionada, y después de reflexionar sobre lo apuntado anteriormente, he decidido que no me voy a unir a esta acción porque parece ser evidente que Boudou está altamente calificado para exponer sobre el tema.

Es pertinente aclarar que si Boudou es oportunamente sometido a un nuevo juicio conducido por jueces probos y totalmente imparciales y que cuentan con incontestables pruebas de que, efectivamente, cometió los delitos que se le imputan, entonces habrá llegado el momento de expresar nuestro repudio hacia el exvicepresidente.

Si, en cambio, el resultado demuestra que fue él quien fue víctima de un entramado de mentiras pergeñadas por la  “mesa judicial”, y sometido injustamente a la humillación, la destrucción de su reputación y a la cárcel, estaremos esperando el condigno castigo a sus verdugos.

 Sin embargo, lo que sí quisiera expresar es mi fuerte repudio y mi hartazgo a ser bombardeada constantemente por noticias malintencionadas y sin fundamento. Ya es hora de que las universidades e institutos terciarios que ofrecen estas importantísimas carreras impriman en sus futuros egresados los principios básicos de la ética periodística.

M.T.M.

 

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