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Chau, Plumero

sábado, 22 de mayo de 2021 · 08:30

Y se fue el Plumero. Figuraba en su Documento Nacional de Identidad con el nombre de Ricardo Rodríguez. Para él ese fue un detalle técnico, un dato de uso exclusivamente oficial.

Para todos fue el Plumero.

Su sonrisa permanente, su ser bromista a carta cabal... Nunca estaba de mal humor, se la pasaba destilando simpatía.

En un mundo de avaricias, urgencias económicas y nerviosismos varios, en el que nos ha sumido el devenir de estos tiempos, él era una rara avis capacitada para vivir en un mundo ideal.

Lo conocí una mañana de 1983 y me paró en la calle para preguntarme “qué tal era practicar ciclismo”. Enseguida se compró una bici y comenzó a pedalear. Participó en algunas carreritas y recorrió todos los caminos de nuestra Córdoba querida, siempre con una sonrisa a pesar del esfuerzo, claro.

Lo conocí una mañana de 1983 y me paró en la calle para preguntarme “qué tal era practicar ciclismo”

Generoso, desprendido..., excepcional compañero de travesías.

Cuando volvió el ciclismo deportivo, no dudó en ayudar siempre, porque siempre estaba colaborando con alguna causa.

Recuerdo que en los 80 andaba en una Estanciera marrón, para llevar a otras ciudades a correr a los mejores y recordados deportistas de aquella época. Y todo sin pedir nada a cambio.

De buen porte físico, practicó rugby, navegación a vela, pero lo que más le apasionaba era el motociclismo. Hasta sus últimos días lo hizo. Viajaba solo o acompañado, por la satisfacción misma de recorrer caminos. No debe haber rincón alguno de nuestras sierras, recoveco alguno de piedras que él no haya pisado.

Lírico, romántico y, sin saberlo, tenía una mirada poética de atardeceres dorados y de suave viento norte volviendo a puerto en nuestros lagos. Cuando el viento arreciaba, era de mano firme y decidido en la drizas y escotas. No tenía errores cuando la navegación lo requería.

Sólo le faltó una cosa: aprender a tocar la guitarra. Sí, sí, lo intentó, pero solo pudo aprender “La vestido celeste” y hasta ahí llegó. Aseguraba que le resultaba muy difícil... jaja.

Compartió la vida con su amada Carmen, tres hijos y varios nietos, que eran sus amores y que van creciendo lindo. Seguro que alguno de ellos seguirá sus pasos. Si hasta uno que tiene cerca de 8 años se viste de gaucho, toca la guitarra, zapatea y... ¡empezó a correr en karting! ¡Justamente, el Plumero hace un par de años se compró un kart y se aprestaba para debutar como corredor!

Acabamos de despedirlo. Estoy seguro de que se fue en moto y tiene un largo recorrido por las inmensas planicies celestiales.

Chau, Plumero querido.

En nuestra familia te adoramos.

Buen viaje y no te olvides; llevá alguna camiseta térmica, quizás por allá esté un poco fresco.

 

Alfonso Carmona - DNI 6.602.388

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Satisfacción
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Esperanza
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Bronca
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Incertidumbre
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Indiferencia

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