Opiniones - Debate - Responsabilidad parental

Acerca del cuidado personal en niñas y niños

domingo, 4 de julio de 2021 · 09:03

Escribe Lic. Susana Amblard de Elía
Psicóloga - MP 077, esp. cl. 441, esp. educ. 451

Es incumbencia del Colegio de Psicólogos de Villa María y esta vez por mi intermedio, tomar postura sobre acuerdos realizados en el marco de divorcios y/o separaciones, respecto de la responsabilidad parental y cuidado personal en niños y niñas.

Advertimos una tendencia cada vez más generalizada a convenir cuidado personal compartido, consistente en adjudicar la misma cantidad de horas/ días/ noches, en la casa de cada uno de los progenitores, en este caso en hijos menores de 12 años.

Los psicólogos especialistas en clínica de niños y en psicología educacional, hemos observado el surgimiento de síntomas conductuales en pacientes que han sido sometidos a este régimen, tales como trastornos escolares, dispersión de la atención, estados confusionales, irritabilidad, miedos, manifestación de síntomas en el cuerpo (tics, descontrol de esfínteres, insomnio) y otros, variando los mismos y agravándose según la edad y contexto, afectándose más el cuadro psicológico/emocional en los más pequeños/as.

Nos preguntamos qué pasó con aspectos de la crianza tan arraigados al saber popular, trasmitidos de generación en generación, a partir del cual nunca hubo duda respecto de que los objetos y lugar de residencia pierden su significación de uso real, para tomar una connotación simbólica afectiva (lo que representan), convirtiéndose en condición necesaria para el desarrollo de la identidad unificada del niño y el reconocimiento de sí mismos, hasta que estos aspectos se consolidan, funcionando como soportes, resguardo y sustituto del adulto presente y confiable, a instancias de su permanencia, apego y sentido de pertenencia.

A nadie le extraña observar en un viaje, por ejemplo, que los chicos (y muchas veces los adultos) se lleven su almohadita.

A nadie le extraña la desorientación espacial y dificultad de concentración que producen las mudanzas frecuentes o los cambios de escuela.

Siempre se supo que el osito de peluche del que el bebé se apropia es más que un muñeco de juguetería. Cualquier madre lega en la materia sabe que la mamadera y el chupete son mucho más que la leche que nutre, que es la extensión de su cuerpo.

Sabemos de la resistencia de los más chiquitos a adoptar una camiseta o sabanita nueva, o de la negativa a alimentarse si se cambió la tetina de la mamadera.

Todos hemos sido partícipes del tráfico de juguetes (aun los más grandes) de un lugar a otro, de casa a la escuela y tanto más, si aquél lugar adonde se dirige le implica tensión o dolor, por ejemplo, al médico u odontólogo.

Nadie que haya criado un hijo desconoce que todas estas pertenencias no son intercambiables, que tener dos muñecos iguales, uno en cada lugar es no tener ninguno propio.

No podemos perder de vista tampoco cuestiones prácticas para niños/as de primaria fundamentalmente, que asisten además de la escuela a actividades extracurriculares, lo que significa organizar mochilas que van perdiendo útiles, cuadernos y cartucheras entre la vorágine de los padres y la propia.

Se les agrega a los niños del divorcio, el esfuerzo de adaptarse a dos modalidades de trato y hábitos diferentes según el criterio de cada progenitor, y muy frecuentemente la aceptación pasiva de una nueva pareja e hijos de aquellos.

En este contexto y por todo lo anteriormente expresado, desde el Colegio de Psicólogos de Villa María recomendamos: 1) priorizar una vivienda como hábitat para el niño/a, en la que se pernocte de manera estable. 2) Respetar el uso y traslado de sus pertenencias, independientemente de quién las haya provisto. 3) Facilitar la frecuencia del encuentro con el progenitor no conviviente, en franjas horarias que no obstaculicen actividades infantiles (cumpleaños, deportes, reuniones grupales, etc.) y en las que también el adulto esté disponible para la mejor atención y encuentro.

Entendemos que, de este modo, parte importante de los derechos de niños y niñas estarán garantizados.

Desde el Colegio de Psicólogas/os Delegación Villa María deseamos expresar nuestra preocupación en torno a la responsabilidad parental y el cuidado de niñas/os en contextos de divorcio, advertidos de que en ocasiones los acuerdos generales que se efectúan para el cuidado compartido implican -en algunos casos- un serio malestar, debido a que no contemplan la singularidad de la niña o niño por el que se ha acordado. Con tal motivo, convocamos a nuestra colega Lic. Susana Amblard, psicóloga de vasta intervención en el área. Hacemos extensivas sus palabras ante la necesidad de ofrecer reflexiones a la comunidad sobre acciones que garanticen el ejercicio de los derechos de niñas y niños en estos casos.

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