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Buenos días Villa María, después de 18 años volví a la villa y, oh sorpresa, me encuentro con una telaraña que no me puedo callar. Dicen por ahí que me ven distinta, distinta a qué o a quién.

Esto ha sido una realidad un poco bestia, paso a contarles: una pareja que conocí hace más de 20 años, y que realmente admiraba como tal, los pusieron en una situación de relajo, degradante, sin pensar en los hijos de estos. Mentiras son mentiras, como lo sé, ahí mi sorpresa, personas cerca de ellos ya lo sabían antes de suceder los acontecimientos.

Con pelos y señales y, lo más irónico, es que esas que se llaman o que dicen llamarse señoras y son señoras de todas y de todos. Esa era la que, por no conseguir favores y solución a sus reclamos, fue el detonante de este caos. Y como tal les digo, mi sorpresa no fue tal porque, aparte de caerles encima a ellos y ponerles en tela de juicio su moral, hicieron cosas mucho más dolorosas.

Se rieron de la muerte, se rieron de la vida, se rieron de todos, y de la economía de unos pobres trabajadores. Compran, venden información, trafican con vidas, pero sobre todo, aquellas personas que ensuciaron la moral de esta buena gente. Les digo, plata tienen y mucha, pero también piensan irse porque las eligieron para algo, no lo crean, pero una le gusta el dinero, y a la otra es vulnerable, y la otra se cobra un trabajo mal hecho, ya que no tuvo cabeza para hacerlo bien.

Sin nombres, sin apellidos, Villa María lo sabe, lo permite y se dobla ante estas personas que son de malvivir y que robaron a todos nosotros.

Lo tienen guardado aquí, allá no importa, pero ellos tienen plata. Pidan mujeres si sos carnada de tiburones, por lo menos tener plata. No les importa que llegue a buen fin, que se resuelva o no, solo sacar de circulación a ciertos personajes como nos pasó a nosotras nos dieron la espalda.

¿Seguirán haciendo lo mismo cuando la muerte los visite en su familia? ¿Perdonarán a todos iguales una vez que uno a uno vayan derrumbando cuando les toque? ¿A cuántos más tienen que enterrar para que ustedes les den la espalda? ¿Son más? ¿No son cobardes ustedes?

Si espero que no sigan por esta línea. Hay mucha gente caída y sobre todo algunas son de su sangre. Basta ya, y ustedes mujeres, no son defensoras de nada, son utilizadas para algo.

Verónica Laura Lucarelli

DNI: 22672301

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