Cartas - Opiniones - Debates / Sobre Francisco y el amor entre personas del mismo sexo

Pide al Papa que revea su mensaje y señala que muchas personas lo sufren

sábado, 28 de enero de 2023 · 08:30

A las y los lectores de El Diario:

En los últimos años, el Papa Francisco ha mostrado a través de algunas declaraciones ser bastante cercano y  empático con la comunidad LGBT, transmitiendo mensajes de no tener odio, de no condenar, e incluso pidió a países que tienen pena de muerte para la homosexualidad, que la Iglesia tenga consuelo y los reciba en su casa.

También hizo declaraciones de que teníamos que tener un resguardo civil; y, sin embargo, utiliza la palabra pecado, y sostiene que esto es un pecado.

Sabemos que pecado es una ruptura con Dios, entonces sigue ese concepto de que los actos son desordenados, que no tienen un buen fin, que la consumación de las relaciones entre personas del mismo sexo no es natural,

Francisco se sigue sosteniendo en el catecismo de la Iglesia Católica, escrito por un grupo de conservadores hace 30 años, en épocas de Juan Pablo II, quien fue un Papa que condenó expresamente la homosexualidad, las marchas del orgullo, las uniones civiles, y el matrimonio gay. Un Papa que escribió una carta en la que señalaba que personas con esta orientación tenían que tener ayuda pastoral, por el solo hecho de “ser” tenían que tener cierto tratamiento espiritual.

Con sus expresiones considerándolo pecado, Francisco sigue con su mensaje alejando a la gente. Al ser el jefe de la Iglesia Católica, su voz llega a todo el mundo, especialmente a escuelas y docentes católicos, a niños, niñas y adolescentes en proceso de asumir su orientación sexual, o su identidad de género, y esto los lleva a verse con mucha culpa.

Desde la psicología y la psiquiatría, sabemos que la culpa genera muchos traumas, problemas en todos los ámbitos, y más cuando la persona está en etapa adulta. Hay muchos ejemplos de muchas personas que pasamos por la Iglesia Católica, donde nos cargaban con la culpa, nos decían que había un Dios mirándonos las 24 horas y que controlaba nuestros actos. El resultado de esos mensajes son tantas iglesias vacías de juventud en la actualidad. Las adolescencias y juventudes hoy no se acercan a algunas de las iglesias porque no hay un mensaje actualizado, y me refiero con esto a las palabras del Papa y de referentes de la Iglesia.

Pero no toda la Iglesia tiene esta mirada.  Muchos sectores de la misma, y sacerdotes, tienen otras perspectivas, desde la teología de la liberación, la teología feminista, la teología queer, de la diversidad. Sacerdotes, religiosas y monjas, cuyas voces no son tan conocidas por miedo a ser condenadas por los jerarcas de la Iglesia.

Hay grupos de la diversidad que trabajan con la Iglesia, hay parroquias en Córdoba o en Buenos Aires en donde no manejan el mensaje de que se trata de un pecado.

Un claro ejemplo de que no toda la Iglesia Católica es lo mismo es la Iglesia Católica alemana. En el sínodo que están desarrollando y ante el cual el Vaticano ha demostrado un fuerte rechazo, más de 60 obispos alemanes  plantean algunos cambios, como rever la moral sexual católica. Aceptar las bendiciones de parejas del mismo sexo o incluso que no sea un impedimento ingresar al camino del sacerdocio siendo homosexual.

En Alemania, hace un tiempo que varios sacerdotes y obispos practican bendiciones a personas del mismo sexo.

Las palabras de Francisco deberían reverse, una revisión como hizo la Iglesia en numerosas oportunidades a lo largo de la historia, teniendo que adecuarse a la época. A través de sus escritos y concilios, siempre tuvo que hacer cambios para adaptarse a los tiempos.

Francisco también equiparó el “pecado” de la homosexualidad con el de no ser bueno con el prójimo. Pero la falta de amor al prójimo se puede modificar, en cambio, la orientación no es algo que se pueda, ni que se tenga que modificar.

Sería bueno que piensen que con sus mensajes, muchas personas sufren. No es que las personas sufren por su orientación o identidad, todas estas personas sufren por mandatos, y por la culpa, por un sistema que condena por ser el hecho de ser quienes son.

Por suerte, cada vez más, hay niñeces y adolescencias que pueden -y lo vemos quienes trabajamos en escuelas- expresar lo que son sin tanto miedo ni tanta culpa, lo que sí tuvimos nosotros en otros momentos.

 

Lic. Prof. Pablo Ariel Saavedra PsicopedagogoFormador en Educación Sexual Integral. Diversidad sexual.

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