El transporte público y el saber hacer de la política

La demanda sobre el mejoramiento del transporte público en la ciudad hace necesaria una intervención del Estado municipal, que nada tiene que ver con la pugna ideológica electoral, sino con el saber hacer de la política, o sea, con la política como conocimiento empírico.

La ciencia política es un saber práctico, que estudia cómo está hecha la realidad que se trata, en función de su aplicación, entendiendo por aplicabilidad el proyecto de mejoramiento del transporte público, en el que los propósitos (mayor conectividad y frecuencias) se correspondan con los resultados que se esperan de su aplicación.

“Del error se aprende”

En este caso hay que decir que del error también se aprende, por lo que encontrar una explicación de por qué el sistema actual no funciona como se esperaba, es un buen punto de partida para mejorarlo.

En todos los casos se hace un cálculo de los medios disponibles, que por lo general son escasos y en otros casos incluso inexistentes, que no es nuestro caso. El capital humano está garantizado por el convenio entre AOITA y la UTN para la formación de los conductores y el capital financiero a través de la UE, que tiene programas para el transporte público que reduzcan el uso de vehículos particulares y la contaminación ambiental.

Pero el punto principal es plantearse las preguntas que suponen un mejoramiento real del transporte público, por ejemplo: ¿cómo lograr una mejor conectividad del transporte público?, ¿cómo acortar distancias y tiempos de viajes?, ¿cómo lograr mayores frecuencias?, ¿cómo hacer para tener un transporte público más seguro, rápido y eficiente? La información fina la tienen los usuarios y sin esa información no se pueden resolver.

El sistema actual se planificó sin esta información, por lo que los recorridos se planificaron de acuerdo a los medios que disponía la empresa privada que prestaba el servicio. Eso se llama Planificación Normativa, que se caracteriza porque el planificador queda “afuera” de la realidad que planifica. Por el contrario, en la Planificación Estratégica, el planificador está “dentro” de la realidad que planifica y por eso obtiene mejores resultados.

El otro error consiste en haber hecho una planificación radial desde el centro a la periferia, que es lo que corresponde para una ciudad con una traza en diagonales, cuando la traza de nuestra ciudad es la de un damero ortogonal, siendo esta la principal causa de la falta de conectividad del transporte público. Es decir, la planificación debe hacerse de acuerdo a la traza de la ciudad. 

La solución

Esta cuestión puede resolverse adecuadamente si se invierte la planificación y en vez de hacerla desde el centro se la hace desde la periferia hasta el nuevo eje de la ciudad, que ya no es más el ferrocarril y la vieja ruta 9 sino la prolongación del bulevar España y la UNVM y la continuidad del bulevar Alvear y la avenida Presidente Perón hasta el Parque Industrial y Logístico Tecnológico de Villa María, con un servicio de Metrobús rápido, con carriles de circulación exclusiva y un circuito secundario desde los barrios del norte y sur de la ciudad, que haga de colectora y distribuidora de pasajeros del corredor principal. Así sí, se mejora la conectividad de todas las líneas, acortando distancias, tiempos de viaje, aumentado las frecuencias y la eficiencia de un servicio vital para toda la población.

Faltaría aquí el trabajo de campo que está fuera de mis posibilidades realizarlo, pero el municipio puede hacer con un convenio con el Observatorio de Ciencias Sociales de la UNVM para realizarlo y conseguir que participe de la evaluación y el control del proyecto.

* Diplomado en Políticas Públicas en Clave Local de la UNVM y estudiante de la Licenciatura de Desarrollo Regional- Local de esta casa de estudios