OPINIÓN

Sabattini en la memoria

viernes, 28 de febrero de 2025 · 08:30

Escribe: Alfredo Nigro*

Se conmemoran 65 años de la desaparición física de Amadeo Sabattini y, una vez más, resulta propicia la oportunidad para la reflexión despojada de toda nostalgia patológica y que nos sirva para el presente.

Comenzaba el año sesenta y se apagaba la vida del único villamariense que llegó a ser gobernador de Córdoba, casi 20 años después de haber concluido su mandato, esa monumental obra de Gobierno sintetizada en aquella memorable consigna que proyectaba “Aguas en el norte, caminos en el sur y escuelas en todas partes” y que transformó a Córdoba para siempre. Obra que adquiere una dimensión todavía mayor cuando se advierte que se realizó con recursos propios de la administración provincial; es decir, sin ningún aporte del gobierno federal, ni de créditos extranjeros.

Fue tal vez la primera aproximación a la Democracia Social, ese ideal que se cimienta sobre dos pilares fundamentales: uno, político institucional, que consiste en el resguardo de los derechos de la ciudadanía y el respeto a la Ley, y el otro, económico-social, que puede expresarse en la fórmula de mejor empleo del dinero, mayor creación de riqueza y una distribución más equitativa de la riqueza creada”.

Resulta curioso el contraste si tenemos en cuenta tan solo algunos detalles de los gobiernos actuales. La austeridad republicana que marcó esa administración expresó una concepción ética en el manejo de la cosa pública que dista mucho de la actualidad, no solo por el paso del tiempo, sino mirando cómo administra el Gobierno provincial actual, que erogan cifras escandalosas en cuestiones innecesarias.

Desde otro costado, resulta oportuna la mención, tal vez como anécdota, que en aquel tiempo el Tribunal de Cuentas de la Provincia no era elegido directamente por el pueblo como en la actualidad, sino que lo designaba el gobernador, y Sabattini propuso para esa función a dirigentes del Partido Demócrata, es decir, a sus más férreos opositores, del mismo modo que designó ministro de Hacienda a quien había sido su adversario en la interna partidaria. Tan distinto al oficialismo actual, que cuando en la elección de 2023 la ciudadanía le otorgó mayoría a la oposición en el Tribunal de Cuentas, a las apuradas y sirviéndose de una mayoría abrumadora en la Legislatura que ya no reflejaba lo que los cordobeses habían votado, le pegó un hachazo al Tribunal de Cuentas recortándole las funciones de control a través de una ley.

En el mismo sentido, es dable destacar que el Poder Judicial de entonces siguió integrado en su mayoría por jueces ajenos al radicalismo; por estos días, a las apuradas y a fuerza de decretazo se imponen magistrados en la Corte Suprema, como si se tratase de secretarios de Estado. En el Senado Provincial de aquella época, la UCR comenzó siendo minoría, así y todo, las instituciones funcionaron con absoluta normalidad y plena vigencia de la división de poderes con una cabal conciencia de la independencia de los mismos. Hoy el oficialismo está más empeñado en tensionar una Legislatura en paridad de fuerzas y obstinado en cooptar legisladores que en construir consensos, que es la misión y la esencia misma de un Parlamento, sin tomar nota de lo que los cordobeses eligieron.

La visión de estadista, esa que da cuenta de adelantarse en el tiempo, se plasmó en una serie de iniciativas como la legislación social y previsional que consagró jubilaciones dignísimas, la oralidad en el proceso penal, algo que en el Fuero Federal sucedió varias décadas después; así como los mecanismos de democracia semidirecta, es decir, la iniciativa  y la revocatoria popular también para los municipios,  del que fue un acérrimo defensor de la autonomía municipal y hasta planteó una moderada reforma agraria. Pero quizás la mayor expresión de esa visión se materializó en los diques del norte y los caminos del sur. Hoy, el Gobierno actual, después de 25 años de gestión, se da cuenta de que el norte está postergado y anuncia con bombos y platillos el desarrollo del norte y lo que llama el sur sur.

Lo más oportuno que cabe destacar es su mirada en materia de impuestos, y me atrevo a citar textual lo que expresaba al promediar su Gobierno en materia impositiva: “El que más tiene debe pagar más que el que menos tiene y no una simple proporción de cantidades, sino equiparándolo en lo posible en el esfuerzo y en el sacrificio. Reclamar 10 al que solo tiene mil y 10 mil al que tiene un millón, aunque exista en ello una proporción numérica, es a todas luces injusto, ya que en el primer caso el tributo de 10 puede representar el sacrificio de lo indispensable y en el segundo el tributo de 10 mil no es sino parte de lo superfluo, de lo que sobra. Es el óbolo de la viuda del Evangelio comparado con las migajas del rico Epulón”. En esto, claro está, fue absolutamente respetuoso del principio “no hay tributo sin ley”. Hoy, en cambio, el  Gobierno decretó un impuestazo escandaloso que aumentó los impuestos y por lo que los ciudadanos deben acudir al Poder Judicial. Pasa el tiempo y siguen surgiendo datos y detalles esclarecedores para nuestro tiempo. Me resta decir que si algo estuvo en las antípodas de Amadeo Sabattini eso fue la corrupción.

Para concluir, me atrevo a decir que mientras los valores que encarnó Sabattini y que plasmó tanto en su obra de gobierno como en su vida política sigan haciéndonos falta como sociedad, nosotros tendremos tarea y Sabattini seguirá vivo, tal como dicen los versos de Muñoz Feijoo: los que mueren con honra son los vivos, los que viven sin honra son los muertos. La vida no es la vida que vivimos, la vida es el honor, es el recuerdo. Por eso, hay muertos que en el mundo viven, y hombres que viven en el mundo de los muertos.

 *Legislador provincial por la UCR del Departamento General San Martín

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