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Desde un sector olvidado

jueves, 20 de marzo de 2025 · 08:58

Como ciudadana y vecina de Villa María me he decidido a escribir esta nota convencida de que no podemos resignarnos con frases hechas, como “todo cambia”, para justificar situaciones que día a día van empeorando nuestra calidad de vida, desde la inseguridad creciente que nos lleva a que, con el paso de los años, vamos sintiendo más temor, tanto en la vía pública como en nuestras propias casas, y sumado a esto, el deterioro de la calidad de vida por la falta de obras de mantenimiento de la ciudad.

Si bien no es patrimonio de Villa María, sino que es una realidad que afecta en particular a la mayoría de las ciudades en nuestro país, lo cierto es que, en los últimos tiempos, el problema se ha venido incrementando y los robos y la inseguridad aquí son constantes. Además, como vecina de mi querido barrio Roque Sáenz Peña, puedo afirmar que el sentimiento de quienes lo habitamos es la convicción de que este es uno más de los barrios más olvidados de la ciudad. Calles con baches sin reparar y muy escaso mantenimiento de los espacios verdes.

Como ejemplo de esta situación, y como vecina que resido a media cuadra del paredón del cementerio (que también sufre el vandalismo continuo), advierto que solo se corta el pasto, que hay muy pobre iluminación sobre la ciclovía de la avenida Sabattini y, sin iluminación, los arbustos contra la pared del cementerio solo se prestan para que los malvivientes se oculten un buen rato hasta que todo se tranquiliza.

También como vecina de este barrio quiero llamar la atención de las autoridades para pedir que se recupere la hermosa ciclovía construida entre Vélez Sarsfield y San Juan, que en este momento parece abandonada. Los arbustos que fueron plantados en su superficie hoy han crecido de tal manera que impiden el paso, las luminarias que se han roto no fueron reemplazadas y tampoco se recoge la basura y la suciedad de todo tipo que se acumula en el predio. Todo esto se presta también al incremento de la inseguridad a cualquier hora del día y la consecuencia es que este espacio, que nos permitía estar en el centro en solo 5 minutos, ya es imposible de utilizar.

Un panorama preocupante para los vecinos en un barrio, cuya calidad de vida se ha degradado por los motivos apuntados y por la existencia de terrenos baldíos llenos de suciedad, calles intransitables, regadores que pasan con muy poca regularidad, a lo que se suma la poca presencia policial.

Como decía al comienzo, todo cambia con el paso de los años. Pero cuando el cambio no es para mejor, las autoridades deben redoblar los esfuerzos para que no impacte de forma tan negativa en la calidad de vida de los vecinos, ciudadanos que pagamos los impuestos y tasas con la esperanza de contar con servicios imprescindibles. Nuestra ciudad es hermosa y entre todos tenemos que hacer el mayor esfuerzo posible para que lo sea en todo su extensión, porque también creo que Villa María es mucho más que la avenida Costanera y el centro, donde -en general- se viven realidades diferentes.

Villa María tiene todas las condiciones para seguir en crecimiento, siempre y cuando las autoridades reconozcan esta problemática y adopten medidas que los vecinos estamos siempre dispuestos a acompañar cuando están orientadas a mejorar nuestra calidad de vida. Porque, la verdad, quiero quedarme; es verdad, todo cambia y con el paso de los años, pero también creo que muchas cosas pueden evitarse y cambiar.

N.S.

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