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Emprender compartiendo el espacio de trabajo

El coworking: los espacios que permiten a freelancers y emprendedores disponer de un lugar de trabajo acondicionado por mucho menos de lo que cuesta una oficina

Escribe: Lic. Karina Costabello (*) / Especial para EL DIARIO

Trabajar en espacios abiertos y comunes se ha convertido en tendencia. En los últimos años, los espacios que permiten a freelancers, emprendedores, trabajadores independientes, start ups y pequeñas empresas disponer de un lugar de trabajo acondicionado por mucho menos de lo que cuesta una oficina tradicional va creciendo día a día en nuestro país. Todo el mundo está hablando de ellos, y están generando un fuerte impacto en el mercado laboral. Y en Villa María este año han abierto tres y ya contamos con 6 espacios que tienen esta modalidad en nuestra ciudad.

 

¿Qué es el coworking?

El coworking es una forma de trabajo que permite compartir espacio físico y promover la colaboración y el intercambio de ideas entre los coworkers, pero además estos lugares comparten una filosofía: espacios abiertos, inspiradores, agradables, creativos y que fomentan el intercambio y la colaboración. Dan lugar a emprendedores y profesionales independientes de diferentes rubros y el objetivo es generar un sitio de trabajo sin barreras que permita fortalecer tanto los proyectos individuales como los lazos personales. En el país, las personas pasan entre 40 y 48 horas semanales trabajando, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Y en ese promedio de ocho horas diarias, el ambiente laboral puede tener una gran influencia en la productividad de un individuo: en su capacidad de concentración, su creatividad y su eficiencia a la hora de cumplir con sus tareas, entre otras variables. Este impacto otorga una mayor importancia al diseño del entorno que dirige cada vez más a las empresas a avocarse al trabajo colaborativo.  Lo cierto es que la actualidad y el futuro están demostrando que el trabajo colaborativo es una tendencia cada vez más presente en diferentes campos y experiencias, por lo tanto el diseño y disposición de los espacios se convierte en un factor clave para potenciar este tipo de prácticas.

 

-¿Cómo nacieron?

-Si bien se estima que estas oficinas compartidas llegaron a Argentina en la última década (ya es un fenómeno en Buenos Aires), la historia de los espacios de coworking se remonta a fines del siglo pasado.

Pocos conocen la historia de origen de estas oficinas compartidas que se encuentran tan de moda en la actualidad. En 1995 se fundó en Berlín el espacio C-Base, considerado uno de los primeros hacklabs del mundo. Este era conocido como un espacio orientado al trabajo en comunidad, regido por las nuevas tecnologías y el universo digital. Los hacklabs son considerados los predecesores de los coworking que conocemos en la actualidad.

Sin embargo, el concepto de coworking surgió gracias a Bernie DeKoven (reconocido profesional multidisciplinario, escritor, diseñador de videojuegos y humorista), quien utilizó este término por primera vez en 1999. Desde ahí, bautizó de esta manera al método que facilita el trabajo colaborativo desde una mirada no competitiva. Es decir, darle un espacio a los trabajadores para realizar sus propios proyectos mientras se relaciona con otros coworkers. Se producen redes, networking y de ahí pueden surgir nuevos negocios y alianzas.

Con el cambio de siglo, comenzaron a aparecer estos espacios novedosos de trabajo en diferentes ciudades del mundo. Pero recién en 2005 abre sus puertas el primer espacio oficial de coworking en la ciudad de San Francisco, de la mano de Brad Neuberg, un profesional de la industria del software. Spiral Muse surge como una reacción a espacios antisociales de trabajo y ante la improductividad que  puede generar trabajar desde casa. Mientras tanto, la idea de coworking desembarcaba en Londres, para luego esparcirse por toda Europa y el mundo. Para 2007, el término coworking ya marcaba tendencia en la base de datos de Google.

Hoy, el coworking dejó de ser novedad para convertirse en una alternativa real a las oficinas tradicionales, y un espacio ideal para la innovación y el desarrollo de emprendimientos a nivel global. Este fenómeno continúa expandiéndose en Argentina. Este mercado se concentra en grandes núcleos urbanos, principalmente, en Buenos Aires, Córdoba, Rosario. No podemos señalar que estamos ante una moda. El mundo del trabajo está cambiando completamente y las empresas deben adaptarse a estos cambios. Los aumentos en los alquileres de las oficinas, los costos fijos, la inestabilidad económica y el trabajo independiente son las causas principales para dar lugar a estos espacios. El desarrollo tecnológico ha sido también un factor "fundamental" para aportar mayor flexibilidad y una nueva forma de entender el ámbito laboral.

En Buenos Aires es un boom. Algunos cuentan con salas de meditación y hasta cabinas de DJ. El ambiente es muy cool: mobiliario moderno, grandes ventanales, sillones, una cocina abierta all inclusive. Las opciones van desde mesas compartidas, sala de reuniones, una mesa para entrevistas, salas para workshops y charlas, hasta pisos y edificios enteros para una sola empresa. En las grandes ciudades no solo es el lugar para emprendedores, sino también para empresas grandes con nuevos proyectos. Alquilan el espacio por el tiempo que les lleve el proyecto. Ya lo hacen IBM, Microsoft, Google, Merck y Verizon a nivel global; y AlMundo y Fibercorp, por mencionar solo dos locales. Sin duda, la parte más beneficiosa de un coworking es el contacto con la comunidad. Estos espacios abiertos fomentan las relaciones entre las personas que los ocupan, siendo no solo un lugar de trabajo, sino un punto de encuentro para sinergias profesionales y momentos de ocio. La amplia oferta de eventos abiertos que ofrecen, permite a la comunidad tener acceso a conferencias, workshops, conciertos, afterworks, etcétera.

-Podríamos decir que para que un espacio coworking funcione deben cumplirse los siguientes puntos:

•Convivencia y respeto.

•Zonas comunes que permitan la conexión entre coworkers.

•La figura del gestor del espacio como nexo de unión entre coworkers.

•Libertad de acceso.

•Membresías o modalidades de precios sencillas y enfocadas al perfil elegido.

•Iniciativas y elementos que aporten dinamismo y ayuden a promover ideas.

•Continua evolución y rapidez a la hora de ejecutar mejoras.

Esta evolución a la oficina compartida puede ser necesaria, porque el lugar de trabajo no debe ser un lugar que genere preocupaciones o dolores de cabeza por no llegar a fin de mes con los costos fijos, sino donde te sientas a gusto e inspirado. Los nuevos espacios de trabajo se convierten así en una oficina con servicios y todo en una sola factura. Para que tengas todo lo que necesitás y puedas enfocarte en el desarrollo de tu empresa.

 

(*) Comunicadora Social- Publicitaria. Del Estudio Moon Comunicación, Marketing y Diseño

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