La mujer acuchillada sobrevivió a una herida de ocho centímetros en el cuello

Mientras el médico Raúl Marchegiani, de la Clínica de Especialidades, informó ayer que Marta Rivarola, la mujer de 75 años que fue atacada por su pareja con un cuchillo durante la noche del martes pasado en una vivienda de barrio Roque Sáenz Peña, se repuso pese a presentar una profunda herida en el cuello.

La mujer violentamente agredida con un cuchillo por su pareja, Guillermo Osvaldo Vázquez, de 78 años, fue trasladada a la Guardia del Hospital Pasteur por los Bomberos Voluntarios, aunque poco después fue derivada a la mencionada clínica de calle Corrientes, donde estuvo internada en una sala común.

En tanto, el agresor permaneció detenido durante la jornada de ayer en la Alcaidía de barrio San Justo, jornada en la que también designó a la asesora oficial Silvina Muñoz como su abogada defensora.

Por su parte, el fiscal a cargo de la instrucción de la causa, Rene Bosio, estimó que recién el lunes o martes de la semana venidera podrá ordenar la presencia de Vázquez para que declare acerca del sangriento episodio ocurrido a las 21.30 del martes último en Deán Funes 380.

La creyó muerta

Todo conduce a pensar que la presta intervención de la hija y el yerno de la víctima habría resultado determinante para que el femicidio no se consumara, de acuerdo a los datos recogidos por los investigadores en el escenario del ataque.

Pudo saberse que, al ingresar el yerno, identificado como Agustín Gramaglia, de 28 años, luego de romper a hachazos la puerta del patio, encontró a la mujer y al hombre en el piso y a éste amenazándola con asestarle más puntazos.

Fue precisamente cuando Gramaglia irrumpió en la cocina que el agresor se levantó y, al marcharse del lugar, expresó: “Llegaste tarde”, creyendo, tal vez, que había dado muerte a la septuagenaria, al punto que también se autoinfligió cortes en el cuerpo, aunque resultaron ser heridas leves.

Finalmente Vázquez fue detenido poco después en la vivienda de un familiar, situada en Estados Unidos 1078, desde donde fue trasladado a la Alcaidía, al mismo tiempo que resultó imputado como supuesto autor del delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por violencia de género (femicidio), en grado de tentativa”.

La Policía secuestró tanto el cuchillo de carnicero (con una hoja de 15 centímetros) que habría utilizado el agresor, como el hacha con la que Gramaglia logró romper la puerta del patio, lo que le permitió auxiliar con prontitud a su suegra conteniéndole la hemorragia que generó el cuchillazo.

Se precisó que la principal herida causada con la puñalada, que fue aplicada debajo del maxilar derecho de la mujer, tiene entre siete y ocho centímetros de profundidad y tiene forma de “V”, aunque por fortuna no afectó ninguna arteria o vena de importancia.

En tanto, algunos vecinos y allegados a Vázquez y Rivarola dieron cuenta que eran bastante habituales las discusiones entre ambos, aunque nunca sospecharon que pudiera llegar a ocurrir un episodio sangriento.