Juicios de trámite abreviado en la Cámara del Crimen de Villa María

Dos condenas y una unificación de penas en tres audiencias de debate

Cristian “Motito” Castellano y Manuel “Pancho” Schneider recibieron sanciones de tres años de prisión de cumplimiento efectivo, mientras que a Orlando “Tortuga” Rodríguez le unificaron en cuatro años de cárcel dos sentencias anteriores
miércoles, 9 de octubre de 2019 · 09:00

Dos convictos reincidentes y uno que tenía como antecedente una “probation”, fueron condenados ayer en la Cámara del Crimen local, en tres juicios orales y públicos que se realizaron bajo la modalidad de trámite abreviado por acuerdo previo entre la Fiscalía y los defensores de los acusados.

Se trata de Orlando Javier Rodríguez (31), Cristian Jesús Castellano (26) y Manuel Ramón Schneider (48), quienes comparecieron privados de la libertad por distintos delitos en diferentes audiencias de debate, pero todas llevadas a cabo en el quinto piso de los Tribunales villamarienses.

El primero de los nombrados se sentó en el banquillo de los acusados por tercera vez, en el marco de una audiencia de unificación de penas, ya que la Justicia advirtió un error procesal luego de imponerle una condena de tres años y cuatro meses de cárcel el pasado 21 de marzo de 2019.

Ese día, Orlando Rodríguez, alias “Tortuga”, fue hallado culpable de “tentativa de robo”, “amenazas calificadas reiteradas”, “daño reiterado”, “agresión con arma”, “lesiones leves”, “encubrimiento”, “violación de domicilio”, “robo agravado por la participación de un menor de edad” y “robo calificado por uso de arma impropia, en grado de tentativa”.

Sin embargo, poco después se advirtió que uno de los hechos delictivos por los que había sido condenado lo cometió mientras se encontraba con “libertad condicional”, por lo que fue necesario unificar dos sentencias: la de marzo pasado y una impuesta hace casi 10 años.

En efecto, el 10 de diciembre de 2009, cuando tenía 21 años, este albañil domiciliado en barrio Industrial fue juzgado y condenado a cinco años de prisión efectiva luego de ser declarado culpable de un “robo calificado” como consecuencia de haber sustraído una moto utilizando un cuchillo para amedrentar a la víctima.

Rodríguez, confeso adicto a las drogas y el alcohol, salió de la cárcel luego de cumplir tres años, cuatro meses y un día, por lo que quedó “debiendo” un año, siete meses y 29 días.

Pasó el tiempo y “Tortuga” volvió a las andanzas, por lo que volvió a sentarse en el banquillo en marzo de este año por los numerosos ilícitos antes descriptos. Solo que en esa oportunidad no se tuvo en cuenta que uno de los hechos lo había cometido cuando se encontraba con “libertad condicional”.

Por esa razón, en la víspera se realizó una nueva audiencia, aunque esta vez para unificar las dos condenas: lo que le restaba de cumplir de aquella sanción impuesta en 2009 y la que le aplicaron el 21 de marzo.

En definitiva, Orlando Rodríguez recibió una pena unificada de cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo, con declaración de reincidencia, por lo que ahora no podrá acceder al beneficio de la “condicional”.

De todos modos, como lleva dos años y un mes entre rejas, con buena conducta y una pericia psicológica favorable, podrá obtener el beneficio de la “libertad asistida” dentro de aproximadamente un año y medio, es decir en abril de 2021.

La audiencia de unificación de condenas fue presidida por el camarista Félix Martínez y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y del abogado defensor Luis Caronni.

 

Violencia de género

En otro de los juicios sustanciados en la víspera, a requerimiento del acusador público  y de la Defensa, el juez Martínez le impuso una condena de tres años de prisión efectiva a Manuel Schneider, quien confesó haber amenazado y golpeado a su expareja en un incidente ocurrido hace casi cinco meses en James Craik.

Durante una audiencia de trámite abreviado, este albañil nacido en la provincia de Santa Fe, que estuvo domiciliado algún tiempo en Villa María, pero que al momento de ser detenido se encontraba viviendo en la vecina localidad, llegó a juicio acusado como presunto autor de “amenazas doblemente calificadas” (por el vínculo y por uso de arma blanca) y “lesiones leves calificadas” (por el vínculo), en una causa de violencia de género que tuvo como víctima a Margarita Bravo.

El hecho, que tuvo mucha repercusión en la comunidad craikense, se produjo el 19 de mayo en la vivienda que ambos ocupaban y desde entonces Schneider se encuentra privado de la libertad.

Cabe señalar que este hombre ,apodado “Pancho”, registraba como antecedente una “probation”, o suspensión del juicio a prueba (por la que cumplió tareas comunitarias), por otro episodio de “amenazas calificadas”, pero no proferidas en contra de Bravo o de otra mujer.

La legislación vigente establece que cuando una persona que accede a una “probation” comete un nuevo delito, la pena a imponer será de cumplimiento efectivo, tal como ocurrió durante el juicio realizado ayer.

De todos modos, como Schneider es un convicto primario, con buena conducta y una pericia psicológica favorable podrá obtener la “libertad condicional” cuando complete ocho meses “a la sombra”, período que se cumplirá el 19 de enero del año próximo.

Previo a las deliberaciones, el fiscal Márquez y el abogado defensor Roberto Javier Marcos habían llegado a un acuerdo para solicitar la pena finalmente impuesta por el camarista para el caso de que el acusado confesara los hechos que se le atribuían, tal como ocurrió a poco de comenzado el debate.

 

Tercera condena

El otro convicto condenado ayer es Cristian Castellano, un joven domiciliado en barrio San Martín que recibió una pena de tres años de prisión efectiva, con declaración de reincidencia, al cabo de una audiencia de trámite abreviado durante la cual se declaró culpable del hecho que se le endilgaba.

Castellano, alias “Motito”, admitió haber robado una motocicleta que se hallaba estacionada en la vía pública, hecho ocurrido a fines de abril de 2019.

Este convicto reincidente, quien al momento de ser detenido estaba trabajando en una carnicería villamariense, fue arrestado en flagrancia instantes después de violentar el traba volante del rodado.

En materia de antecedentes, “Motito” (nacido en Córdoba capital el 30 de diciembre de 1993) fue condenado por primera vez el 17 de agosto de 2015, cuando la Justicia local le impuso una sanción de cuatro años de prisión efectiva tras ser declarado coautor de “robo”, “robo calificado por escalamiento”, “tentativa de robo”,  “hurto simple”, “violación de domicilio” y “encubrimiento agravado”.

En tanto, el 16 de febrero de 2019, recibió una sanción de ocho meses y 23 días (el tiempo que llevaba entre rejas), por lo que se le dio por compurgada la condena y recuperó la libertad ni bien concluyó la audiencia de debate.

El juicio sustanciado en la víspera fue presidido por la camarista Edith Lezama de Pereyra y contó con la intervención del fiscal Márquez y el abogado defensor Eduardo  Rigalt, quienes previo a las deliberaciones habían pactado la pena a imponerse si el acusado confesaba el hecho y el juicio se abreviaba.

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