Los lectores también escriben - Abogada denuncia violencia policial

“Me empujaron, me maltrataron, me ‘cachearon’ y me esposaron”

domingo, 5 de abril de 2020 · 07:05

Señor director:

Con motivo de la noticia publicada por El Diario el viernes 3 en su página web, titulada “Detuvieron a abogada por violar el aislamiento”, en la cual se expresa que “la mujer policía que realizó el procedimiento la denunció por lesiones”, me veo en el deber de ejercer mi derecho a réplica y hacer algunas observaciones.

En cumplimiento estricto de mi parte del aislamiento, cumplí a rajatablas el horario, lugar, modo y motivo de circulación. Me desplacé desde mi domicilio, ubicado en Villa Nueva, a un comercio de venta de alimentos y afines, situado a unas cinco o seis cuadras, en la misma Villa Nueva. Hice una compra, pero el policía entendió que no era “comestible”. Fue alrededor de las 19.20, siendo el horario habilitado por la Municipalidad hasta las 20.

En el control policial me interrogaron con mucha prepotencia desde el principio: de dónde venía y adónde iba, a lo que respondí “del mercadito a mi casa”. Me pidieron documentos, los que entregué todos juntos, entre los que estaba mi carnet de abogada. Allí el ánimo del señor policía cambió, para ponerse aún peor. Allí empezó el raid de sinrazón, violencia y abuso. Me informaron que había “violado la cuarentena”, pero eso no era verdad.

Detenida por el control policial respondí todas las preguntas y justifiqué mi identidad, la propiedad de mi automóvil y motivo de circulación, que estaban en estricto cumplimiento legal.

Los “presuntos” agentes de seguridad, que tenían la cara tapada, gorra y no tenían los nombres en sus uniformes, que obligatoriamente deben tener a la vista, me hicieron poner el auto en un costado, me bajaron entre cuatro y, de manera muy violenta, me empujaron, maltrataron, me “cachearon” (para decirlo elegantemente) y me esposaron.

Pedí que tuvieran cuidado con el brazo derecho, porque sufro un problema físico, y fue peor, porque ajustaron la esposa de la mano derecha a un límite que, literalmente, me hizo gritar. Me lastimaron muchísimo.

Se acercaron vecinos, a los que hicieron volver, quitándoles los celulares con los que filmaban, al igual que a los vecinos del frente de un edificio, a los que “ordenaron” entrar y cerrar las cortinas.

De allí me llevaron a la Alcaidía, y esa fue la peor parte. Gente hacinada, sin la menor medida de seguridad, al igual que los policías que estaban allí, violando todas las medidas de prevención del virus. Sin control del médico policial, desnudando a una joven adolescente, poniéndola en el suelo (evidentemente sin desinfección).

A la salida firmé una cantidad de papeles con mucha dificultad por no poder mover mi mano derecha, sin saber de qué se trataban. Pregunté dónde estaba mi automóvil, a lo que recibí como única respuesta que no era problema de ellos, que yo había llegado allí en patrullero. Evidentemente está secuestrado en forma ilegal. Está “desaparecido”.

¿Si le hice alguna lesión a la mujer policía? De hecho es imposible, por haberme encontrado con esposas y cercada por cuatro personas.

También debe ponerse de resalto que la especial humillación y violencia desplegada por la Policía tuvo su faceta de violencia de género. No vi el mismo trato a los varones que llegaban por iguales circunstancias.

El Poder Judicial también debe resguardar la vida, la salud y los bienes de las personas, dictando las sentencias de sobreseimiento que corresponda, como en mi caso, por no existir delito alguno.

Por último, quiero agradecer muy especialmente a autoridades del Colegio de Abogados de Villa María, en particular al Dr. Guillermo Lorenzatti (están ocupados en gestionar un protocolo de actuación policial), a muchos colegas y al Dr. Sebastián Elía, quien se dispuso a colaborar como profesional en materia penal.

Sonia Arriarán
MP 4-233

 

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