Caso Dalmasso - La próxima semana prescribirá la causa judicial

A 15 años del asesinato de “Norita”, solo el viudo continúa bajo sospecha

En marzo o abril, Marcelo Macarrón enfrentará un jurado popular, acusado de haber pagado para que mataran a su esposa, el 25 de noviembre de 2006 en Río Cuarto. Pero si los autores materiales del crimen llegaran a ser identificados, ya no podrán ser juzgados
jueves, 25 de noviembre de 2021 · 08:30

Hace exactamente 15 años, el sábado 25 de noviembre de 2006, en el barrio Villa Golf de Río Cuarto se registraba uno de los crímenes que más impactó a la opinión pública nacional en las últimas décadas: el de Nora Dalmasso.

La semana venidera prescribe la causa judicial, pero solo se interrumpirá para el único acusado que tiene el proceso, Marcelo Macarrón, quien el año que viene enfrentará un jurado popular, imputado como presunto autor del delito de “homicidio triplemente calificado, por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria”.

Para la Fiscalía, el traumatólogo riocuartense pagó para que mataran a “Norita”, como la conoció el país.

 

Los hijos lo apoyan

Sin embargo, los hijos del matrimonio, Facundo y Valentina, apoyan al padre. Hace dos años, ambos jóvenes escribieron una carta pública, en la que expresaron: “Justicia para nosotros no es señalar a alguien con el dedo sin prueba alguna, como ha venido sucediendo durante todos estos años. Justicia es obrar y juzgar respetando la verdad. Lo que nunca hicieron quienes estuvieron a cargo de la investigación por el crimen de nuestra mamá fue buscar la verdad. Prefirieron ocultar los miles de errores investigativos e ir por el camino más fácil: apuntar a la familia, los más vulnerables, amedrentarnos, y callarnos”.

Pese a que advirtieron que lo serían, nunca se constituyeron como querellantes particulares. La única que tiene ese rol es Nené Grassi, madre de Nora, pero desde 2016 no tiene abogado, por lo que en el juicio será representada por una letrada designada por la Justicia riocuartense.

Al banquillo en 2022

El juicio a Macarrón será en la primera mitad de 2022, posiblemente durante marzo o abril, y están citados para declarar unos 250 testigos.

La Cámara del Crimen que juzgará al viudo está constituida por los vocales Daniel Vaudagna, Natacha García y Gustavo Etchenique Esteve. Falta la designación de los jurados populares, que serán sorteados en febrero.

La última novedad de la causa no tiene relación con el crimen, sino con su cobertura periodística: en octubre, el procurador fiscal ante la Corte Suprema, Víctor Ernesto Abramovich Cosarin, recomendó al máximo órgano judicial del país que revoque la sentencia por la cual el Tribunal Superior de Justicia condenó al periodista Hernán Vaca Narvaja. Es el único condenado, pero por “daños y perjuicios”.

Abramovich Cosarin planteó que debe quedar sin efecto la orden de indemnizar a los hermanos Macarrón, quienes recurrieron a la Justicia por sentirse “agraviados e injuriados” por la cobertura del caso que el periodista hizo desde su publicación mensual El Sur.

Quince años atrás...

El sábado 25 de noviembre de 2006, Dalmasso cenó con unas amigas (se autodenominaban las “congresistas” y declararon que, durante aquel encuentro, Nora estuvo atenta al celular) y les dijo que regresaría a su casa. “No me molesten en todo el fin de semana”, advirtió de forma enigmática, al retirarse tras la comida.

El domingo 26 un vecino la encontró muerta sobre la cama de su hija Valentina. Nora tenía el cinto de la bata atado al cuello y estaba desnuda.

La primera hipótesis apuntó a la muerte como epílogo de un juego sexual y empezaron a circular nombres de supuestos amantes de la mujer.

 

Sexo, golpes y muerte

La autopsia reveló que Dalmasso fue estrangulada con doble lazo y dos nudos, que había tenido sexo consentido (presentaba lesiones vaginales y anales) y que el asesino la había golpeado en el pecho, la cabeza y el codo, además de inmovilizarla.

Ese mismo fin de semana, Macarrón jugaba un torneo de golf (que ganó) en Punta del Este. Valentina estaba en los Estados Unidos y Facundo en la ciudad de Córdoba, donde estudiaba. Después del crimen trascendió que el matrimonio tenía problemas, que ella quería divorciarse y que había discusiones por el reparto del dinero.

En las investigaciones se planteó que durante su última cena, Dalmasso intercambió mensajes con el contador Guillermo Albarracín, esposo de una de las “congresistas”. Ambos salían una vez al mes. También tenía vínculos con el entonces asesor del Ministerio de Seguridad de la Provincia, Rafael Magnasco, quien se presentó ante la Justicia para ofrecer una muestra genética y quedar fuera de las sospechas.

Cinco fiscales desfilaron por el expediente; un fiscal general debió renunciar y el escándalo político duró varios meses.

 

El “perejil” Zárate

En medio de ese laberinto, el hilo se cortó por lo más fino y el fiscal detuvo a Gastón Zárate, quien estaba haciendo un trabajo de pintura en la casa de Dalmasso.

Río Cuarto se movilizó para defenderlo. La marcha quedó en la memoria popular como “el perejilazo”. Cuando el joven fue liberado (aunque se le mantuvo la acusación), las sospechas de la Justicia apuntaron al hijo de la víctima, Facundo. Quedó en la mira porque el ADN encontrado en el cuerpo de la mujer y en el cinto de la bata era de un Macarrón.

Recién en 2012 ambos procesados (el hijo de Nora y el “perejil” Zárate) quedaron al margen de las sospechas.

 

Acusan al viudo

Macarrón primero fue acusado de homicidio porque se halló semen en el cuerpo de Nora. Pagó una fianza de $3.000.000. Con otro fiscal, la causa fue recaratulada como “homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria, agravado por el vínculo”.

La elevación a juicio la realizó el fiscal Luis Pizarro, cuya acusación será retomada en el juicio por el fiscal de Cámara, Julio Rivero, quien ya tuvo participación en causas conexas cuando estaba en Instrucción.

Pizarro sostuvo que Macarrón “contrató a una persona para dar muerte a su esposa, por precio o promesa remunerativa” y que “para lograr este objetivo el acusado le suministró información y, presumiblemente, le entregó el juego de llaves de la casa”.

No identificó a los autores materiales del crimen ni tampoco explicó cómo ni con qué les habría pagado Macarrón. Si se diera con ellos, ya no podrán ser juzgados porque la causa habrá prescripto.

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
20%
Bronca
80%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios