Confesó y pudo recuperar su libertad

Pablo Quevedo, un albañil de 32 años, fue condenado ayer en la Cámara del Crimen por varios hechos de violencia de género (lesiones leves calificadas, amenazas y desobediencia a la autoridad), el último de ellos, ocurrido en octubre del año 2021, cuando el acusado fue detenido.

Dado que no tiene antecedentes y confesó los hechos, -un signo que puede interpretarse como un paso para la reinserción social-, el juicio fue abreviado y la condena, acordada entre las partes, de tres años de prisión en suspenso, por lo que ayer mismo estaba en condiciones de recuperar la libertad.

Quevedo está domiciliado en Villa Nueva. La  violencia que ejerció hacia la mujer, tuvo su punto álgido al momento de que deciden separarse.

En la oportunidad, le dijo a su ex que él aceptaba irse de la casa, pero imponiéndole como condición que no trajera a nadie “porque lo iba a matar”, lo que configuró el delito de amenazas.

También le dijo que, si ella lo denunciaba, él iba a terminar “en cana”, pero ella “muerta”. Ante la gravedad de las expresiones, la mujer decide presentarse ante la Justicia y allí contó un episodio de violencia física que sufrió anteriormente.

Por todo eso, Quevedo fue procesado y ayer, llegó a la audiencia defendido por la abogada Florencia Vottero. El fiscal que sostuvo la acusación fue Francisco Márquez y la jueza que presidió la audiencia fue Edith Lezama.