Justicia con perspectiva de género
Fue sobreseída después de estar presa por una confusa situación
La acusaron por llevar droga. No está claro si la pareja, con la que discutió en la vía pública, había colocado el estupefaciente. Lo que sí se sabe es que él fue quien le gritó a los uniformados: “Tiene la mochila embagallada”Una mujer de Villa María estuvo detenida porque pesaba sobre ella una acusación por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”. Antes que llegara a juicio pudieron detectar que, en realidad, ella estaba sometida a una relación violenta y en función de ello terminó siendo sobreseída por el beneficio de la duda.
La historia comienza el 4 de junio de 2022, cuando E. D. L., la mujer en cuestión, salió de trabajar y se encontró con su pareja en el Parque de la Vida. Según su relato, él puso un envoltorio en la mochila de ella y después de pasar un tiempo juntos en el lugar, E. D. L. decidió regresar a su casa porque al otro día tenía que trabajar.
Siempre siguiendo su declaración, la pareja trató de impedir que se fuera y comenzaron una discusión que fue subiendo de tono. Como justo estaban cerca del lugar dos inspectores de Seguridad Ciudadana, ella los llamó pidiendo ayuda. Los funcionarios municipales intervinieron y acompañaron a la mujer hasta la moto, para que pueda irse libremente del lugar, pero él comenzó a gritar: “Fíjense que la mochila está embagallada, tiene faso en la mochila”.
Los inspectores dieron intervención a la Policía, que, al detectar el envoltorio con marihuana, dieron intervención a la Fiscalía de Lucha contra el Narcotráfico, desde donde dispusieron su aprehensión.
La mujer estuvo representada por los abogados Analía Nicoli y Brian Chiaraviglio. Ambos fueron solicitando pruebas durante la Instrucción de la causa, entre las que se puede mencionar los testimonios de los mismos inspectores de tránsito, quienes relataron la situación de violencia vivida por la mujer en esa noche en la que intervinieron.
También testimonió la empleadora de la mujer, quien aportó un dato clave: el teléfono de ella, era utilizado frecuentemente por la pareja. Lo podía corroborar porque muchas veces la llamaba para, por ejemplo, un cambio de turno, y era él quien tenía el celular.
Otros testimonios recabados en la causa pudieron sumar indicios de que E. D. L. era víctima de violencia, porque llegaba al trabajo con un moretón o bien, a sus clases de folclore con una mano vendada.
También hubo referencias precisas a la vulnerabilidad de la mujer en cuanto él la celaba públicamente por cualquier situación.
Perspectiva
Ante los aportes contundentes de la defensa, la Fiscalía pidió el sobreseimiento por el beneficio de la duda, criterio con el que acordó la jueza de Control de los Tribunales de Villa María, Soledad Dottori.
La magistrada remarcó que “incorporar la perspectiva de género al momento de valorar las actuaciones”, es decir, entender la historia de sometimiento que permitió que esa marihuana estuviera en la mochila de la mujer, “responde a la obligación constitucional y convencional de garantizar y remediar las situaciones asimétricas de poder, en virtud de la desigualdad de género”.
Aclara, citando al Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, que no siempre se exculpa a la mujer acusada de un delito solo por ser víctima de violencia. “Pero tampoco puede soslayarse su consideración”, dijo Dottori en su resolución.
Y refiriéndonos a la perspectiva de género, hay un dato final para señalar: nadie investigó al varón de la pareja, ni por el hecho de violencia, ni tampoco por la tenencia de la marihuana.