Vuelven los “padres autoconvocados”

Los integrantes del Grupo de Padres Autoconvocados colmaron la Casa de la Cultura para una nueva reunión de capacitación y recibir el cronograma definido para las tareas que llevan adelante a la salida de los boliches.

El encuentro se desarrolló el martes por la noche, donde profesionales que trabajan sobre adicciones en la ciudad, dependientes de la Secretaría de Desarrollo Social del municipio, brindaron herramientas a los asistentes, respecto de situaciones que se pudieran presentar en la vía pública, con los jóvenes a los que se asisten y contienen", dijo Claudia Díaz, a cargo de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad.

En ese sentido, compartió que "se habló además de lo que no se puede hacer y de cómo proceder, según las situaciones que se presenten, teniendo en cuenta que se puede dar con chicos que hayan consumido alcohol y otros drogas. No es lo mismo y debemos saber cómo actuar".

Iniciativa

La funcionaria repasó que los padres vuelven a ponerse en acción luego que las autoridades municipales "recogieran varias inquietudes de los vecinos, con mucha preocupación por distintos sucesos a la salida de los boliches". Concretamente, el lugar de esparcimiento bailable conocido como El Rancho, abre sus puertas los viernes y excepcionalmente dos o tres veces al año convoca a eventos al aire libre, de los que funcionarios y padres tomaron nota.

"Por lo tanto, a través del Concejo Deliberante, el intendente (Franco Morra) eleva un proyecto para convocar a los padres en pos de organizar y llevar adelante las tareas que surgieron en los años 90, luego de una serie de siniestros viales fatales, que incluyó controles de alcoholemia, pero que cesaron con la creación de la Policía Caminera, en las rutas y la Ley de Tolerancia Cero (alcohol en sangre). "De todas maneras, los controles por parte de personal policial y con Seguridad Ciudadana, se mantuvieron a lo largo de los años", destacó Díaz.

Prueba piloto

"La idea de hacerlo con padres recupera el espíritu de aquellos primeros años, ya que se realiza una tarea de contención muy importante, los chicos lo reciben de otra manera, porque ven a un padre, a un docente, a un vecino, que lo quiere ayudar", sostuvo. Añadió que "ahora se trabaja en un campo más amplio, desde la contención, poniendo el foco del trabajo en la violencia, en el consumo de alcohol y de otras sustancias".

La subsecretaria indicó que "hace 15 días se llevó a cabo una prueba piloto", porque se lanzó la primera convocatoria y hubo 58 padres, luego 100 y ya superamos las 15, por lo que en esta reunión (la del martes) se repartió el cronograma oficial, ya se sabe qué día le toca a cada uno el control". Detalló que "se armaron grupos de diez personas, más un coordinador, y que en caso de un evento excepcional, se suma un tercer grupo de diez".

Cada uno de los grupos, como se dio en la prueba piloto, se ubican (de 4 a 7 de la madrugada del sábado), el primero en la esquina próxima al lugar de esparcimiento, en la intersección de acceso, que además está a metros de un paso a nivel del ferrocarril, un punto peligrosamente clave: en el lugar se observa y se puede asistir con un café o casos de una chica que se queda sin crédito para llamar un remís, o se cuida para cruzar las vías...". El segundo grupo realiza la misma tarea en la Estación Terminal de  Omnibus, "donde muchos jóvenes deben esperar hora y media hasta que pase su transporte, por lo que algunos padres están en la puerta del baño, en los accesos, y han recibido consultas, han dialogado y acompañado, esperando juntos el colectivo".

Por último, Díaz dijo que "a la última reunión se sumaron mamás y papás de General Cabrera y se recibieron llamados de Ticino, localidades donde hay boliches y nuestros hijos suelen concurrir, por lo que está bueno saber de la misma preocupación y que cuando ellos van a otros lugares, ojalá también puedan estar cuidados".