OLIVA - El paramédico de la bicicleta

“Debemos cuidarnos y ser solidarios”

La historia de Jeremías, el paramédico que va a su trabajo en Villa María en bici, reveló las falencias de un sector en el marco de la crisis sanitaria, el esfuerzo y su sacrificio, además del apoyo de las familias
domingo, 5 de julio de 2020 · 08:00

Escribe: Franco Gazzoli
De nuestra Redacción

Jeremías Rojo, el paramédico que se traslada en bicicleta 100 kilómetros para cumplir su tarea, puso ante los ojos de la sociedad el esfuerzo que realiza el personal del sistema sanitario, sus carencias, el sacrificio para sobrellevar su trabajo con pasión y envió un mensaje clave: “Debemos cuidarnos y ser solidarios”.

Luego de trascender su historia en los medios de comunicación, incluso El Diario, ayer recibió la documentación para que el miércoles de la semana próxima reciba una motocicleta de manos del ministro Juan Carlos Massei, a través de la donación de la empresa Dragon SA. Se trata de moto una Brava 110 cc cero kilómetro.

Contando su travesía desde Oliva a Villa María, expuso mucho. El joven de 26 años, padre de un varón de 6 años y una nena de 3, marcó además el sacrificio que hacen las familias de los trabajadores de salud, además del tiempo que resignan compartir.

Jeremías Rojo hizo visibles las situaciones cotidianas que se deben afrontar como trabajadores en un marco deficiente y al que se le sumó la pandemia.

“La gente tiene que saber que detrás de cada ambo hay una persona que tiene una familia que lo espera y que va a dar mucho de su vida para salvarlo, para curarlo”, dijo el paramédico.

Oriundo de Manfredi y desde hace seis años radicado en Oliva, viaja desde “hace un año y tres meses” para desempeñarse en un servicio de emergencias en Villa María, tuvo que optar y arriesgar llegar a su trabajo en bici porque “pasaba hasta dos o tres horas en un pueblo”, esperando que un camionero o automovilista lo acercara de ida o de vuelta. “Se me hacía un nudo en la garganta y hasta llegué a pensar en largar todo, pero  a pesar de toda esa impotencia, lo hacemos por la familia y porque sentimos nuestro trabajo”, afirmó.

El caso de Jeremías salió a la luz ahora, pero desde el primer viernes de la cuarentena debió  movilizarse a dedo, a partir de no contar con transporte público de pasajeros ni otra prestación siquiera para el personal esencial, justamente como el de salud. Jeremías dijo que entiende “la situación de los choferes (de paro), pero en esta emergencia no se aseguró el transporte del personal esencial”. “Esto nos va a ayudar a que nos reconozcan, a comenzar a valorar a quien tenemos al lado. Nos duele ser héroes a veces y que después nos golpeen y discriminen, porque se hizo creer a la gente que los trabajadores de salud podemos contagiar. Al ingresar a trabajar nos higienizamos y vestimos para esa tarea, lo mismo que al salir, para evitar trasladar todo tipo de virus”, dijo. Remarcó que “son medidas de bioseguridad que se respetan desde siempre, pero en las que ahora se hace mayor hincapié”.

“Debemos ser solidarios con los trabajadores de la salud”, insistió Jeremías. Y a la solidaridad que profesa, añadió: “Esto no tiene que ver solo conmigo. Estoy muy agradecido por cada gesto, pero es necesario reconocer a todos los que están haciendo un gran sacrificio para ir a trabajar y a cada familia que respalda... Todos estamos haciendo un gran esfuerzo”. En el mismo sentido, repasó que “en Villa Nueva un grupo de gente se comunicó para donarme una moto, lo mismo que desde Bell Ville. Estoy agradecido, pero les pedí que ese dinero o esa moto se destine a una rifa y de ahí compren bolsones de comida para la gente que más lo necesita, porque en el trabajo uno puede ver muchas carencias. Ese dinero puede ayudar, porque hay gente que no tiene para comer. La gente buena existe, pero a veces lo malo opaca demasiado. Los buenos siempre esperan su oportunidad de ayudar”.

Ayer, Jeremías Rojo salió desde Villa María a las 8 de la mañana. “Estaba helando...”. Poco después de las 11 llegó a su casa, en Oliva, ya que una camioneta lo cargó con su bici en los últimos kilómetros. Su pareja y sus hijos lo reciben. “Papi, yo te cuido”, contó que su hija le dice, de pie junto a la cama, cuando se acuesta a descansar. Y Jeremías comparte entonces que “debemos cuidarnos y ser solidarios”, con los trabajadores de la salud, con todos.

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