Un pueblo de luto

Murió Norberto Demarchi, un símbolo de Silvio Péllico

Durante décadas fue el único chofer que trasladaba vecinos y hacía encargues para la localidad. También fue el histórico entrenador del Canario en la Liga Villamariense de fútbol. Tenía 78 años

Justo en el fin de semana en el que se paró el fútbol, murió Norberto Demarchi, el Yoli, uno de los impulsores de este deporte en Silvio Péllico y personaje entrañable de la región.

A los 78 años, Demarchi, quien se encontraba internado en Villa María, afrontaba un accidente cerebrovascular que sufrió mientras se encontraba internado en Alto Alegre, días después del deceso de su querida mujer y compañera, quien fue la primera víctima de coronavirus en Silvio Péllico.

El Yoli, padre de cuatro hijos varones (todos jugadores o exjugadores de la institución), fue el primer entrenador del Canario en la Liga Villamariense de fútbol, convirtiéndose en un pilar fundamental para que el pueblo pudiera disfrutar de esta competencia.

No obstante, no solo fue importante para el deporte en la localidad.

En 1969, Demarchi comenzó como chofer de la única línea de colectivo que unía Villa María con su localidad, pasando por Santa Rosa.

A lo largo de muchos años trasladó pasajeros, hacía comisiones y llevaba también El Diario a la localidad.

En ese sentido, luego también trabajó para la Municipalidad de su tierra.

“Creo que no quedó nadie, ni una persona, ni un hogar, ni una institución de Silvio Pellico que no le haya hecho un encargue… desde el remedio más necesario, el bolso a los chicos que estudiaban o el cobro de la jubilación, hasta el número soñado para probar suerte en la quiniela”, recordó una vez Daniel Besso, en un homenaje que le hizo a Demarchi en nuestras páginas.

En ese sentido, el Yoli, a quien algunos chicos de la Liga también apodaban Charanguito (por el parecido con un personaje de la televisión), no solo era conocido en el pueblo, sino también en muchos sectores de Villa María.

Con el fútbol, mientras, se hizo un nombre a base de trabajo y pasión. Les enseñó a los chicos el significado del deporte y armó grandes planteles, como aquel recordado de los hermanos Menegotto, Borgogno, el Bocha Ibañez (recientemente fallecido), Romano, Semenzín, entre otros.

Por todo esto fue un verdadero emblema del pueblo, que hoy lo despide no solo por la huella que dejó, sino también porque saben que se fue una gran persona.

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