Marcharon en silencio por Gina y contra la actuación de la SENAF

Silencio. Abrumador, como el que busca escapar de un cuarto vacío. El silencio de un cuarto vacío que habitaba una niña, esa beba cuidada por una familia de acogimiento que se hizo cargo cuando recién nacida fue abandonada. Al crudo relato de estos padres de guarda, los vecinos se les sumaron marcando ese silencio: Todos por Gina.

Un nutrido grupo de personas se dieron cita en el mediodía de ayer, convocados a partir de conocer la situación. Autoconvocados en Plaza San Martín, hicieron rugir ese silencio cuestionando el fallo del juez Mariano Correa, Estela Larrarte de SENAF (Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia) Río Cuarto, que “decidieron que una beba de 15 meses en hogar de acogimiento pasara de manera repentina, se resuelva otro hogar con otra familia en otra localidad”, contaron el miércoles Paola y Gaspar, quienes acogieron a Gina luego de ser hallada abandonada al nacer. Insistieron en que los hechos se sucedieron “de manera brusca y sin existir un vínculo progresivo con la familia adoptiva”, que hasta ese instante, eran desconocidos por la menor, afirmaron. La amarga sorpresa se conoció el pasado martes en Tribunales de Río Cuarto. Si bien, la ley establece que la familia de acogimiento no puede ser la misma que inicie trámites de adopción, lo estipulado para ser hogar de acogimiento es de 90 a 180 días, como máximo. En este caso, habían pasado más de 14 meses desde que Gina y la familia Recosta, de General Deheza, generaran los lazos que la justicia y la SENAF esfumaron.

Vínculos creados

Paola y Gaspar se encargaron de la guarda a Gina, la beba que fue abandonada al nacer en General Deheza, el 29 de marzo de 2021. La pareja y sus hijas brindaron su hogar de acogida para tres meses, pero Gina terminó pasando más de un año en la casa.

En una conferencia, la pareja expresó su malestar y cuestionó el accionar de los responsables de la adopción de Gina. Aseguran que la niña creó vínculos con la familia, tuvo amigos y recibió mucho afecto. Pero todo se interrumpió bruscamente el martes último, cuando Gina fue entregada a la familia adoptiva. Los modos son los que causaron enojo en la familia dehezina.

“Si soy familia de acogimiento, también soy familia para defenderla”, dijo el hombre. Y en ese contexto encontró el apoyo, el eco de los vecinos para realizar la convocatoria de ayer a las 13, “para defender los derechos de Gina”, dijo.

Sin aviso previo

Gaspar y Paola narraron que fueron citados a los Tribunales de Río Cuarto, a una audiencia con el juez Mariano Correa y funcionarios de la SENAF. “Ibamos a Río Cuarto en el auto, riéndonos con ella, llegamos allá y Gina pasó a una pieza gritando garrafalmente y atrozmente mientras a nosotros nos hablaban de leyes”, contó.

Detalló que durante el encuentro, al que no asistieron autoridades de la SENAF, según dijo, “entregaron a la niña a su familia adoptiva sin previo aviso”.

“Si creen que una beba de 15 meses se maneja de esa manera, donde Gina no tuvo la opción de saludar y despedirse, están equivocados”, escribió el hombre a través de redes sociales.

En la misma línea, sostuvo que “la persona tiene sentimientos, olores, costumbres. La vida no es una carpeta, un número o un archivo”. Y consideró que de ese modo, “Gina volvió a sentir la sensación de abandono”.

Para reclamar

La pareja inició trámites y enviaron documentación, detalles del caso, al ministro de Justicia de Córdoba, Julián López.

En ese sentido, manifestaron a Puntal Río Cuarto, que expondrán “los detalles que muestran que los procedimientos del Juzgado de Menores como de SENAF, no fueron correctos”.

Además, aseguraron que “nunca hubo vinculación previa con la familia adoptiva” y que desconocen su identidad.

Desde SENAF, la titular Estela Larrante señaló que la familia de guarda no se había presentado ante los llamados de la Justicia.

Pero Gaspar lo niega y salió al cruce. Dijo que fueron dos veces a Córdoba y brindaron detalles al equipo técnico respecto a cómo se encontraba la niña.

Por último, la pareja no niega el deseo de adoptar a Gina, pero saben que por ley no tienen esa posibilidad. De todas maneras, indicaron que querían encontrar una familia para la beba, en el tiempo que corresponde, no a los 15 meses. Ratifican que querían acompañar a Gina en el proceso y “no de esta manera atroz”.

En la marcha de ayer, cada participante supo apoyar y acompañar. En silencio, como el de una habitación donde ya no está esa niña.