Día del Canillita - Ezequiel Allende

“Gracias a este oficio he podido conocer a gente maravillosa”

Conocido por muchos y querido por todos, el canillita que desde hace cinco años, con la alegría y la humildad que lo caracterizan, se “adueñó” de la clásica esquina de la Terminal de Omnibus villamariense, nos contó por qué eligió esta profesión

Tan humilde, como respetuoso, tan simpático como luchador, conocido por muchos, querido por todos… tan solo algunos de los tantísimos adjetivos con los que describen a Ezequiel Allende quienes tienen la fortuna de conocer a un ser tan noble y lleno de luz.

Claro que al mencionar su nombre probablemente muchos no sepan de quién se trata, sino que su profesión y el lugar en el que la lleva adelante cada día son dos aspectos que lo hacen muy reconocido por la sociedad villamariense.

Entonces, si alguien te pregunta si conocés al vendedor de diarios que siempre está frente a la Terminal de Omnibus, a todos se nos viene a la mente la imagen de Ezequiel, un guerrero de la vida que jornada tras jornada, a pesar de sus dificultades, sale a “pelear” mano a mano con la vida, siempre con una sonrisa dibujada en el rostro con la amabilidad que lo caracteriza como uno de sus principales atributos.

Por eso es que en su día, quienes integramos la Cooperativa Comunicar decidimos brindarle un pequeño homenaje, a través de esta nota en la que intentamos que él mismo relate la manera en la que desarrolla su profesión

Así, ante la primera consulta de un periodista de este medio, Ezequiel contestó: “Ya hace casi cinco años que comencé a ser canillita. Elegí esta profesión por un tema de necesidad, de poder trabajar porque la pensión que tengo no me alcanza para subsistir”.

“En ese anhelo de salir adelante, me animé a ir a El Diario y allí se portaron muy bien conmigo. Fueron francos, sencillos, y me alentaron para poder vender el producto”, destacó.

Sobre sus primeros pasos en la actividad, contó además que “al principio me las vi difícil en algunas cosas, pero una vez que me animé me di cuenta que lo podía hacer y ha sido de mucho beneficio económico para mi familia, porque me permite sustentarla. No tiramos manteca al techo, pero sobrevivimos”.

“Una de las cosas que me costó al principio era gritar ‘diario’. Las primeras veces que me animé a hacerlo, gente amiga que pasaba me gritaba ‘gritá como hombre’, porque yo lo hacía con una voz muy finita”, relató entre risas.

Al respecto, indicó además: “Después lo fui mejorando y a eso le sumé otras cosas como, por ejemplo, la manera de sostener el diario para que la gente lo vea o interesarme del contenido del periódico, algo a lo que antes le esquivaba”.

“Siempre trato de saber qué tiene el diario cada día, porque la gente pregunta mucho sobre tal o cual suplemento o el contenido específico de cada ejemplar”, reconoció.

Por otra parte, analizando la actualidad de la profesión, Ezequiel indicó: “Con la situación económica que vivimos actualmente, ha bajado bastante la venta de ejemplares”.

“Desde el verano de 2018 a esta parte, los niveles de venta han descendido gradualmente hasta llegar a una caída aproximada del 50%”, amplió en cifras.

A la hora de responder sobre cuáles son los temas que más les interesa leer a sus clientes, manifestó: “Somos un país muy futbolero y la gente compra mucho El Diario por la parte deportiva, sobre todo los días lunes, pero lo que más buscan los lectores son las noticias aberrantes o morbosas”.

“A la cuestión política últimamente la gente le está esquivando. Además, muchos lo compran cuando tienen que buscar trabajo o cuando han perdido a un ser querido”, aseguró.

Seguidamente, sobre los aspectos que más lo gratifican de su oficio de canillita, no dudó en afirmar que “lo más lindo que me da esta profesión es la alegría de poder encontrarme con buena gente, que hay mucha aquí en Villa María. Gracias a este oficio he podido conocer a gente maravillosa”.

“La gente de El Diario me ha ofrecido una amistad, porque cuando han surgido dificultades con mi silla de ruedas, ustedes estuvieron siempre para ayudarme. Siempre me han dado una mano tremenda y doy gracias de poder tener esta amistad con ustedes”, añadió, sin olvidarse de agradecer “a unos amigos que me ayudaron a hacer un toldo para mi silla, para poder protegerme del sol cuando está muy fuerte y de las lluvias”.

“Gracias a ellos, puedo desempeñar mi tarea más allá de cómo esté el clima”, valoró.

Entrando en la parte final de su diálogo con este medio, consultado sobre sus anhelos personales, Ezequiel fue sincero: “Antes tenía muchos sueños y ahora soy una persona a la que le gusta vivir sencillo. No tengo grandes metas en mi vida, lo único que quiero es llevarme bien con todos y poder hacer feliz a mi familia”.

“Para eso, necesito que nunca me falte la salud para poder salir a trabajar y para poder seguir viniendo a disfrutar de las amistades que hice vendiendo diarios en este lugar de la ciudad”, expresó.

Y a la hora de hablar de su familia, se le infló el pecho y sostuvo: “Es muy importante para que yo pueda salir cada día a ganarme la vida. Mi esposa, Marcela, y mi hija, Nicole, son mi apoyo emocional y quienes me dan las fuerzas para que día a día yo pueda salir adelante, aparte de mi Dios, que siempre me fortalece”.

“Cuando estoy un poco desanimado, ellas me dan cariño y yo recargo las pilas para salir a derribar el mundo”, dijo orgulloso, para luego cerrar la entrevista con la siguiente frase: “Tengo 30 añitos, soy un pichón recién salido del nido y con el cariño de la gente es que logro cada día llevar adelante una vida normal”.

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