194 Aniversario de Villa Nueva - Por Silvia Alicia Belluccini

Donde la vida se vuelve fácil

Cuando leí la convocatoria en El Diario se agolparon las imágenes en mi mente.

Villa Nueva podría decir, sin temor a equivocarme, que fue la mejor parte de mi vida laboral.

Durante tantos años caminé sus calles, cambié de lugar, conocí tanta gente, hice amigos entrañables, fui muy feliz con la tarea que desempeñé durante casi 30 años.

Fui docente de la Escuela Pablo VI, y eso solo ya es contenido y plus para mí, para querer lo que hacía.

Allí sentí que la docencia tenía sentido, que cada palabra que los chicos aprendían era un desafío para buscar otra que abriera universos más allá de la lengua.

No sé si se pueda comprender, que trabajar en el contexto de esa hermosa ciudad, traía no solo la escuela, sino la tradición, el arraigo a las costumbres, la alegría de lo pequeño, lo creativo de la nada.

La familia en el centro y la escuela como el lugar de respeto.

Allí vivimos tiempos en constante movilización para seguir el ritmo del pasado, de la historia que seguía siendo presente.

Muchas veces nuestros recreos, clases de gimnasia y festejos del Día del Estudiante eran la plaza Capitán de los Andes. Jugar a las escondidas, cuidar los bancos, los árboles, reconocer espacios que mejor nos protegían de que nos encontraran.

Recuerdo también la mirada sorprendida de algún policía, bancario o gente común que pasaba por allí y no podían creer que una plaza pudiese tener tanta magia como para convertirse en ese lugar divertido y de sueños donde la vida se volvía fácil.

 

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