194 Aniversario de Villa Nueva - Por Carlos Alberto Caballero

Mi estimado padre

"Río Cuarto, febrero 4 de 1873.

 Al R. P. Donati

Mi estimado padre: … Nemesio Caballero, padre del referido niño, al pasar yo por Villa Nueva me ha encargado mucho que averiguase en qué toldo estaba para poderlo enseguida rescatar…

Fr. Tomás María Gallo”.

 

Villa María, 1971. “Llevame a Villa Nueva que quiero ver si puedo encontrar la casa de mi abuelo”. Eso me dijo mi padre, Cergio Caballero (sic), una siesta de primavera. Termine de estudiar la bolilla que tenía prevista y salimos a Villa Nueva por el puente “de la Nestlé”. Me dijo que lo llevara atrás de la plaza que él buscaría la calle. “estaba en una esquina” -me dijo-, luego de dar unas vueltas llegamos a lo que hoy conozco como Modesto Moreno y Córdoba. “Esta debe ser”, volvió a decir señalando una casa de vieja construcción que delataba los más de cien años que se le adivinaban. Viejas paredes y viejas aberturas que hoy todavía se pueden ver, desafiando las inclemencias del tiempo y los hombres. Mi padre tenía casi 70 años y había ido una sola vez, a sus 20 años, acompañando a mi abuelo a ver a su madre Francisca. Haciendo memoria y algo emocionado me dijo “en el patio había una palmera” y de inmediato me bajé a ver por una tapia baja que daba a un baldío. Y allí estaba. Un tocón de palmera de un metro de alto aproximadamente. Mi padre no se quiso bajar para verla, miro nuevamente la casa un largo rato y me pidió “..vamos…”. Pasado el tiempo, fallecido mi padre, me quedé pensando que esa casa olvidada de todos fue en su momento mudo testigo de uno de los mayores dramas de la pampa argentina del siglo XIX. Así lo describe Gregorio Carreras el 13 de enero de 1874 en su carta al padre Pío Bentivoglio: “…la infeliz madre de Celso acababa de orar ante la imagen de la Santísima Virgen de las Mercedes… la Sra. Francisca P. de Caballero, que es la madre de Celso, me ha entregado para que le remita (y)… haga que Celso pueda venir al lado de sus padres librándose del cautiverio bárbaro en que se encuentra…”. Una de las tantas historias de Villa Nueva. Razón tenía Pablo Granados: es “Un pueblo con historia”. Villa Nueva se debe su libro y su cátedra de historia. Antes que “el conglomerado” con que se la funde hoy con Villa María en estos tiempos de pandemia, Antes que pase a ser una entidad con otro nombre y así se pierda en los tiempos. Bernardino Calvo decía que Villa Nueva por su historia era “nostálgicamente federal” en contraposición de Villa María, que no la tenía, “que había venido de Buenos Aires (por Ocampo) y nunca había terminado de bajar del barco”.

Saludo a Villa Nueva. Fundada por los Bustos, gobernada por los López y los Freytes, bendecida por el padre Hugo y el padre Pepe, todos ellos aún esperan sus reconocimientos. Ninguno lo pidió, todos se los debemos.

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