Día Mundial del Agua - Reflexión difundida por la Cooperativa 15 de Mayo de Villa María

El vital elemento y el coronavirus

Quién se animaría a decir cuándo y por qué decidió consagrarse el día de hoy como el Día Mundial del Agua.

Nuestro contacto con ella es constante como su flujo en acequias, ríos, mares y océanos. Porque nuestra vida no sería sin ella.

Ella nos dio todo generosamente desde siempre y no fue sólo vida, sino salud, el agua se unió a otros elementos para ser muro, se convirtió en gota para ver crecer sembrados, en recurso para apagar incendios. En su simpleza transformadora fue cumpliendo siglo tras siglo con el compromiso inalterable de cuidarnos.

Este año en particular y en estos días tan convulsionados, nos encuentra pidiéndole que ahora se ponga su traje de higiene. Que corra por nuestras manos 20 segundos cada al menos 30 minutos, para limpiarnos del terrible virus que nos amenaza en cada contacto. Una vez más, aquí está, como la caricia de una madre.

Para quienes abrimos el grifo día a día es algo absolutamente normal, pero la realidad es que a lo largo de la historia el hombre tuvo que trabajar mucho para  subsanar la necesidad o el maltrato hacia el vital elemento. Cuatro mil años AC ya se comenzaron a tener registros de métodos para potabilizar el agua y 1.500 AC, del uso de sulfato de potasio o aluminio para clarificarla. Y serían los griegos los primeros en ordenarse para tener un sistema de potabilización y distribución similares a los que hoy circulan por debajo de nuestras calles. Muchos años después, en el siglo 19 coincidirían la invención del grifo a rosca y las primeras contaminaciones cloacales, en Estados Unidos y el Reino Unido. Cuando aprendíamos a que salga en forma de chorro en un baño ya la naturaleza nos instaba a pensar en la forma de tratar efluentes.

El agua hoy se utiliza en gran medida para la agricultura y la producción de energía, elementales para nuestra subsistencia, no es mucho el porcentaje que nos queda para el consumo. La densidad demográfica sigue creciendo y el desafío por hacer llegar agua a mayor cantidad de habitantes nos debe mantener atentos como sociedad.

En estos tiempos donde la naturaleza nos golpea hasta el límite de lo imaginable para mostrarnos cuán vulnerables somos nos toca pensar en serio en el cuidado de la reina de la naturaleza, el agua.

El compromiso es de todos y de cada uno. Cuando uno cumple su obligación cívica de dosificar su uso, de comprender que el deber de pagarla no nos habilita a derrocharla, debe entender que está colaborando de manera fundamental para que otros accedan a otras formas de uso indispensable, desde uno de los 350 mil niños que mueren al año por enfermedades diarreicas hasta ese médico que hoy salva vidas mientras arriesga la suya.

 

En el marco de la pandemia

Consideramos que en las circunstancias actuales (en el marco de la pandemia del coronavirus que nuestras comunidades están atravesando), la conmemoración del Día Internacional del Agua nos anima a entender el enorme valor de la misma, un bien básico y vital que es objeto del esforzado trabajo de las entidades y empresas operadoras, y de los cualificados profesionales que trabajan en el sector.

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