Informe de la Comisión Tripartita para Igualdad de Oportunidades

Mujeres al mando de empresas cordobesas son minoría

El análisis con los últimos datos disponibles da cuenta de que los rubros de servicios tienen mayoritaria participación de mujeres, mientras que en el trabajo industrial son los varones los que ocupan la mayor cantidad de puestos de trabajo. Si el análisis se hace en puestos gerenciales, las mujere

El título de este suplemento, “Techo de Cristal”, refiere a un dato incontrastable de la realidad que da cuenta de que las mujeres tienen menos posibilidades laborales y que ganan menos que los hombres. No hay nada formal que impida el acceso al mundo del trabajo, pero sí se explica en esa barrera invisible -o techo de cristal- que impide la verdadera igualdad laboral.

Son muchos los factores que inciden y varias las lecturas posibles. Pero es claro que, mientras las tareas no remuneradas recaigan mayoritariamente en mujeres (tareas domésticas, cuidado de niños, enfermos y ancianos) las posibilidades siempre serán menos que las de nuestros pares varones.

Para cotejar ese concepto, acudimos al último informe elaborado por la Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades (CTIO) y que fuera publicado en agosto de 2018. En el mismo, habla de la segregación ocupacional entre hombres y mujeres de la provincia de Córdoba en el sector de empleo privado.

“El concepto de segregación ocupacional comienza a utilizarse en las décadas del 60 y 70 en estudios académicos para hacer referencia a la sobrerrepresentación o infrarrepresentación de un colectivo en un puesto de trabajo (Anker, 1997). Mediante la segregación se busca analizar la desigualdad de oportunidades para el acceso al trabajo que tenían las personas según su etnia, edad, nivel económico y educativo, ubicación geográfica, y sexo. Cuando se aborda la segregación ocupacional desde una perspectiva de género, se analiza el número de mujeres en una determinada ocupación y rango en relación con el número de hombres”, indican desde el Consejo de la Mujer.

Existen distintas teorías que abordan este problema. Las tesis económicas que tratan de explicar dicha diferenciación van desde la teoría neoclásica del capital humano, que plantea que los empleadores contratan a las personas según sus dotaciones personales y circunstancias condicionantes para aumentar la productividad; teorías de la discriminación, que apunta a que los empleadores contratan según las características visibles de las personas; la teoría de las diferencias compensatorias, que afirma que las mujeres prefieren puestos de trabajo con mayor flexibilidad, menor peligrosidad y condiciones de trabajo agradables; y la teoría del mercado de trabajo dual, que plantea un sector primario de puestos estables y bien remunerados, y otro secundario de mayor precariedad, menores salarios y experiencia, donde tienden a concentrarse las mujeres; hasta, finalmente, la teoría de la discriminación estadística afirma que los empleadores al carecer de información sobre los diferentes colectivos de trabajadores, presuponen que las mujeres tienen menor productividad que los hombres. Las teorías feministas, por su parte, plantean que la segregación ocupacional de las mujeres es producto de estereotipos dominantes en la sociedad patriarcal sustentados en supuestas capacidades innatas diferenciales de las mujeres y los hombres. Estos estereotipos funcionan como mandatos sociales y restricciones culturales que delimitan las actividades en las que participa una mujer.

 

Los datos

Los datos que surgen del informe corresponden al año 2018 en base a una muestra de casi 500 mil casos de los trabajadores registrados en el sector privado. El análisis de datos estuvo a cargo de la Dirección de Programación del Ministerio de Trabajo y el Laboratorio de Políticas Públicas del Consejo Provincial de las Mujeres.

En primer lugar, ese universo de trabajadores registrados en el sector privado está integrado por un 65% de hombres y un 35% de mujeres.

A la hora de identificar los rubros, se puede observar que el mayor porcentaje de trabajadores hombres está en la construcción y en el ámbito rural, con algo más del 91% cada uno.

El amplio y diverso rubro identificado como “otros” es el que tiene el 71% de mujeres, seguido por servicios (40%) y Comercio (37%).

“Se evidencia claramente una mayor participación de las mujeres en actividades vinculadas a la salud y los servicios de enseñanza, servicios domésticos y de comida. Vale decir, subsisten barreras o pared de cristal que dificultan el acceso de las mujeres a sectores diferentes a los tradicionales asociados al cuidado del hogar y la esfera doméstica”, expresa el informe.

En toda la provincia, la brecha es negativa en lo que hace a la participación de mujeres en el ámbito laboral privado. Depende de la economía de la región, para que la brecha sea mayor o menor. Por ejemplo, las regiones con mayor incidencia del rubro Servicios tiene una brecha menor de diferenciación entre hombres y mujeres trabajando y en economías con más desarrollo industrial y laboral la brecha aumenta.

 

Mujeres y liderazgo empresarial

Los datos que preceden, son por cantidad de trabajadores registrados en cada rubro. Es decir, un análisis horizontal.

Pero a la hora de determinar la participación de mujeres en cargos jerárquicos de las empresas, la brecha se amplía aún más.

El informe con ese análisis vertical revela que del total de los mandos empresariales (cargos jerárquicos), solo el 28,48% está ocupado por mujeres.

“La segregación ocupacional vertical es importante, siendo mayor a la horizontal. Incluso en aquellos sectores donde la participación femenina es mayor o más igualitaria, la segregación vertical adquiere características desiguales para las mujeres. Incluso en los rubros Otros y Servicios, donde hay más intervención de mujeres, la participación en cargos gerenciales es baja”, indican.

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