Día del Bombero Voluntario - A 37 años del trágico fallecimiento de Juan Carlos Mulinetti

Un héroe que también fue maestro

Al final de su vida, el pueblo lo elevó a la condición de “héroe”. Sí, lo es; pero toda su vida la transitó como un “maestro”

Siempre se ha destacado, con total acierto y mérito, la entrega de aquel jefe comisario Juan Carlos Mulinetti, quien perdió la vida en acto de servicio junto a las compuertas del balneario que, desde entonces, lleva su nombre.

No hay dudas. Se trata de un verdadero héroe, si por tal entendemos aquella persona que lo deja todo por los otros, incluso su propia vida, por la esencia de bombero voluntario, que solo persigue como fin salvar la vida de los otros.

Así lo recuerdan quienes compartieron con él, muy conocido como el Mula, el cuartel de calle General Paz, los directivos, los habitantes de la ciudad, de la región, todos...

Ahora bien, el héroe de la ciudad también dejó como enseñanza la insoslayable necesidad de aprender, de capacitarse, de formarse, de crecer y desarrollarse en pos del bien común.

Por eso entendemos que Juan Carlos Mulinetti, así como todos lo guardan en el recuerdo como verdadero “héroe”, también corresponde que se lo perpetúe como “MAESTRO”, en mayúscula y con todas las letras.

 

Su primera escuela

Es entre fines de la década del 70 y los primeros meses de 1980 que los jefes de los distintos cuerpos activos de bomberos voluntarios, sobre todo Mulinetti, advirtieron la imperiosa necesidad de unificar metodologías de trabajo y generar material didáctico específico para los bomberos, teniendo en cuenta su implicancia regional y los problemas propios de cada zona.

Fue entonces que el 25 de julio de 1981, en ocasión de realizarse en La Falda el 14º Congreso de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Córdoba, fue creado el Centro de Capacitación y Programación, el cual había comenzado a gestarse el 16 de noviembre del año anterior.

En un primer momento, el nuevo organismo se denominó Centro Técnico contra Emergencias y se convirtió en la primera escuela provincial existente en todo el país destinada a la educación integral de los bomberos voluntarios.

Su principal impulsor fue nada más y nada menos que el comisario y bombero de Villa María Juan Carlos Mulinetti, quien con este solo hecho demostró su estirpe de “maestro”.

Pero Mulinetti no solo fue el motor que dinamizó los esfuerzos en la creación de este formidable espacio, sino que también fue elegido su primer director, siendo acompañado como subdirector por el jefe de bomberos de Marcos Juárez, Juan Carlos Reinaudi, y como secretario otro conocido de Villa María, Francisco Mateo.

Esta verdadera escuela de bomberos, el 3 de diciembre de 1983, el mismo año que perdió la vida el Mula, la institución paso a llamarse Centro de Capacitación y Programación Comisario Juan Carlos Mulinetti.

Desde comienzos del presente siglo este espacio de formación, conformado en ciclos de tres niveles hasta llegar a ser instructores, comprende dos objetivos principales: por un lado, la incorporación de conocimientos y, por otro, la consolidación interna organizativa.

Esta es la escuela que creó Mulinetti: un ámbito para fortalecer vínculos a fin de entramar una red de trabajo conjunto capaz de contener a todos los bomberos voluntarios. Fue, en definitiva, una “idea maestra”, orientadora, posibilitadora, democrática porque está dirigida a todos los bomberos voluntarios. Fue, claro está, la idea, el proyecto y la acción de un verdadero maestro.

 

Siempre el recuerdo

El comisario Mulinetti falleció minutos antes de las 16 del domingo 23 de octubre de 1983, junto a las compuertas del balneario de Villa María, sistema que él mismo, junto a otros bomberos, estaba reparando ante la inminencia de la temporada estival.

La tragedia sobrevino cuando observó que dos jóvenes, que habían atravesado con una piragua la caída del paredón, cayeron a la correntada y eran sumergidos y arrastrados por las turbulentas aguas.

Mulinetti se arrojó al cauce y logró salvar a los muchachos, pero ofrendó definitivamente su vida cuando fue golpeado por un tronco que arrastraba con violencia el río.

Este episodio lo convirtió en héroe. Toda su vida lo transformó en maestro para siempre.

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