En vísperas del 70º aniversario

Por Miguel Sponer*

 

Cuando pensamos en esta gran ciudad, nos vienen a la cabeza personas e instituciones que la hicieron grande… Los Bomberos Voluntarios villamarienses cumplirán en 2021 sus primeros 70 años, es decir, casi la mitad de vida que Villa María.

Desde ese 20 de mayo de 1951, cuando un puñado de valientes encabezados por Bautista Gianinetto y Enrique Masetti, junto a comerciantes, dieron inicio formal a las actividades, las puertas del cuartel permanecieron abiertas para tender una mano a quien la necesitara en la ciudad… y en la región: en los primeros tiempos los abnegados servidores locales eran solicitados desde lugares lejanos como La Carlota, Laboulaye, Las Varillas y muchas otras poblaciones.

Me animaría a decir que en 70 años pasaron por la institución cerca de 1.000 vecinos en sus distintos estamentos: cadetes, aspirantes bomberos, comisión directiva y hasta la hermosa banda de música… Me preguntó ¿qué familia no estuvo de alguna manera involucrada para que este cuartel hoy sea uno de los más grandes y mejores equipados de la Argentina?

Gloria y honor, pertenecer. La vida muchas veces trunca sueños y en otras ayuda a materializarlos. Y, cuando se concretan de manera colectiva, todo es más hermoso.

Ese fue el espíritu de los Gianinetto, Masetti, José Tonelli, Alfredo Angeli, Roberto Borghi, Isaac Cohen, Roberto Flamini, Roberto Mosquera, José Bianco, Galoni Santos, Bartolomé Demarchi, Rocco Fermo... y seguiría una lista interminable de gente que puso su grano de arena para que tremendo esfuerzo de décadas se transformara en la realidad actual: orgullo de la ciudad, la provincia y el país...

El Cuerpo de Bomberos es de todos los villamarienses, gracias a que los vecinos, los comercios, las empresas… ayudan para que este grupo de hombres simples y honestos, que dejan a veces sus familias por correr a cumplir con su deber, permanezcan al pie de su vocación de servicio.

Una vocación que se personifica en Juan Carlos Mulinetti, por ejemplo, a quien estaremos recordando el mes próximo, cuando se cumplan 37 años de aquel 23 de octubre de 1983, cuando entregó su existencia por la causa del servicio y la solidaridad. En él, en el inolvidable Mulita -retratado cierta vez por el querido Roberto Babalfi subido a un tanque de combustible encendido- habitaba un ser de dimensiones inconmensurables.

Pero no fue el fuego, sino el agua lo que apagó su vida.

Hoy, desde el cuartel de la calle General Paz, se sigue saliendo ante cada uno de los llamados, para tratar de asistir al prójimo. Se suben los efectivos al móvil y con ellos viaja el ejemplo del Mula y el de cada uno de los hacedores. Van hacia cada barrio, hacia cada lugar de Córdoba y la Argentina, donde se necesita un bombero. Por estos días, toca luchar contra las llamas en nuestras sierras, como tantas otras veces, aunque en esta oportunidad bajo la pandemia de coronavirus.

No podía dejar pasar este aniversario de mi gran ciudad sin resaltar la labor de esta institución que la ayuda a ser grande. Y tampoco podía cerrar esta página sin recordar al señor gobernador, Juan Schiaretti, su promesa de destinar fondos para que cuando llegue el tiempo del retiro el bombero cordobés tenga una jubilación digna, después de trabajar durante años sin cobrar un peso.

Y claro que sí: ¡Feliz Cumple a la ciudad más hermosa del mundo!

 

*Miembro de la institución

 

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