Observaciones y consejos de nutricionistas

Consecuencias para la salud de la obesidad en niños

“Hemos venido observando una aparición más precoz de exceso de peso en niños más pequeños”, indican

Un niño obeso tiene más probabilidades de convertirse en un adulto obeso, y las repercusiones de esta enfermedad metabólica en el adulto son bien conocidas. Se trata de la principal consecuencia para la salud de la obesidad infantil, según explica a Cuidate Plus José Manuel Moreno Villares, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

“Lo que hemos venido observando es una aparición más precoz de exceso de peso en niños más pequeños y también de obesidades más extremas en edades inferiores. Eso significa que comenzamos a ver en edad infantil y juvenil algunas de las consecuencias que antes solo se veían en adultos: hipertensión, hiperglucemia, trastornos del sueño, lesiones en piel, etcétera, además de las repercusiones psicológicas -lo que se ha venido a llamar el estigma de la obesidad-”, advierte Moreno.

Comienzan a verse casos de diabetes tipo 2 (DM2) en la infancia, aunque la prevalencia en adolescentes obesos en España es muy inferior a los datos norteamericanos. En un estudio  español con jóvenes con obesidad mórbida la prevalencia de DM2 era inferior al 1%. Otras series españolas muestran resultados semejantes (alrededor del 1% de los pacientes seguidos en una Unidad de Diabetes Infanto-juvenil es diabetes tipo 2).

 

¿Qué pasa cuando llegan a la edad adulta?

Casi la mitad de los adultos con sobrepeso eran niños con exceso de peso, y, a su vez, dos tercios de los niños con índice de masa corporal (IMC) más elevados son luego los jóvenes con IMC más elevados.

Según expone Moreno, “cuando se compara la mortalidad a largo plazo, los adolescentes con mayor IMC tienen tasas de mortalidad un 30% superiores cuando son adultos jóvenes, al compararlos con sus pares con normopeso.  En general, ese alto riesgo ocurre por una mayor incidencia de hipertensión, diabetes tipo 2, un riesgo cardiovascular más elevado…. Es decir, por su asociación con el denominado síndrome metabólico”.

Por eso, dice el miembro de la AEP, “cada vez hay mayor interés en buscar qué marcadores precoces podemos encontrar para actuar en consecuencia. Y cuando hablamos de marcadores precoces de riesgo de obesidad más tarde significa que aparecen antes de los 4 o 5 años de edad, como es el peso elevado al nacimiento, tener padres obesos, la ausencia de lactancia materna y la ganancia excesiva de peso en los dos primeros años de vida”.

 

Pautas para prevenir la obesidad infantil

No todos los factores que influyen en el riesgo de obesidad son modificables (por ejemplo, el condicionante genético o algunos factores ambientales), pero hay muchas acciones que pueden emprenderse desde edades muy tempranas. Algunas son acciones individuales o familiares y otras competen a todos los actores sociales, incluyendo medios de comunicación, la escuela o las administraciones públicas.

Moreno señala algunas acciones, debiendo los padres servir de ejemplo de estas:

 

Comer de forma más saludable

Más frutas y verduras y cereal integral poco procesado.

Controlar el tamaño de las raciones.

Tener orden en las comidas. Evitar el picoteo y sentarse todos juntos a comer cuantas más veces mejor.

Evitar o limitar los alimentos calóricos con bajo interés nutricional: chuches, bollería industrial y refrescos azucarados.

 

Más actividad física

Un máximo de 1 o 2 horas al día ante una pantalla, tableta, ordenador, etcétera.

Recuperar los juegos al aire libre.

En los niños más mayores, al menos una hora diaria de actividad física intensa.

Ir al cole caminando o en bici.

Promoción de la lactancia materna.

 

Fuente: Cuidate Plus (Diario Marca)

 

Valorar noticia

0%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios