“¿Qué estamos arreglando cuando nos arreglamos?”

Las redes sociales son de uso cotidiano en la actualidad, donde la conectividad pasó a ser una necesidad para muchas personas. Sin embargo, muchas veces ocasionan malestares e influyen en la salud mental de los usuarios, que suelen ser en su mayoría jóvenes que atraviesan la adolescencia.

El Diario dialogó con la psicóloga Nadia Quevedo, quien comentó aspectos positivos y negativos de las nuevas tecnologías que han llegado para quedarse y avanzan cada día más.

En ese marco, Quevedo precisó: “De las redes sociales, Instagram es una de las más consumidas y usadas en el mundo. Se trata de una plataforma muy popular y que está en boga hoy por hoy”.

“Si bien el consumo es intenso y masivo, los adolescentes suelen utilizarla como una forma de no estar solos y generar vínculos”, mencionó la especialista y agregó: “Sin embargo, hay que destacar que el adolescente es el dueño y elige que contenido va a consumir”.

En ese sentido, resaltó que “a veces falta un poco de opinión crítica porque las redes generan muchas repercusiones. Los adolescentes siguen a famosos o influencers  que en ocasiones pueden generar consecuencias negativas, ya que busca ser igual a esa persona y allí comienza una especie de vorágine de la comparación y llegar a cumplir metas de un ideal”.

“Los ideales de belleza son parámetros hegemónicos que predominan en nuestra época, han estado siempre, pero hoy parece que están mucho más en boga”, reflexionó Quevedo y continuó: “El ideal de belleza, del ejercicio, de tener el cuerpo perfecto o la juventud eterna atraviesan todo el tiempo y las épocas, pero tenemos que ver qué hacemos con eso”.

A su vez, indicó: “Sabemos que el ideal es justamente algo que no se puede alcanzar, entonces si la meta es llegar a eso, la persona debe preguntarse que está dispuesta a hacer para llegar a ese objetivo, a costas de todo lo que puede generar porque se observa mucha presión con respecto a salud mental, físico y emocional”. “Se debe tener mucha precaución de qué es lo que se consume. Uno puede elegir y es libre del consumo, pero hay que tener cuidado en cómo repercute internamente y pensar si lo que se está observando agrada, no agrada, es mala influencia, elige dejar de ver ese contenido y busca otro”, relató.

Likes y filtros

Tras consultarle por la utilización de filtros al momento de tomar una fotografía o posteriormente editarla, la psicóloga precisó: “Es muy particular el uso en la población adolescente porque hay un atravesamiento de maduración psíquica en todos los sentidos”. “El aparato psíquico se va construyendo y esa imagen que termina de definir la identidad adolescente se relaciona con la imagen corporal. Esto se asocia mucho a esa búsqueda de la foto perfecta y el hecho de que las personas se tomen 100 selfies hasta dar con la que más o menos guste para que sea aceptada, porque si no se es aceptado o no tiene likes (me gusta) ¿qué pasa? La persona se siente mal”, aseveró. Asimismo, afirmó: “Esto también puede producir ataques a la autoestima, que el individuo se sienta menos, provocar trastornos en el estado de ánimo o de la conducta alimentaria”.

 “El uso de filtros y lo que provocan es otra consecuencia de la época y de este gran consumo de tecnología e ideales a los cuales estamos todo el tiempo prendidos y muy avasallados, es un culto a la imagen e incluso he llegado a tener consultas de pacientes que deseen ir más allá y realizar intervenciones estéticas”, puntualizó.

En tanto, reflexionó: “Una pregunta que se me ocurre en torno a los filtros y demás es: ¿qué estamos arreglando cuando nos arreglamos? Porque pareciera que si tenemos que arreglar algo es porque estamos rotos, está esa idea”. “No significa que alguien no pueda tener algún parecer o tener baja su autoestima si no están seguros porque esas características son propias de la adolescencia, tampoco tenemos que patologizar estos síntomas o cuestiones que son muy propias de la etapa, pero se debe tener precaución”, dijo.

“El problema surge cuando se depende del número de likes o seguidores para sentirse seguro o aceptado. Ya que de no conseguir esa meta se pueden ocasionar agravamientos en la salud mental”, señalo.

 Por otra parte, Quevedo analizó que “bien usada la tecnología es importante. Está y es parte de la vida cotidiana entonces se debe tratar de hacer un buen uso de ella”.

“No se puede prohibir el uso de las redes sociales, pero se puede utilizar esquivando las críticas a nuestros cuerpos u otros. También es importante controlar la privacidad, porque el tener la cuenta abierta o cerrada puede prevenir que los adolescentes se fíen de vínculos con extraños”.

Por último, “advertir que si alguien está atravesando alguna situación límite o malestar  se anime a consultar o hablar con algún profesional de la salud porque no se está solo en esto”, finalizó la psicóloga.

Investigan micosis pulmonares

La Agencia I+D+i financia la investigación de micosis pulmonares en pacientes que tuvieron coronavirus. Se espera que los resultados permitan planificar la introducción de un algoritmo diagnóstico para detectar y tratar temprana las micosis pulmonares asociadas al COVID-19 y disminuir su mortalidad.