Hay más de 2,8 millones de personas diagnosticadas en el mundo

La enfermedad de las mil caras, Día Internacional de la Esclerosis Múltiple

Se conmemoró ayer, como cada 30 de mayo, una jornada que busca concientizar sobre esta afección. El doctor Sergio Vesco indicó que es la segunda causa de discapacidad en adultos jóvenes

Cada 30 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Esclerosis Múltiple (EM), una enfermedad neurológica crónica que afecta al sistema nervioso central y para la cual aún no hay cura, pero en los últimos años la ciencia ha avanzado en su conocimiento y ha desarrollado tratamientos que pueden modificar y acompañar su curso. Según la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple, hay más de 2,8 millones de personas diagnosticadas en el mundo.

Se trata de una enfermedad considerada como autoinmune, es decir, el sistema inmunológico deja de reconocer la mielina –material graso que cubre las células nerviosas– y la lesiona. En consecuencia, se ve afectada la forma en que los nervios conducen los impulsos eléctricos hacia y desde el cerebro y aparecen distintos síntomas, como fatiga, disminución de la vista, debilidad muscular, vértigo, hormigueo, problemas de memoria, alteraciones en el lenguaje e inestabilidad al caminar.

El Diario dialogó con Sergio Vesco (MP 25185), director médico de Fupron (Fundación para el Progreso de la Neurología), quien abordó distintos aspectos de la enfermedad y la importancia de concientizar sobre la misma.

En ese marco, el profesional mencionó que la EM “es una enfermedad que afecta generalmente a adultos jóvenes, entre 20 y 40 años. De hecho, se considera la segunda causa de discapacidad en adultos jóvenes después del traumatismo craneoencefálico y medular, por ende, tiene un alto impacto socioeconómico”.

 

Mil caras

La esclerosis múltiple se conoce como la enfermedad de las mil caras, porque se manifiesta de forma muy distinta en cada paciente. Al respecto, Vesco indicó: “La mielina es una sustancia que está ubicada en todo el sistema nervioso, desde el cerebro hasta la médula, y puede afectar cualquier parte de nuestro cuerpo. Por ende, los síntomas son muy variados de persona a persona”.

“Existen diferentes tipos de EM, generalmente, la forma más frecuente es la que provoca brotes y remisiones recurrentes, a través de las cuales la enfermedad reacciona con una serie de síntomas que duran un período de tiempo, tras lo cual revierten con o sin tratamiento médico farmacológico”, dijo el doctor y agregó: “En cada uno de esos brotes, el paciente tiene una pérdida de alguna función, como puede ser la visión, la pérdida de sensibilidad de algún miembro, episodios de falta de estabilidad y equilibrio, vértigo; es decir, diferentes sintomatologías según sea el sector del sistema nervioso que esté afectado, por eso se le dice la enfermedad de las mil caras”.

Ante este panorama, afirmó que llegar a un diagnóstico es “complicado, fundamentalmente porque no hay una prueba específica que permita establecer que se trata de EM. A través de los estudios se van descartando otras enfermedades que pueden simular estos síntomas y si no se encuentra ningún otro motivo, recién allí atribuimos que los síntomas pueden ser motivados por la EM”.

 

Conocer la enfermedad

Entre los avances médicos que han permitido el desarrollo de tratamientos para abordar la EM, Vesco comentó: “Se empezó a conocer mucho más cuál es el componente que desencadena los brotes de la enfermedad, este componente inflamatorio que tiene una base inmunológica. A partir de allí, en las últimas dos décadas se comenzaron a desarrollar drogas para tratar que las células inflamatorias del cuerpo no ingresen en el sistema nervioso, o lo que llamamos barrera hematoencefálica y, por ende, no generan una destrucción de esa mielina”.

“Al regular este mecanismo, se evita la atrofia del cerebro y la presentación de síntomas con la discapacidad consecuente que tiene la enfermedad”, puntualizó el director de Fupron y prosiguió: “Evidentemente, el desarrollo de estas nuevas moléculas son mucho más potentes, pero más riesgosas a la vez, por eso el tratamiento es muy individualizado y personalizado en virtud de los síntomas del paciente y su edad”.

Tras consultarle por los tratamientos, señaló: “No es fácil acceder a ellos, por desgracia es una enfermedad de altísimo costo, pero realizando los trámites adecuados cualquier persona puede tener acceso a estas terapias. Hay que destacar que el Estado tiene una participación en la compra de los medicamentos y las obras sociales son subsidiadas en cierta forma, algo que posibilita el tratamiento”.

Por último, Vesco se refirió a la importancia del “apoyo familiar en cuanto a la terapia”. “Son tratamientos de largo plazo, es una enfermedad que tiene fundamentalmente esa carga y tiene que haber un compromiso familiar de acompañamiento para el tratamiento, eso es fundamental”, aseveró y añadió: “Los pacientes que andan bien es porque generalmente cumplen con la terapia, van a los controles médicos, participan de los programas de rehabilitación y de los programas de información”.

“Cuando el paciente cumple con todos estos estamentos, es muy común que tenga una mejor evolución que cuando no lo hace. Hoy en día promulgamos que el paciente lleve una vida lo más normal posible, me refiero a que pueda trabajar, formar una familia y tener hijos. Uno plantea muchas cosas a la hora del diagnóstico y del tratamiento que se le va a dar al paciente”, concluyó.

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