Club Leandro N. Alem - Vida social en medio del COVID-19

Entre polladas y malabares

Daniel Bazán, presidente de la emblemática institución, se refirió a cómo sobrellevó el club el “parate” que inició en marzo producto de la pandemia y el deseo de seguir realizando mejoras tanto en la sede de calle Marcos Juárez como en el predio de ruta 2
domingo, 22 de noviembre de 2020 · 08:25

La vida social y económica del Club Leandro N. Alem, un símbolo de la ciudad, durante este año debió ser dimensionada y gestionada de otra forma para seguir sosteniéndose económicamente a pesar de la crisis significativa que trajo consigo la pandemia de COVID-19.

Es que además de no poder alquilar los dos salones y el patio de su sede sobre calle Marcos Juárez al 699, el club también sufrió el “parate” en cuanto a sus actividades deportivas y detuvo (para respetar las restricciones) el cobro de la cuota de socios.

Daniel Bazán, presidente del club desde 2018, dialogó con El Diario y expresó que no fue fácil proyectar en medio de un panorama incierto y con dinero fijo por pagar: “En cuanto a los gastos, los más grandes son las boletas de EPEC y de la cooperativa de energía CEPRA. Además, se vienen arrastrando deudas desde gestiones anteriores; pagamos lo nuevo y se sigue atrasando lo viejo. Ahora, con un subsidio conseguido gracias al Gobierno de la Provincia se abonó 40 mil pesos a CEPRA y se continuó con cuatro boletas de EPEC”, dimensionó.

Pero también hubo que desarrollar otras cuestiones para poder tener un respiro por eso “se hicieron actividades como ventas de empanadas, polladas y algún que otro ingreso nos ayudó. La gente, por suerte, siempre se sumó y estamos pensando en adherirnos a una moratoria de EPEC que es más conveniente para nosotros que una propuesta que llegó hace tiempo atrás”.

Respecto a las tarifas en energía eléctrica, aseguró que luego de marzo las boletas pasaron de 30 mil a 15 mil pesos “aunque prácticamente no hubo uso, pero nos alivió que no fueran tan elevadas”. 

Otro punto es la utilización del agua, donde el entrevistado manifestó que le solicitaron a la Cooperativa Capyclo ser eximidos del servicio ya que no estaba siendo utilizado en la sede, pero que tal pedido no dio fruto: “No nos dieron bolilla y nos siguieron cobrando”.

“Uno trata de ser lo más austero posible y gracias a Dios en estos días también recibimos un subsidio de Clubes en Obras de 500 mil pesos para materiales y lo hemos gastado para los baños, cerámicos, nuevos inodoros y todos los accesorios para las canchas y duchas en el sector visitante. También queremos ver el vestuario, el ingreso (sobre ruta 2) donde vamos a colocar el piso y queremos mejorar el asador que tenemos en la sede, hacerlo nuevo”.

En ese mismo tono, la institución al tener toda la documentación al día no debe abonar los impuestos locales ni provinciales ya que puede solicitar la exención.

 

Los salones de eventos

Un ingreso importante para la comisión tenía que ver con el alquiler de sus espacios para celebraciones o incluso en un momento habían vuelto los bailes al patio del club. En ese tono, Bazán lamentó: “Eso nos ayudaba a mantener la sede y los gastos que teníamos lo podíamos abonar porque íbamos sacando de ese fondo. En un momento también pensamos organizar nosotros mismos los eventos, pero económicamente no podíamos afrontarlo”.

“La idea es ahora, después de salir de la pandemia, generar un recurso para poder seguir trabajando en los salones, sobre todo en el más grande que da sobre calle Comercio. Se tiraron abajo algunos revoques, quedó por colocar cerámicos también, pero nos falta mano de obra. Si bien algunos socios e hinchas colaboran… no podemos exigirle todo el trabajo a una persona”, se sinceró. 

 

Vida Social

Por último, el presidente rememoró gratamente la nueva etapa que nació con la inclusión de más deportes como taekwondo, patín o vóley, entre otras disciplinas. Es importante destacar que, conjuntamente con el fútbol, algunas de estas actividades (protocolo mediante) están volviendo a desarrollarse.

En ese tono, lejos de ser esta una institución donde prime la masculinidad, como pasó con muchas sedes desde el inicio de los tiempos, celebró el aire fresco que trajo la sumatoria de actividades y la reconversión generada: “La idea es hacerlo siempre más familiar para que vuelva la gente. Si vamos a cumplir una actividad social es importante que se sumen las mujeres y los chicos también. El año pasado había chicas en una mesa cenando y era lindo ver que había hombres y mujeres en un mismo lugar para compartir un rato y charlar”. 

“Hay que destacar que apenas se permitió la vuelta del bar-comedor, la gente se llegó los fines de semana a desayunar, y también durante todas las mañanas, siempre en familia. La gente quería salir y empezaron por su segunda casa, que es el club”, reflejó.

Siempre apostando al crecimiento, en los próximos meses se diagramará una campaña “más agresiva” para poder sumar más socios y seguir generando beneficios para quienes estén adheridos.

50%
Satisfacción
0%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
50%
Indiferencia

Comentarios