Entre llamadas y sopas de letras

La tarea de mantener ocupados a los abuelos que extrañan las charlas

Son 40 los adultos mayores que asistían al Hogar de Día y que ahora, desde sus casas, son acompañados gracias a un gran esfuerzo del personal y de voluntarios
viernes, 10 de julio de 2020 · 09:00

Antes de que se decretara la cuarentena, de que el distanciamiento social nos mantuviera alejados, al Hogar de Día municipal asistían 40 adultos mayores de lunes a viernes, quienes disfrutaban de estar acompañados, de tener con quien charlar, de compartir un mate. Básicamente, allí van para no sentirse solos y acompañarse mutuamente.

Por eso es que la situación actual, en donde cada uno está en su casa y hace más de 100 días que no pueden llegarse hasta el espacio que tan feliz los hace, los tiene tristes.

Así lo definió Carolina Dominici, coordinadora del Hogar de Día, quien explicó cómo están intentando -junto al equipo que la acompaña- estar junto a ellos.

“Tratamos de colaborar en lo que más podemos”, resumió antes de contar sobre el programa que implementaron durante la cuarentena. “El programa Conectados los está ayudando mucho. Hemos pedido voluntarios y se anotaron varios, quizás pensamos que iba a querer colaborar más gente, pero estamos satisfechos porque las que se anotaron son personas comprometidas”, destacó.

Lo que estos voluntarios realizan son llamados a los adultos simplemente para charlar. “Todos los días los abuelos y abuelas reciben llamados para que no se sientan solos, porque la mayoría de ellos están solos o con familiares que están trabajando y no tienen tiempo para dedicarles”, remarcó Dominici.

Estos voluntarios ofrecen semanalmente una devolución sobre cómo se encuentra el adulto con quien están encargados de charlar. “Hoy tienen a cargo dos adultos mayores cada uno, y les vamos a sumar uno más”, contó y adelantó que una vez que comiencen las clases, quizás en agosto, “habrá una escuela que también se sumará a la iniciativa”.

Para poder realizar este programa “antes tuvimos que preparar a los abuelos, les preguntamos si querían participar, les avisamos que alguien los iba a llamar, porque muchos desconfían, y por eso algunos no quisieron participar”.

“Los abuelos que están participando están contentos, saben que a tal hora los van a llamar, hablan de la vida, de lo que hicieron de jóvenes, en realidad tan solo necesitan alguien que los escuche”, graficó Dominici.

Incluso, reveló que “las chicas voluntarias si viven cerca se acercan a sus hogares para hacerles algún mandado, cooperan en lo que les haga falta”.

 

Acompañamiento

El intento de estar cerca de los adultos mayores, más allá de que saben que nunca lograrán remplazar lo que ellos sienten al estar juntos, también tiene otras aristas. Por ejemplo, Dominici contó que “están los abuelos a los que les gusta la huerta, entonces salimos a repartirles semillas, vamos a ver cómo está evolucionando su huerta” o, sumó, “están los abuelos que te llaman para que les vayas a tomar la tensión”.

“Cuando estaba el tema de la vacunación, nos encargamos de ver a quién le faltaba poner, nos poníamos en contacto con el hospitalito o farmacia, nos ocupamos de un acompañamiento terapéutico”, comentó.

También hay una acompañante terapéutica “que los hace hacer sopa de letras, pintar mandalas, como si tuvieran una tarea diaria, entonces eso los entusiasmó a tener sus cartucheras, lápices de colores, sienten que tienen algo que hacer, ocupan su tiempo, que es lo que tratamos de hacer”.

-¿Cómo están los abuelos con toda esta situación?

-Están muy tristes. Le ponen fuerza, ganas, ellos tienen un grupo de WhatsApp y todos los días se saludan, y cuando alguna abuela está media para abajo, el resto la levanta con palabras de apoyo.

De hecho, reconoció la coordinadora del Hogar de Día, “muchos cuando hablan con el personal del Hogar se emocionan y se largan a llorar”. “Extrañan mucho asistir al Hogar porque era su salida, medio día estaban en el Hogar, tomaban mate, charlaban. Incluso, el fin de semana ya se les hacía largo, imagínate ahora”, planteó intentando transmitir lo que les pasa a los abuelos.

La mayoría de estas personas que, hasta antes de la cuarentena, de lunes a viernes reciben desayuno y almuerzo en el Hogar y que se llevan la vianda para cenar, tiene su casita o alquila; no todos están totalmente solos, pero quizás sí con familiares que no están tan cerca. “Ellos necesitan esa salida al Hogar, disfrutaban que la Trafic los pasara a buscar, estar en contacto con la familia del Hogar”, subrayó.

Finalmente, Dominici destacó que “ellos son mucho de contar sus historias de vida; en el Hogar tengo abuelos que todos los días venían y me contaban lo que fueron, lo que hicieron, una versión diferente cada día, eso es lo que les está haciendo falta”.

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