El final de un evento que motorizó a mucha gente

Los Carnavales se aferraron al clamor más allá de la ciudad

Desde todas partes llegaron al Parque de Villa Nueva, que tuvo récord de público entre el domingo y las primeras horas de ayer, y se cerraba anoche, con amenaza de tormenta

“No había visto tanta gente antes”. Las palabras de un vecino que siempre es “una fija” en los eventos que se organizan en Villa Nueva, fueron repetitivas en otros habitantes de la ciudad entre el domingo a la noche y las primeras horas de ayer.

Concretamente, la marea de gente en el Parque Hipólito Yrigoyen fue uno de los puntos más elogiables de lo que resultó esta nueva edición de los Carnavales Gigantes, que tuvo como sello distintivo una previa cargada de servicios gastronómicos y propuestas artísticas, como para perder prácticamente la cuenta del público durante tantas noches.

Anoche, con la amenaza de tormenta latente, el evento se despedía con un muy buen marco, mientras se esperaban los nombres de los premiados.

Mientras tanto, en localidades cercanas como Arroyo Algodón, la lluvia era incesante y complicaba por la cantidad de agua caída en tan poco tiempo.

 

En crecimiento

Los Carnavales villanovenses crecieron con el tiempo. Desde su recorrido frente al club Alem, por la calle Marcos Juárez y luego por la avenida Carranza, hasta la gran fiesta de estos años.

Un punto de inflexión fue la renovación del Parque Hipólito Yrigoyen con su avenida Coco Cáceres: un empedrado, luces led, el SUM y baños le cambiaron la cara y le dieron relevancia para que los barrios desembarcaran sobre sus calles.

En el nuevo recorrido las plumas y lentejuelas incrementaron su brillo, nacían en una punta del Parque y terminaban su pasada, a metros del SUM. Había comparsas invitadas y hasta se llegaron profesionales de Gualeguaychú. Y para resaltar la acción política, todo lo avanzado hasta ese entonces por la gestión de Natalio Graglia, para que luego tomara las riendas la administración de Ignacio Tagni, que lo mantiene y lo incrementa, forma parte del respeto al clamor popular por el evento.

Todo fue creciendo y, este año, se le agregó la propuesta de seis días (de los cuales solo tres son los específicos del Carnaval), que tuvo una buena respuesta.

Tal es la importancia del crecimiento del evento que de distintos puntos del país se llegaron para ofrecer esa gastronomía.

En este año también todo el espacio público se amplió desde el portal de ingreso de la calle Belgrano hacia la vera del río, con un imponente escenario para que los megashow reluzcan. A esto se sumó el parque de diversiones que lució con sus luces por las noches.

Además, en esta edición fueron bien colocadas las tribunas imponentes que recorrieron un costado para descomprimir un sector muy buscado para ver el espectáculo.

 

Al ritmo de la cuica

Sin dudas, la estrella de las noches fue la cuica, un instrumento reconocido por su ritmo, que en otras ocasiones también lo usaron, pero en menor número.

Cuando se unen esos instrumentos, realmente suenan muy bien.

Solo dos batucadas o baterías lo tuvieron (a saber:  batucadas es cuando en el ritmo se permiten fusiones con distintos géneros, y batería cuando es solo afro). Pero si la fiesta fuera poca, el show musical completó todo. Arrasa como Topadora, con su propuesta, ocupó todo el escenario, incluso con dos parejas de baile y un popurrí de canciones que dieron con el tono carnavalesco.

Luego hizo su arribo Los Caligaris, que subió la temperatura festiva para llegar cercano a las 2 de la mañana, total “Todos nos vamos a morir igual,  la vida es pasajera”.

Miles de personas (como si todo el conglomerado local hubiese pasado por allí), disfrutaron del evento, marcando un récord, y dejaron en claro que el Carnaval ya está más allá de Villa Nueva.

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