“Es un momento de una gran incertidumbre y no soy muy optimista”

Con solo dar una vuelta corta por el centro de la ciudad, aún siendo poco observador, sería fácil darse cuenta de que los bares, comedores y hoteles están cerrados y que el habitual bullicio de los cafés, por las mañanas, ya no forma parte de la cotidiana música urbana. Un triste paisaje. Sin embargo, lo más preocupante, no es el aspecto paisajístico, sino la realidad que están atravesando los más de 500 trabajadores gastronómicos que desempeñan sus tareas en los alrededor de 100 establecimientos (bares, restoranes, hoteles) que hay en Villa María.

Hoy es el Día del Gastronómico, pero hay poco que celebrar.

“La verdad es que el sector de la gastronomía es uno de los más golpeados por esta situación en la que nos ha puesto la pandemia del coronavirus. Son demasiados meses sin trabajar, y no solo los compañeros, sino también los empresarios; sobre todo, los hoteles. La hotelería está absolutamente parada y sin una perspectiva inmediata de reactivación. A ellos no les entra un peso y están tratando de cumplir con todo”, dijo Oscar Fattore, secretario general de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra) seccional Villa María.

Es que el sector gastronómico no solo trabaja con los vecinos de la ciudad, sino, incluso más aún, con la gran cantidad de personas que ingresan por día a Villa María, por trabajo, salud, educación. Viajantes, docentes, alumnos, pacientes, vendedores, turistas... un sinnúmero de personas que habitualmente le dan vida al sector gastronómico.

“Estamos muy cabizbajos, porque todo está muy complicado. Nos habíamos alegrado un poco cuando comenzaron a reabrir los bares y restoranes, pero volvieron a cerrar y eso significa un bajón tremendo. Es muy preocupante la situación”, expresó Fattore.

Por cierto, el secretario general de Uthgra reconoce la presencia del Estado nacional a la hora de paliar la crítica situación que se vive por causa de la pandemia del coronavirus, sin embargo, no puede sacarse el sabor amargo de la boca.

“Es verdad que con el ATP se puede paliar un poco la situación, porque si no sería catastrófico directamente. Pero no alcanza. Y quiero especialmente destacar no solo el esfuerzo que vienen realizando los compañeros trabajadores de la gastronomía, sino también los empresarios y el propio sindicato, sin golpear al empresariado. La verdad es que en esta situación todos estamos haciendo un gran esfuerzo, porque salimos juntos entre todos o no se sale. Nosotros, como gremio, ayudamos en todo lo que se puede, aunque también nos signifique un esfuerzo económico, porque no le podemos exigir a un compañero que pague la cuota sindical si tiene que pagar la luz de su casa. Quiero reiterarlo, porque me parece importante: todos, trabajadores y empresarios estamos haciendo un gran esfuerzo”, expresó el secretario general de Uthgra.

El gremialista no avizora un panorama inmediato demasiado alentador. Sin embargo, a los postres, apuesta a la esperanza.

“Es un momento de una gran incertidumbre, y no soy muy optimista en cuanto a una reactivación inmediata. Aunque abra todo, con la crisis económica, la gente en lo último que piensa es en salir a tomar café o a comer afuera. Y, además, queda un poco ese miedo... Creo que la gastronomía va a ser uno de los sectores más lentos en recuperarse. Ojalá nos estemos equivocando, pero soy bastante pesimista. Esperemos que para el verano la situación mejore y se reactive la actividad, no solo con el turismo, sino toda la actividad en general”, dijo Fattore.

“Siempre el coraje es mejor/ la esperanza nunca es vana”, decía Jorge Luis Borges en su Jacinto Chiclana; y los versos vienen a cuento no porque se trate de un café literario, sino porque es estos tiempos que corren (aunque parezca que el tiempo se ha detenido), se necesitan ambos sentires para enfrentarlos. Coraje para hacer lo que se debe hacer, aunque cueste y duela, y esperanza porque todo pasa y siempre hay chance de dar vuelta la taba. Ya volveremos a compartir un vermú, no les quepa duda, en el boliche de la esquina.