Segunda condena - Le secuestraron una pistola 9 milímetros y un revólver calibre 38

Tres años y medio de cárcel para un iracundo albañil “de armas tomar”

Se trata de Víctor “Porteño” Díaz, un violento trabajador de la construcción que amenazó de muerte a un vecino, a su madre y hasta la privó de la libertad por la fuerza. Ya en 2011 lo habían condenado por portar un arma de fuego y efectuar varios disparos, entre otros delitos
viernes, 16 de abril de 2021 · 08:00

El camarista Félix Martínez le impuso ayer una pena de tres años y seis meses de prisión a Víctor Hugo Díaz (33), un irascible albañil villamariense que cometió una serie de hechos delictivos poco antes de que comenzara la crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus.

Díaz, alias “Porteño”, es un convicto con antecedentes penales que datan de 2011, que volvió a ser detenido el último día de febrero de 2020, luego de amenazar de muerte a un vecino, empuñando un arma de fuego, y de intimidar a su propia madre, a quien incluso dejó encerrada.

En el marco de una audiencia de debate realizada a través del sistema de videoconferencia, el juez Martínez lo declaró autor de “privación ilegítima de la libertad personal, calificada por el modo comisivo y por el vínculo, y doblemente agravada por el uso de arma de fuego y por la participación de una menor de edad”; “desobediencia a la autoridad reiterada” (dos hechos), “violación de domicilio”, “tenencia ilegal de arma de fuego de guerra”, “amenazas calificadas por uso de arma” y “amenazas”.

Cuando lo arrestó, la Policía secuestró nada menos que una pistola Bersa Thunder 9 milímetros con siete proyectiles en el cargador, y un revólver Amadeo Rossi calibre 38, además de seis balas sueltas.

 

Confesó los hechos

A poco de iniciado el proceso oral, Díaz admitió su responsabilidad en todos los ilícitos que se le atribuían, lo que posibilitó que no se receptaran pruebas testimoniales en la sala de la Cámara del Crimen, ubicada en el quinto piso de los Tribunales locales.

Si bien el presidiario se declaró culpable, el juicio no fue abreviado ya que, al momento de formular sus alegatos, el fiscal Francisco Márquez y los codefensores Joaquín González y María Teodora Perassi Silva discutieron el monto de la pena a aplicar.

Mientras el acusador público reclamó una condena de cuatro años de prisión, González y Perassi Silva solicitaron tres años. Finalmente, el presidente del tribunal tomó una decisión salomónica.

 

El más grave de todos

Díaz fue procesado por varios delitos, aunque el más grave de todos tuvo como víctima a su madre, Silvia Noemí Gorosito (62), a quien amenazó y privó de la libertad en la vivienda de la mujer, luego de incumplir dos veces una orden judicial de restricción que le impedía acercarse o mantener cualquier tipo de contacto con ella.

En horas de la noche del viernes 28 de febrero de 2020, Díaz y su pareja adolescente, de apenas 16 años, fueron detenidos en barrio Los Olmos poco después de que amenazaran de muerte a Gorosito.

Uno de los aspectos singulares del violento episodio fue que la menor llevaba un morral, en cuyo interior se encontraban las dos armas de fuego antes mencionadas, una de las cuales estaba cargada y lista para ser disparada.

El incidente se produjo en la vivienda ubicada en Salto Grande 1358, en el corazón del populoso barrio villamariense, y ante un llamado telefónico en el que pedían la rápida intervención policial, personal de la Patrulla Preventiva se hizo presente a las 23.20 en calle El Chocón y, en la vía pública, entrevistó a la madre del sujeto.

Gorosito relató que, momentos antes, su hijo y la joven pareja de él se habían hecho presentes en su domicilio, a pesar de estar vigente la disposición judicial que le impedía acercarse a la casa materna. No obstante, ingresaron por la fuerza e incluso la amenazaron, ante lo cual la mujer escapó y pidió ayuda.

Los efectivos se constituyeron en el inmueble de calle Salto Grande y detuvieron a la pareja, pero la sorpresa fue mayor cuando se percataron de que en el morral que llevaba la joven había un revólver y una pistola, esta última con siete proyectiles en el cargador, además de otras seis balas calibre 38 sueltas en el interior del bolso.

En un episodio anterior, este iracundo trabajador de la construcción nacido en Villa María el 16 de agosto de 1987, pero criado en Buenos Aires (motivo por el cual sus amigos y allegados lo apodaron “Porteño”), amenazó a un vecino con un arma de fuego.

 

La condena anterior

El 12 de octubre de 2011, Díaz recibió una pena de tres años de prisión efectiva luego de que confesara haber cometido una serie de delitos en diferentes hechos. Pero como se trataba de un convicto primario, pudo salir de la cárcel a fines de ese mismo mes ya que llevaba detenido más de los dos tercios necesarios para acceder a la “libertad condicional”.

En aquel primer juicio, el joven albañil (por entonces tenía 24 años) fue declarado autor responsable de “portación ilegal de arma de fuego de uso civil”, “disparo de arma de fuego” y “lesiones leves”, y coautor de “tentativa de violación de domicilio”, “daño”, “agresión con arma impropia” y “robo”.

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