El sector trabaja en la incertidumbre

Escribe Daniel Ricci*

A casi cuatro meses de las diferentes aperturas de la construcción en las obras privadas, tanto en la capital provincial como en el interior, lamentablemente nos encontramos en un momento de total incertidumbre. Luego de alcanzar más del 90% de plena actividad, hoy sabemos que algunas ciudades retrocedieron a fase 1, situación que están imitando en varias localidades. 

El futuro de nuestra actividad, al igual que en muchos otros sectores, es totalmente incierta. A eso se suma que el rubro de la construcción depende directamente de los trabajadores y la mano de obra, contexto en el cual no están dadas las condiciones para garantizar seguridad. Tampoco es posible proyectar ni programar a largo plazo, porque el mismo panorama planteado por la pandemia de coronavirus no es claro.

La realidad que atraviesa el mundo también nos hace pensar en cómo será el escenario posterior a la crisis sanitaria global y de qué manera se comportará la dinámica del sector.

A nivel país, no existe claridad sobre si vamos a seguir avanzando hacia la nueva normalidad o si, en el peor de los casos, deberemos retroceder. Hoy estamos trabajando en el día a día. 

En este punto cobra vital importancia el hecho de determinar protocolos y lineamientos conjuntos entre los actores privados y el Estado.

La puesta en marcha de medidas de política pública puede contribuir a que el sector de la construcción sobreviva a esta crisis.

Lo cierto es que no se visualiza una propuesta clara para el futuro, al margen de que no existe una certeza de cuándo va a pasar todo esto.

A casi siete meses de iniciada la cuarentena, aún el Estado no elaboró ningún plan para los diferentes escenarios; solo hay improvisación con marchas y contramarchas. La falta de una política clara, de seguridad jurídica y de créditos, provoca más desconcierto. Así como la gente se reinventa para superar la situación, el Gobierno tiene que desarrollar un plan claro y concreto para darle respuesta a la sociedad en los diferentes   escenarios posibles.

A partir de las nuevas disposiciones del Gobierno nacional respecto del dólar, el faltante de insumos se agudizó. Además, hubo un nuevo aumento injustificado en la mayoría de los rubros y la demora en la entrega de los materiales. Y en el caso de los insumos que no se producen en Córdoba, la demora de lo que se puede conseguir no baja de los 30 días. 

A la incertidumbre por la pandemia se suma la falta total de propuestas concretas y accesibles para la industria de la construcción. Los planes estatales anunciados son insuficientes y en la práctica los resultados no son buenos.

Hemos pasado más de medio año de cuarentena y la pandemia por COVID-19 sigue golpeando cada vez con más fuerza a todos los sectores de la sociedad. 

*Presidente del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba (CAPC)